En 2017, las fuerzas rusas sumaban en total 1,9 millones de efectivos.
Sin contar el personal civil, la decisión del mandatario representará un aumento de 137.000 militares, es decir, más de un 10% de la fuerza de combate que posee en la actualidad.
Silencio
El Kremlin no ha informado cuántas bajas ha sufrido en Ucrania desde las primeras semanas de la campaña, cuando declaró que 1.351 de sus soldados habían muerto.
Las estimaciones occidentales dicen que el número real podría ser al menos diez veces mayor, mientras que Ucrania dice que ha matado o herido al menos a 45.000 soldados rusos desde que el 24 de febrero comenzó el conflicto.
Kiev también ha sido reacio a publicar información sobre el número de sus soldados que han muerto en la guerra, pero el lunes el jefe de las fuerzas armadas de Ucrania dijo que casi 9.000 miembros del personal de servicio habían muerto en una rara actualización.
Muertes
La medida, cuyas razones no explica el decreto, coincide con la invasión que Rusia inició en Ucrania el pasado 24 de febrero, que acaba de cumplir seis meses y que se concentra en el este y el sur del país vecino. Además, llega en un momento en el que las relaciones entre Rusia y los países occidentales atraviesan una crisis de un alcance sin precedentes desde finales de la guerra fría.
La tensión se acrecentó ayer con el bombardeo ruso de una estación de tren de la localidad de Chapline, en el centro del triángulo que forman las ciudades de Dnipro, Zaporiyia y Donetsk, con un resultado de 25 muertes civiles, según Ucrania, y de 200 reservistas ucranianos, de acuerdo al Ministerio de Defensa ruso. La potencia invasora indicó que atacó atacado “un tren militar” que se dirigía hacia “zonas de combate” del este de Ucrania. El golpe coincidió con el 31 aniversario de la independencia de Ucrania, una exrepública soviética.
“Vamos a hacer todo lo posible para que los agresores paguen por todo lo que han hecho. Vamos a sacarlos de nuestra tierra”, declaró el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Fuente Ambito