Por Ricardo Ferrer Picado*
Aprovechamos para evocar y rememorar la figura y camino que transitara Ricardo Balbín, quien nació un 29 de julio de 1904, y fue además de un hombre libre a la altura de los desafíos de sus tiempos, una referencia argentina del humanismo y liberalismo político, para todos los tiempos.
Nuestra hora global, está signada por situaciones similares a los mayores desafíos a las de su vida política, en la necesidad de afianzar la libertad, la vida, garantizar el goce de los DD HH, y la paz, por medio de la obra en permanente construcción de la República Democrática, que desde los griegos hasta hoy, más que nunca, por las autocracias y totalitarismos, con sus autoritarias influencias que han actualizado métodos, que implican, entre otros, acceder al poder y gobiernos por medio de elecciones con bajos estándares democráticos, para luego, implosionar los Estados de Derecho y las instituciones más básicas.
Este fenómeno se observa en nuestras latitudes, con prístinos ejemplos en Nicaragua o Venezuela, pero bien puede suceder que ante las evidentes consecuencias de la invasión a Ucrania por Rusia, que implica hambrunas por menores producciones de alimentos, problemas en la logística global de distribución de mercaderías a instancia de las flotas chinas explotadas por el Partido Comunista Chino -que conjuga este hecho con la falta de producción tras la pandemia de Covid-19-, la crisis energética, las crisis humanitarias de migrantes provocadas, la convergencia entre el crimen organizado transnacional y el terrorismo, que confluye en narrativas políticas desestabilizadoras a través de ataques asimétricos como los sufridos por Estados Unidos, Brasil, Chile o Colombia recientemente, montados sobre justas demandas, pero desnaturalizados con falsas noticias para instigar al levantamiento popular que sólo tensan instituciones legítimas, no preparadas para dar respuestas a esos actos vandálicos, que se registran como ejemplo con las protestas en Bogotá en mayo de 2021, con trolls desde el sudeste asiático, o movimientos electorales donde un candidato brasilero es trendic topic en Europa del Este.
Desafíos a los valores
A estos casos, se pueden sumar, otros factores que dañan no sólo nuestras instituciones políticas liberales, por actores iliberales y reaccionarios que se arropan y hasta auto perciben progresistas, como los colectivos que han sustituido al proletariado y su justa lucha, que se expresan en ideologías identitarias, ya sea de género, de raza, etnia, entre otras.
Todos supuestos de relativismo cultural con los límites del correctismo político, añaden más desafíos y retos a los valores que han constituido y forjado nuestras repúblicas democráticas, justificando con banalidad diferentes expresiones autoritarias, que atentan directamente contra la democracia. Continúan partidizando con doctrinas hegemónicas y totalitarias a instituciones básicas, como las escuelas y universidades públicas.
Sin temor, pero con la certeza de una polémica, debemos dar el debate, dialogar y lograr acuerdos para responder sobre si nuestra sociedad debe superar el correctismo político; asimismo si “se debe ser tolerante con los intolerantes”: “Si se puede ser un actor político democrático, siendo parte legitimante de mecanismos de la cancelación”. Siendo éste un totalitario, dogmático y impulsivo violador de DD HH, ya que, en lugar de honrar el derecho humano a la vida y libertad de expresión, invisibiliza a una persona por una expresión -de cualquier tipo, artística, intelectual, política- tan solo por no compartirla, siendo que, en el caso de cometer delitos, existe un régimen tipificado penalmente mucho más efectivo y justo.
La misma lucha y resultados
La buena noticia, es que lo mismo que Balbín, pasados más de cuatro décadas desde su desaparición, la lucha es la misma, y el resultado está escrito, siempre triunfa la verdad, la transparencia, y accionar en público en forma idéntica que en privado -en eso consiste ser un buen ciudadano-, el derecho humano a participar de la toma de decisiones, y honrar con valores la vida en sociedad, con el sólo límite de la conciencia y no dañar.
La libertad, el respeto a la ley, a la propiedad privada, a la migración, a la democracia y vivir en respeto y juntos pese a ser diferentes, es el estilo de vida al que se aspiró por décadas, y del que Balbín fue y es una referencia obligada. Hay que volver a enseñar que la democracia genera: Paz, Libertad, Desarrollo, Prosperidad y fortalecimiento cultural.
Balbín nos brinda una oportunidad para un revival democrático. Veamos cómo resiste el valeroso pueblo ucraniano, sin necesidad de construir la narrativa democrática, simplemente fluyendo. No quieren, siquiera los rusos parlantes que nadie les controle sus vidas, mantener la libertad, el derecho propiedad, de religión y opinión de su comunidad
Así como la recuperación de nuestra democracia, a partir de testimonios de dialogo y encuentro, las sociedades abiertas son la esencia, la vitalidad de la libertad, para generar rebeldía y progreso democrático, sin que invada el pesimismo. Antes que nada hay que ser optimistas, que es la esencia del progreso que nos espera.
Roles y ejemplo
El no, no es una respuesta. Y el mayor fracaso es no hacerse preguntas. El rol del Estado hoy es que los privados generen innovación con un marco adecuado; y no tiene nada que ver con la democracia ni sus deudas, sino que será el resultado de su fortalecimiento y afirmación.
Por ejemplo, la Red de Padres Organizados, que en Argentina lograron -comenzando por Google que durante las restricciones de Covid 19 se abran las escuelas. Ese es el país que imaginaba Balbín, reactivo a las restricciones discrecionales. Así que siempre hay que reivindicar el activo rol cuestionador de la sociedad civil en este mundo favorable a las autocracias, donde el cortoplacismo, el mesianismo, la alergia a la transparencia y rendición de cuentas, la tendencia a concentrar el poder, la disposición a recortar libertades; sólo pueden ser limitados por la expresión cívica. Aquella que siempre promovió Balbín, marcando una época junto a sus correligionarios y conciudadanos en la Hora del Pueblo o la Multipartidaria.
Aquella que sigue siempre vigente en la ciudadanía argentina para dar testimonio de resistencia cabal y conducirse por el carril del deber ser, sin que el correctismo o la cancelación, corran el arco y las cosas sean llamadas como decía Serrat en Fantastic: “las cosas sean como están mandadas y no mande nadie”… “sin importar quien lleva el palo”… porque lo que importa es la bandera en la que se reflejan las virtudes de cada individuo y pueblo, que alguna vez nos harán sentir orgullo de nuestra Humanidad!
¡Siempre, triunfa la libertad! Que se conjuga constructivamente con los pilares de la República Democrática.
*Abogado y Docente UNLP-Universidad de Sao Paulo. Egresado National Defense University e Investigador Center For Secure Free Society (Washington DC)
“La libertad y el respeto a la ley, a la propiedad privada, a la migración y a la democracia, es el estilo de vida al que se aspiró por décadas”
Fuente El Día