A menos de dos meses de haber anunciado que Tesla empezaría a aceptar Bitcoin como medio de pago, Elon Musk dio marcha atrás: el CEO de la compañía de autos eléctricos aseguró este miércoles por la preocupación por el medio ambiente frenó su decisión. Lo que reavivó otra vez el debate: ¿cuánta energía consume bitcoin?
A principios de año la noticia había tenido ecos locales: el 10 de febrero de 2021 la estructura que sostiene a la criptomoneda pasó el consumo anual de la Argentina. Por aquel entonces era de 121 terawatts por año, según un informe publicado por el “Cambridge Centre for Alternative Finance”.
Al día de hoy, 13 de mayo, el consumo anual ya está en casi 150 terawatts, lo que implica que el bitcoin ya consume más que Noruega (124), Suecia (131), Malasia (147) y, dentro de poco, llegará al consumo de Polonia (152).
Los datos, que se actualizan cada 30 segundos, se pueden ver acá.
El consumo anual de bitcoins, en terawatts. Foto https://cbeci.org/
Bajo este panorama, Musk expresó en un posteo en Twitter su preocupación por el uso cada vez mayor de combustibles fósiles para la minería de la criptomoneda.
Tras el anuncio, la acción de la empresa de autos eléctricos se desplomó más de 14% en dos horas y el precio del activo digital también cayó un 9%.
“Tesla ha suspendido las compras de vehículos con Bitcoin. Nos preocupa el rápido aumento del uso de combustibles fósiles para la minería y transacciones de bitcoins, especialmente el carbón, que tiene las peores emisiones de cualquier combustible”, afirmó Musk.
El minado: por qué consume tanto
Cómo funciona el blockchain y por qué consume tanto. Foto AFP
Lo primero que hay que aclarar para responder esta pregunta es que las microtransacciones, esto es, comprar o vender en bitcoins, tienen un impacto mínimo: el problema es la fabricación de esta criptomoneda, lo que se conoce como el minado.
Para repasar un poco de qué se trata esto hay que recordar: Bitcoin es la criptomoneda más antigua (y conocida) del mundo. Creada en 2008 por una entidad desconocida -bajo el alias Satoshi Nakamoto-, la moneda virtual comenzó a usarse en 2009, una vez que se lanzó a través de un software de código abierto.
Al no estar asociada a ningún banco o entidad monetaria oficial, Bitcoin presenta como problema el respaldo: ¿qué o quiénes garantizan que sea considerada una moneda internacionalmente válida? La propia comunidad.
Las transacciones hechas con bitcoins deben ser verificadas por una red de nodos o máquinas distribuidas en una suerte de libro contable público, también conocido como blockchain. Cada vez que se valida una transacción se suma información al bloque.
Validar transacciones es complejo: lo que se hace es resolver una suerte de puzzle criptográfico que es muy difícil -llamado Secure Hash Algorithm 256 (SHA256)– porque su principal función es la de ser antifraude.
Placas PCB con procesadores optimizados para el minado. Foto The New York Times, archivo
En tanto es una moneda virtual y no física, el principal problema es garantizar que no se va a usar un mismo bitcoin en dos transacciones distintas.
La recompensa para quien resuelva este particular problema matemático, llamado “Prueba de trabajo” (PoW) es, precisamente, en bitcoins: 6.25, para ser concretos.
Estos problemas matemáticos no son solubles en tiempos humanamente posibles: se hacen con computadoras. El PoW implica una cantidad considerable de cálculos matemáticos, poder computacional y, por lo tanto, energía.
Esto se hace con computadoras extremadamente potentes, muchas, en simultáneo. Principalmente se utilizan placas de video para minar bitcoins, ya que los GPU (Graphic Processing Unit) son más eficientes que los CPU (Central Processing Unit).
Esto causa, además, que haya escasez de estos componentes que son muy codiciados por los gamers.
Críticos y defensores
El bitcoin se ha ganado fuertes críticas por todo esto, tan fuertes que el propio Musk advirtió el problema: en un contexto de enfoque cada vez más fuerte en la sostenibilidad e iniciativas como el acuerdo de emisiones más bajas, esto ha llevado a algunos a criticar a Bitcoin y pedir regulaciones más estrictas.
Del otro lado, hay quienes advierten que toda tecnología de producción monetaria mundial consume muchísima más energía: la minería de oro, la emisión monetaria (papel, tinta, industria pesada, etc.) y otras industrias consumen muchísimo más que lo que consume el bitcoin.
Por otro lado, el uso de recursos energéticos en sí mismos no es un problema sino de dónde proviene la energía: ¿utiliza el bitcoin energías renovables como las hidroeléctricas, o contribuye a la famosa emisión de la huella de carbono?
El debate está abierto.
Mientras, el consumo anual para mantener el blockchain del bitcoin ya va por Polonia.
SL
Fuente Clarin