
Las tropas se suman a los 8.500 militares puestos en alerta desde finales de enero por Washington para ser desplegados como parte de la Fuerza de Respuesta Rápida de la OTAN en caso de ser necesario. “Estos movimientos son un mensaje inequívoco que enviamos al mundo de que estamos listos para tranquilizar a nuestros aliados de la OTAN y decididos a defenderlos contra cualquier agresión”, dijo a la prensa el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby.
Sin embargo, solo se trata de reforzar el “flanco oriental” de la Alianza Atlántica. En respuesta, el viceministro de Exteriores ruso, Alexander Grushko, consideró que la movida dificultaría un compromiso entre ambos bandos, pues son “pasos destructivos, que incrementan la tensión militar y reducen la posibilidad de una decisión política”, según la agencia rusa Interfax.
“Estas fuerzas no van a combatir en Ucrania”, que no es miembro de la OTAN, dijo Kirby, subrayando que se trataba de un redespliegue temporal. “No creemos que el conflicto sea inevitable”, insistió, y reiteró que la diplomacia estadounidense había ofrecido a Rusia “un camino hacia la distensión”.
Rusia es acusada por los occidentales de planear una invasión de su vecino pro-occidental Ucrania, en cuyas fronteras ha desplegado unos 100.000 militares desde hace semanas.
Para “disuadir” al presidente ruso, Vladímir Putin, de pasar a la ofensiva, los estadounidenses y los europeos amenazan con sanciones económicas “sin precedentes” y apoyo militar a Kiev.
Rusia niega planear una invasión y afirma que solo quiere garantizar su seguridad. Pero cree que una desescalada de esta crisis sólo es posible si se pone fin a la política de ampliación de la OTAN y la retirada de sus capacidades militares de Europa del Este.
En una llamada telefónica con el Primer ministro británico Boris Johnson, Putin le dijo haber observado “la falta de voluntad de la OTAN para responder adecuadamente a las bien fundadas preocupaciones de Rusia”, precisó el Kremlin en un comunicado.
Aunque un portavoz de Downing Street informó que ambos coincidieron en la necesidad de encontrar una “solución pacífica”.
El diario español El País publicó detalles de las respuestas estadounidenses a las demandas rusas, que no han sido desmentidas. En ellas, Washington propone que los rivales prometan no desplegar medios militares ofensivos en Ucrania, que Moscú inspeccione ciertas infraestructuras militares que le preocupan en Europa y que ambos países acuerden medidas de control de armas.
Estados Unidos también dice que está dispuesto a discutir la “indivisibilidad de la seguridad”. El Kremlin se basa en este concepto para exigir la retirada de la OTAN de su vecindad, argumentando que la seguridad de unos no puede lograrse a expensas de la de otros, a pesar del derecho de cada Estado –y por tanto de Ucrania– a elegir sus alianzas. Moscú prepara actualmente una respuesta formal.
En tanto, Polonia y Rumanía aseguraron apreciar la movida estadounidense.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó que la orden de Biden fue resultado de varias semanas de conversaciones con aliados, y no la reacción a nada en específico en los últimos dos días.
“No es permanente”, apuntó sobre el despliegue. “Obviamente si Rusia decide desescalar entonces, sin duda, eso impactaría en la posición de fuerza”.
Fuente Ambito