El Comité del Partido Republicano de Estados Unidos arremetió contra la administración del presidente Joe Biden por levantar las sanciones al petróleo venezolano tras la autorización de una licencia para que la petrolera Chevron reanude sus operaciones en suelo venezolano.
«Lo que la editorial del WSJ señala es que la administración mató un préstamo a Guyana, que está justo al lado de Venezuela, que es una democracia y que es de hecho un aliado de los Estados Unidos. En lugar de ayudar a los guyaneses a desarrollar una infraestructura increíblemente barata y de un aliado, ellos mientras tanto decideron apoyar a los venezolanos», afirmó el senador Bill Cassidy en declaraciones a FOX News.
«Si Estados Unidos quiere ayudar a la democracia, debería apoyar a las democracias que ya están establecidas, incluyendo nuestra propia democracia. Hay muchos estadounidenses que trabajan en Guyana y son muy buenos trabajos para los nuestros. La administración parece no importarle estos trabajos», reiteró el funcionario estadounidense.
«Es realmente indignante. No puedes separar la seguridad energética de la seguridad nacional. Si producimos petróleo con nuestros recursos y estándares ambientales dejamos menos huella ambiental, creamos más trabajos y aumentamos nuestra seguridad energética. Con esta decisión estamos siendo peores con el ambiente y estamos dejando en peor posición nuestra seguridad como hemisferio junto con la de Europa», concluyó.
El Gobierno estadounidense anunció este sábado que autoriza a la petrolera Chevron a retomar operaciones limitadas de extracción de recursos naturales en Venezuela como resultado de la reanudación del diálogo entre el Gobierno venezolano y la oposición.
Esta medida, según el Departamento del Tesoro, refleja la política de largo plazo de Estados Unidos «de proporcionar un alivio de sanciones específico basado en pasos concretos que rebajan el sufrimiento del pueblo venezolano y apoyan la restauración de la democracia».
Esta licencia (GL 41) impide que la petrolera estatal venezolana PDVSA reciba ganancias de las ventas de petróleo por parte de Chevron y permite únicamente la actividad relacionada con las empresas conjuntas de Chevron en Venezuela, no otras actividades con PDVSA.
«Otras sanciones y restricciones relacionadas con Venezuela impuestas por Estados Unidos siguen vigentes», aclaró el comunicado, según el cual el país «hará cumplir enérgicamente estas sanciones y seguirá responsabilizando a cualquier actor que participe en actos de corrupción, viole las leyes estadounidenses o abuse de los derechos humanos en Venezuela».
Desde el Ejecutivo estadounidense se había supeditado cualquier decisión sobre Chevron a que las partes retomaran el diálogo e impulsaran otros compromisos específicos en apoyo de la población venezolana.