
“El principal objetivo de EEUU es contener a Rusia, y Ucrania es su instrumento para arrastrarnos a un conflicto armado, y golpearnos con las más duras sanciones”, afirmó.
“Espero que al final encontremos una solución, aunque no sea fácil”, agregó, al recibir al primer ministro húngaro, Viktor Orban, un aliado aunque su país es miembro de la Unión Europea y de la OTAN. Para Orban las diferencias entre ambas partes eran “superables”.
El presidente ruso no mencionó las decenas de miles de soldados desplegados en la frontera con Ucrania desde hace semanas, y que deja pensar al mundo occidental que prepara un nuevo ataque a su vecino tras el de 2014.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, a “una desescalada inmediata y la retirada de tropas y equipos de las fronteras de Ucrania”, advirtiendo de sanciones “rápidas y severas” en caso de una ofensiva.
Rusia niega cualquier intención bélica y reclama garantías para su seguridad, en particular que Ucrania nunca será miembro de la OTAN y que la Alianza Atlántica retirará sus fuerzas a sus posiciones de 1997, es decir, antes de sus sucesivas ampliaciones en Europa del Este.
El gobierno de EEUU rechazó esas exigencias y dejó la puerta abierta para discutir otros temas, como el despliegue de misiles o los límites recíprocos de las maniobras militares. Rusia prepara una respuesta a esta posición.
“Estamos analizando las respuestas escritas recibidas de Estados Unidos y la OTAN (…) pero está claro que las preocupaciones de principio de Rusia han sido ignoradas, dijo Putin.
Fuente Ambito