“En muchos sentidos, no existe un manual para lo que estamos viviendo en este momento, son circunstancias sin precedentes”, dijo Roberts, un veterano de 30 años en el sector minorista británico que dirige desde 2020 el segundo supermercado más grande de Reino Unido.
La crisis del costo de la vida en el país se está agravando y el pesimismo de los hogares ha alcanzado niveles récord. Los salarios luchan por seguir el ritmo de la inflación, que en mayo alcanzó su máximo en más de 40 años, el 9,1%, y se dirige a los dos dígitos. Según algunas previsiones, la inflación de los alimentos alcanzará el 15% este verano boreal y el 20% a principios del año que viene.
“Hay algunas pruebas de que los clientes compran (más) la marca propia y también aumentan áreas como los congelados”, dijo Roberts, en una visita a una tienda de Sainsbury’s en Richmond, al suroeste de Londres. “La gente se está asegurando de no incurrir en ningún desperdicio”. Según dijo, la gente está comprando sólo “para ahora”, asegurándose de no comprar productos que podrían no utilizar.
El investigador de mercado NielsenIQ dijo el martes que las ventas de carne de ave congelada en el Reino Unido aumentaron un 12% interanual en las cuatro semanas hasta el 18 de junio.
Los alimentos congelados se hicieron populares en Reino Unido en los años 70 y, con precios a menudo más bajos que los productos frescos, pueden volver a ponerse de moda en tiempos de dificultades económicas.
Fuente Ambito