
Mauricio Dayub: “El Chacarerean tiene localidades agotadas hasta el 8 de diciembre. ´El equilibrista´ fue el primer espectáculo que se presentó en dos teatros. Empecé levantando el telón de la temporada de Mar del Plata, casi solo, trabajando al 30%, volví en marzo y luego de pocas semanas tuvimos que cerrar, otra vez. Destaco haber podido atravesar la crisis y tener la sala abierta hoy. Demostramos que los teatros eran lugares seguros. Comprobé cómo la gente agradece el regreso.”.
Corina Fiorillo estrenó este año “Tu ternura Molotov”, “Como una perra en un descampado” y “Caníbal”: “Estamos corriendo de un teatro a otro a ensayar y ávidos como espectadores. A todos se nos acumularon proyectos y en ese sentido fue un año espléndido. Fue complejo en la primera mitad porque la incertidumbre nos volvió a atrapar. Hay mayor conciencia en cuanto al apoyo del Estado a la cultura y algo se está moviendo hacia ese lado. Hay un sostén cultural y espero continúe”.
Javier Daulte, con “Luz testigo” y “El recurso de Amparo” en cartel: “Siempre pienso todos los que quedan en el camino, tanto salas como artistas, que no han podido. En lo anímico es el día y la noche respecto del año pasado”.
Eva Halac, directora del teatro Regio del CTBA: “El teatro se valoró como espacio de encuentro, como un club social. Las redes sociales crecieron y hay tendencia a decir todo lo que está bien como palmada en el hombro. Para el año próximo veo consecuencias posguerra: sentimos que el futuro es frágil y que el tiempo es corto. Esa emoción se filtra en las obras. Hay una pérdida de la inocencia. El futuro está hipotecado entonces a hacer teatro que se acaba el mundo. Hay un aire fresco en el lenguaje, una ruptura, una luz en nuevas ficciones, quizá el híbrido cinematográfico ayudó a dejar de lado tantas historias personales y testimoniales para abrir las ficciones. Se borran las fronteras de teatro y cine”.
Mariana Chaud, que repone en diciembre “Sigo mintiendo” para culminar su restrospectiva en el Sarmiento: “El sector venía muy golpeado y de pronto hubo un destape de cosas guardadas y creadas en pandemia y florecimiento que viene más de los artistas que de otro lado. Hay mucho sorpresivamente. El teatro vuelve a sorprender por su capacidad de regenerarse y hay mucha voracidad por consumir teatro, pasamos de un desánimo total a salas llenas con gente eufórica”.