
La fabricación de vidrio de Murano cuenta con unas 60 empresas que emplean a unos 1.000 trabajadores. Ya estaba luchando por recuperarse de la crisis del COVID-19 y el repentino aumento de los costos del combustible representa un nuevo reto.
Los precios del gas han subido este año en toda Europa debido a la escasa oferta, al aumento de la demanda tras la relajación de los confinamientos por el COVID-19 y a que Rusia no suministra más volúmenes de los contratados.
“A finales de septiembre pagábamos 40.000 euros (45.488 dólares) (al mes), en octubre estábamos en 170.000 euros” por la misma cantidad de gas, dijo el artesano Cristiano Ferro, que ya cerró su horno.
Roma ha reservado más de 3.000 millones de euros para suavizar el impacto de los aumentos en las facturas de energía de los minoristas, pero los artesanos de Murano dicen que esto no es suficiente.
“Aquí consumimos unos 10 millones de metros cúbicos de gas al año (…) para nosotros; el gas es lo que es el agua para otros”, afirma Luciano Gambaro, propietario de una fábrica de vidrio.
El vidriero Giovanni Maschietto es aún más pesimista. “Creo que aquí todo va a morir”, dijo. El gobierno no parece hacer mucho para salvarnos. La gente necesita comprar pan, no vidrio, no se puede comer vidrio”.
Fuente Ambito