Por Carlos Ruckauf
Los funcionarios muestran índices de inflación, discuten con los formadores de precios,con
las cadenas de comercialización,buscan acuerdos por sector y cuando vamos a comprar
comidas y bebidas con los mismos pesos, compramos la mitad que en diciembre..
Ha vuelto la desconfianza sobre si los informes del INDEC son fiables.
El Presidente habla de “inflación autoconstruida” y cuando el Papa Francisco se conduele del sufrimiento de nuestro Pueblo,la reacción es echarle la culpa al Gobierno que se fue hace más de tres años.
Los sectores más humildes de la población tienen un problema aún mayor: DONDE ELLOS
COMPRAN TODO ES MÁS CARO.
Los precios “cuidados”,”justos” (siempre le cambian de nombre) nunca han dado ni darán
resultado en el bolsillo de los consumidores,solo sirven para mentir un poco más.
El índice Global Findex 2021 del Banco Mundial dice que solo el 72% de la población
económicamente activa está bancarizado pero el Banco Central de nuestro país afirma que
esa cobertura es del 91%.
Entonces se hacen acuerdos con los supermercados, que incluyen el uso de tarjetas de crédito y débito. Pero millones de personas no tienen esas tarjetas, o su límite es muy bajo o están
excedidos.
Más millones no pueden llegar a esas cadenas y deben comprar en negocios cercanos a
sus casas, donde alimentos y bebidas son más caros y SOLO ACEPTAN EFECTIVO.
La Unión Europea, en medio de la guerra desatada por Putin en Ucrania,ha logrado mitigar
la inflación sin caer en recesión.
Del 8% anual promedio, bajaran este año (según todas las previsiones) al 3% anual. Lo que
el Ministerio de Economía de Argentina lucha por lograr mensualmente.
Es evidente que hay un camino para que nuestro pueblo sufra menos. No lo estamos
recorriendo