Primero fue el anuncio del envío de un embajador a España y ahora se atisban los primeros síntomas del final del boicot comercial al que Argelia sometió a las empresas españolas. La crisis hispano-argelina, que estalló hace 20 meses, se está superando en todos los ámbitos.
El nuevo embajador de Argelia, Abdelfetah Daghmoum, obtuvo el plácet del Gobierno español el 14 de noviembre y ha llegado esta semana a Madrid. El cargo quedó vacante desde que el 19 de marzo de 2022 el presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, llamó a consultas al anterior embajador, Said Moussi, en protesta por el alineamiento del presidente Pedro Sánchez con la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. Ese cambio de postura de Sánchez fue revelado por un comunicado de la Casa Real marroquí.
Coincidiendo con la llegada de Daghmoum a Madrid, el embajador de España en Argelia, Fernando Morán, fue invitado a reunirse, el pasado lunes 11, con Kamal Mouli, presidente del Consejo para la Renovación Económica Argelina (CREA), la patronal empresarial. Reagrupa a la empresas privadas y públicas aunque estás son mayoritarias.
La entrevista “se centró en la participación de las empresas españolas en territorio nacional” argelino, señala un comunicado difundido por la CREA. La patronal argelina “confirmó que está abierta a apoyar a las empresas españolas con sede en Argelia en el desarrollo de sus actividades económicas”.
“Estamos en un proceso de desbloqueo y la visita de del embajador español al CREA significa la luz verde para la reactivación de los intercambios económicos”, afirma Djamal Eddine Bouabdallah, presidente del Círculo de Comercio e Industria Hispano Argelino. Esa invitación de Kamal Mouli a Fernando Morán “pone de relieve la voluntad del Gobierno argelino de normalizar plenamente la relación con el vecino español“, añade.
Esa es también la percepción de los empresarios españoles que solían exportar o se habían implantado en Argelia. “Nos llegan muchos comentarios, por parte de nuestros socios y clientes de Argelia, que confirmar la reanudación de las operaciones comerciales a partir de enero“, comenta Sergio Guerra, de Tecnoaditivos Españoles Avanzados, una empresa de Cintruéngo (Navarra) de complementos alimenticios para la nutrición animal. “Nuestro temor es que los huecos que dejamos en Argelia el año pasado hayan sido aprovechados por competidores de otros países empezando por Italia“, señala el dueño de una pyme que prefiere que no se publique su nombre.
Las autoridades de Argelia suspendieron, en la práctica, las relaciones comerciales con España a principios de junio de 2022 aunque nunca lo anunciaron oficialmente porque hubiese sido un incumplimiento del acuerdo de asociación suscrito con la Unión Europea en 2005 y, por tanto, denunciable.
Las exportaciones españolas cayeron un 90%. Se calcula que a lo largo de los últimos 19 meses las empresas españolas han dejado de vender a Argelia mercancías por un importe de cerca de 3.000 millones de euros. Las compañías españolas fueron además excluidas de todas las licitaciones públicas. Sólo continuaron funcionando, a toda máquina, las ventas de gas argelino a España que a lo largo de este año ha superando casi todos los meses a las de gas licuado estadounidense.
Algunos hombres de negocios españoles intentaron sortear el veto argelino mediante operaciones de triangulación, consistentes en exportar desde Portugal o Francia. Por iniciativa de Julio Lebrero, propietario de AECOMHEL, fabricante zaragozano de máquinas de construcción, fundaron la Asociación de Empresas Afectadas por la Crisis con Argelia. Su objetivo era lograr el apoyo del Ministerio de Industria a sus pymes, algo que no consiguieron, y presentar una reclamación al Estado por responsabilidad patrimonial. Aún no la han formulado.
Antes incluso del nombramiento de un nuevo embajador argelino en Madrid se produjo algún síntoma de distensión. El Ministerio de Energía argelino aprobó, en octubre, que la petrolera española Repsol comprase, junto con la alemana Wintershall Dea, la participación de la italiana Edison RSP SPA en el yacimiento gasístico de Reggane Nord, en el sur del país.
El Ministerio de Energía argelino aprobó, en octubre, que la petrolera española Repsol comprase la participación de Edison RSP SPA
Otra señal del buen clima que se está instaurando fue el incremento de vuelos a España de Air Algérie, la compañía aérea pública, anunciado el martes en un comunicado del Ministerio de Transportes. Volará siete veces a la semana a Barcelona y dos a Madrid. Hay una escasez de plazas entre ambos países y los billetes son caros lo que lleva a muchos viajeros a desplazarse a Argel pasando por ciudades franceses o italianas.
Las autoridades de Argelia no han explicado porque se reconcilian este otoño con España sin que el Gobierno de Pedro Sánchez haya rectificado lo más mínimo su apoyo a Marruecos. Bajo cuerda, algunos diplomáticos explican que en Argel gustó el discurso que Sánchez pronunció el 22 de septiembre en la Asamblea General de la ONU en el que abogó por buscar una salida al conflicto del Sáhara “en el marco de la Carta de Naciones Unidas y las resoluciones del Consejo de Seguridad” sin mencionar la propuesta marroquí de autonomía.
Al margen del económico, queda otro problema con Argelia pendiente de resolver: la inmigración
Al margen del económico, queda otro problema con Argelia pendiente de resolver: la inmigración. Desde el 2 de abril de 2022, las autoridades argelinas no aceptan repatriar a inmigrantes irregulares que hayan desembarcado en España. Hasta entonces las devoluciones se hacían por barco desde Alicante o Almería.
A diferencia de Marruecos, que ha recurrido siempre a la presión migratoria para ablandar a España durante las crisis bilaterales, Argelia ha seguido conteniendo las salidas por mar. En los diez primeros meses de este año llegaron a la Península y Baleares 5.020 argelinos que, en su mayoría, zarparon desde las costas de su país. Durante el mismo periodo del año pasado fueron 6.520 los que pusieron pie en España.
Fuente El Confidencial