Por Daniel Romero
El ministro de economía aseguro ante el FMI que “El impacto de los precios de la guerra en la diferencia entre los granos y la energía le generaron a nuestro país un costos de más de 5.000 millones de dólares, que no hay ámbito ni lugar en el mundo donde se esté discutiendo para los países del hemisferio sur”, pero olvido dos aspectos importantes, el primero es el humano, ya que la invasión rusa, de la cual el no habla, a Ucrania le costo miles de vidas y la destrucción del país y la otra, es que si su gobierno hubiera terminado el gasoducto que sale de Vaca Muerta, Argentina no solo no hubiera tenido costos mayores por 5 mil millones de dólares extras, sino que podría estar exportando gas y obteniendo dólares frescos.
Argentina viene pagando mayores costos desde hace décadas, gracias a las políticas asistencialistas de gobiernos peronistas, excepto el de los 90.
Sus operadores de prensa inviertan miles en asegurar que el FMI esta feliz con su gestión, cosa que los economistas no ven así. El FMI no ve con gracia que nuestro país tenga 15 tipos de cambios diferente, son políticas totalmente negativas para el organismo internacional de crédito, según los especialistas. Sus palabras tuvieron mucho de lo que Alberto Fernández expresa.
Fue en el Comité de desarrollo del Banco Mundial; el presidente del banco, David Malpass, y “todos los ministros del G20”, Massa mostró la posición argentina frente al conflicto internacional y la necesidad de “revisar el rol de los organismos de desarrollo en el contexto de la crisis alimentaria y energética”, algo que un país como Argentina no debería padecer, después de 20 años de gobierno de su partido, al que entro y salió en varias oportunidades, buscando el calor del sol. Precisamente este arcionar no es el que genera confianza.
Al respecto, Massa apuntó a la urgencia de revisar las contradicciones entre los programas que quieren incentivar algún organismo para el crecimiento y la lectura del FMI que los califica como “déficit fiscal”. Massa debería tener en cuenta que se trata de organismos con cartas orgánicas muy diferentes y que el resto del planeta no considera lo mismo.
En el mundo nos ven como poco serios y las palabras de Massa no lo contradicen. Ante la invasión rusa y la necesidad de el mundo de obtener energía, nuestro país ya debería haber otorgado condiciones a las inversiones externas que permitan extraer petróleo y gas y así, aprovisionar a las naciones que lo necesitan, con el consecuente ingreso de divisas.