El gran crecimiento de la recaudación tributaria experimentado en 2022 vino acompañado también de un gran aumento del gasto público que ha complicado la lucha contra el déficit y, por extensión, sigue abultando la deuda pública. Con los datos a cierre de noviembre, el pasivo de las administraciones públicas superó los 1,5 billones de euros, según los datos publicados este martes por el Banco de España.
En buena media, este crecimiento de la deuda está impulsado por el déficit persistente de la Seguridad Social, que se mantiene incluso a pesar de las transferencias millonarias que ha hecho el Ministerio de Hacienda en los últimos años para compensar lo que el Gobierno denomina gastos impropios del sistema. La deuda total de la Seguridad Social superó en noviembre los 100.000 millones de euros por primera vez en la historia. El pasivo de la Seguridad Social se ha disparado desde el año 2017, multiplicándose por seis. En ese momento, su deuda era inferior a los 20.000 millones, ya que el sistema no necesitaba financiación externa porque estaba utilizando los recursos de la hucha de las pensiones. Ese fondo de reserva se agotó (aún queda un minúsculo remanente porque ningún Gobierno ha querido vaciarlo del todo) y la Seguridad Social empezó a tirar de deuda pública para poder pagar las prestaciones.
En el último año, la deuda de la Seguridad Social aumentó en 12.300 millones de euros, lo que supone un incremento del 13% en tasa interanual. A falta del dato de diciembre, todo apunta a que la deuda habrá crecido en 2022 más que en 2021, cuando aumentó en 11.800 millones. Y eso a pesar del gran aumento de las cotizaciones sociales que consiguió el sistema en 2022 gracias a la creación de empleo y a las subidas salariales. De hecho, el peso de la deuda de la Seguridad Social sobre el PIB también ha crecido en 2022, y eso a pesar de que las últimas previsiones apuntan a un aumento del PIB del 9,1% en términos nominales (la AIReF estima un avance real del 5,3% y un 3,8% de deflactor del PIB).
Esta deuda de la Seguridad Social es previa a la revalorización de las pensiones del 8,5% aprobada por el Gobierno para este año 2023 y que entra en vigor en esta primera paga que realizará el ministerio en los próximos días correspondiente al mes de enero. Este esfuerzo del gasto, sumado a la contención de los salarios y al frenazo del empleo, complicará que la deuda del sistema pueda reducirse a lo largo de 2023.
El Banco de España también ha publicado los datos actualizados al cierre de noviembre de la deuda del conjunto de administraciones. En total, el pasivo del sector público superó el billón y medio de euros. Se trata de la cifra más alta nunca registrada. En el último año, la deuda pública aumentó en 79.200 millones de euros, y este es otro de los datos clave de la estadística. El crecimiento de la deuda volvió a acelerar en la recta final de 2022, hasta el punto de crecer al ritmo más rápido desde que comenzó el año. Es posible que detrás de este dato se esconda una cierta aceleración del déficit en el último trimestre de 2022. De hecho, la Autoridad Fiscal (AIReF) empeoró el lunes su previsión de déficit en dos décimas, hasta el 4,5% por “las medidas aprobadas y los últimos datos”.
Sin embargo, el gran crecimiento del PIB a lo largo de 2022 permite reducir la ratio de endeudamiento de España, que podría llegar a caer del 115% del PIB cuando se publiquen los datos de diciembre. Utilizando la previsión de crecimiento de la AIReF del 9,1%, la deuda a noviembre estaría en el 114,3% del PIB. Para que el endeudamiento se quede por debajo del 115% sería necesario que la deuda pública no creciese más de 8.500 millones de euros, una cifra que lleva sin producirse desde 2014.
En definitiva, al cierre del año, la ratio de deuda de las administraciones públicas se situará en torno a 10 puntos del PIB por debajo de los máximos alcanzados durante la pandemia, en el inicio de 2021. Sin embargo, también será casi 10 puntos más que antes de la pandemia.
La mayor parte de esa deuda se contabiliza en el debe del Estado, ya que ha sido quien ha financiado la mayor parte del déficit de la pandemia con transferencias extraordinarias a comunidades autónomas y la propia Seguridad Social. En total, el Estado tiene una deuda de 1,3 billones de euros. Y el pasivo de las comunidades autónomas se sitúa en 316.500 millones de euros. En el último año, las CCAA aumentaron su deuda en 4.000 millones de euros. Los ayuntamientos siguen reduciendo su deuda por las limitaciones presupuestarias a las que están sometidos y a los problemas que han demostrado durante la pandemia para poner en marcha proyectos de gasto e inversión. En total, las corporaciones locales tienen un pasivo de 22.000 millones de euros, 120 millones menos que en 2021 y, en paralelo, tienen casi 37.000 millones de euros aparcados en depósitos en los bancos.
El gran crecimiento de la recaudación tributaria experimentado en 2022 vino acompañado también de un gran aumento del gasto público que ha complicado la lucha contra el déficit y, por extensión, sigue abultando la deuda pública. Con los datos a cierre de noviembre, el pasivo de las administraciones públicas superó los 1,5 billones de euros, según los datos publicados este martes por el Banco de España.
Fuente El Confidencial