La votación deja una herida en el partido verde, cuyas bases no parecen capaces de digerir la autoría ecopacifista de una medida que revierte el abandono de esa energía legislado por Merkel
Corresponsal en Berlín
Alemania aplaza tres meses y medio el abandono definitivo de la energía nuclear, inicialmente previsto para finales de año. Tras un acalorado debate, el Bundestag ha votado a favor de un proyecto de ley del gobierno según el cual los últimos tres reactores nucleares activos, que son Isar 2, Emsland y Neckarwestheim 2, no serán desconectados hasta el 15 de abril de 2023. En la votación nominal, 375 diputados votaron a favor de la continuación del funcionamiento de las tres centrales nucleares, 216 diputados votaron en contra y 70 se abstuvieron.
El resultado no podía ser otro, después de que el canciller Scholz diese un puñetazo sobre la mesa y anunciase por carta la decisión final a sus socios de la coalición semáforo, liberales (FDP) y Verdes (Die Grünen,) enfrascados durante meses en una discusión que tendía a infinito.
Pero se trata solamente de un desenlace parcial, en la medida en que la oposición ha presentado a continuación otra moción, pidiendo la prolongación de la actividad de los reactores hasta final de 2024, que aunque no ha contado con votos suficientes ha servido para apostillar una especie de «continuará» al debate, que por otra parte ha alcanzado momentos absolutamente insólitos.
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La ministra alemana de Medio Ambiente, la verde Steffi Lemke, encargada de presentar el proyecto y pedir el voto a favor en nombre de la mayoría de la Cámara, convirtió su discurso en un dramático alegato en contra la energía nuclear, en el que destacó las consecuencias «increíblemente devastadoras» de la medida que ella misma abanderaba. La sesión parlamentaria no podía ser más confusa para los no iniciados y la votación deja una herida en el partido verde, cuyas bases no parecen por ahora capaces de digerir la autoría ecopacifista de una medida que revierte ahora el abandono de la energía nuclear legislado por Merkel.
«No hay ninguna razón para lo que estamos haciendo y no veo la necesidad de estar de acuerdo con eso», ha declarado el diputado verde Julian Pahlke, por ejemplo. Más de una docena de votos verdes se han desmarcado de la coalición y los dos presidentes del partido, la ministra de Exteriores Annalena Baerbock y el ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, quedan tras la votación convertidos en rivales internos, con la vista puesta ya en la próxima candidatura. «Habeck y Baerbock no hablan mal el uno del otro. Simplemente ya no hablan el uno del otro», confiesan fuentes de la directiva del partido.
El sector energético alemán acoge la decisión con cierto alivio, pero para nada con tranquilidad. La situación del suministro en abril del próximo año, nueva fecha de apagado de las centrales nucleares, probablemente no será mucho mejor que la actual. En el mercado de futuros, el precio de la electricidad para entrega en el trimestre de invierno de 2023 sigue siendo doce veces superior al normal.
La medida estrella del gobierno alemán para ayudar a sobrellevar los precios de la energía, asumir por completo la factura del gas de empresas y hogares del mes de diciembre, hace pensar que en el último mes del año se consumirá más gas en Alemania que en el mismo mes del años pasado y, debido a que los tanques de almacenamiento de gas tendrán que ser rellenados el próximo año sin entregas rusas, se está creando una mayor necesidad aún de mantener en activo las centrales nucleares.
Precios de la electricidad por encima del promedio
Los consumidores no pueden cargar su factura del gas al Estado para siempre. Sin el uso de la energía nuclear, el suministro de electricidad en el mercado amenaza con seguir siendo escaso, advierte la CDU, cuyos expertos esperan «precios de la electricidad por encima del promedio para hogares privados, empresas e instituciones públicas (piscinas, jardines de infancia y guarderías, escuelas, universidades, etc.) en los próximos años». Todo apunta a que volveremos a asistir a este debate en el Reichstag.
El gobierno federal argumenta que está constitucionalmente obligado a apagar las plantas de energía nuclear. Debido al «derecho a la vida y a la integridad física» consagrado en el artículo 2 de la Ley Fundamental, el uso de la energía nuclear como «tecnología de alto riesgo« no es posible más allá del próximo abril. Pero este argumento no es aceptado por buena parte del Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz y mucho menos por los liberales (FDP) del ministro de Finanzas, Christian Lindner, mucho más cercano a la oposición que al gobierno en lo que respecta a la energía nuclear. Varios diputados liberales, de hecho, se han pronunciado en sus intervenciones a favor de una mayor prolongación de la vida de los reactores.
El experto en Derecho nuclear Christian Raeschke contradijo este argumento el miércoles, en una audiencia de la Comisión de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear del Bundestag. «Constitucionalmente, el legislador es libre de decidir a favor de la energía nuclear, en función de cuestiones de interés público, incluida la protección del clima y la disponibilidad de energía asequible», dijo, y advirtió además que «el proyecto de ley del gobierno federal carece de algunas de estas consideraciones en su texto, por lo que se podría determinar un déficit en la ponderación«.
«El 15 de abril de 2023 brindaré con champán y abrazaré a mis hijos, en un día en que ustedes se echarán al suelo y patalearán»
Christian Raeschke
Experto en Derecho nuclear
Raetzke se refería a que, en marzo del año pasado, el Tribunal Constitucional Federal ordenó al Gobierno alemán que ahorrara parte del ya ajustado presupuesto germano de CO2 para las generaciones futuras. Este mandato constitucional no ha sido incluido en un debate más bien cargado de contenido emocional. Carsten Träger, diputado del SPD, afirmó en su intervención que el 15 de abril «brindaré con champán y abrazaré a mis hijos, en un día en que ustedes se echarán al suelo, patalearán, y después se acabó, de una vez por todas», dirigiéndose a la oposición de la CDU, que paradójicamente fue el partido que legisló en abandono de la energía nuclear para el 31 de diciembre de 2022.