Por Guillermo TiscornIa* -Especial Total News Agency-TNA-
Chocolate por la noticia. Obvio que si, veamos. El saliente Ministro de la Producción Matías Kulfas al oficializar su renuncia ante el Presidente de la Nación no hizo mas que poner en superficie lo que no es otra cosa que un secreto a voces, o si se quiere una verdad a mano abierta.
Se trata de la progresiva cartelización de la obra y de los servicios públicos fenómeno cuya configuración retrotrae a la restauración del sistema partidocrático argentino.
Cartelización que dio lugar a la configuración de un empresariado corporativista y prebendario en la República Argentina fenómeno que dio lugar a un inagotable saqueo de las arcas estatales.
A no confundirse, se caería un craso error si el Ingeniero Kulfas fuese convocado por la justicia federal en calidad de testigo.
Por el contrario, la carta de renuncia formalizada por el saliente Ministro Kulfas constituye un claro mecanismo de auto incriminación que en este caso no se avizora como forzada sino por el contrario producto de su libre albedrío.
Y en ese contexto está claro que, por experiencia, trayectoria profesional el mismo Ingeniero Kulfas nunca pudo desconocer, y por cierto a la perfección, y desde hace rato, este nocivo esquema de corrupción estructural que viene históricamente arrasando con las arcas estatales.
Y en ese punto lejos de la posición de un testigo (tercero ajeno a la imputación) el Ingeniero Kulfas se ubicó a partir de su propia decisión en clara posición de encubrimiento.
A no dudarlo; y reitero, constituiría un grave error procesal convocar al Ingeniero Kulfas en calidad de testigo; por cierto se trata de un encubridor del comentado engranaje de corrupción que ahora, y tardíamente, pone en la superficie.
*Guillermo J. Tiscornia
Ex juez en lo Penal Económico