Mapuches volvieron a Villa Mascardi para realizar una ceremonia y reclamar el territorio
Por Santiago Rey
El Estado aun no cumplió con la devolución acordada de una zona sagrada para ese pueblo originario. Integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu desafiaron las restricciones y realizaron una ceremonia para pedir la restitución del territorio.
La machi Betiana Colhuan volvió a tocar el kultrun frente al Rewe, el espacio sagrado que la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu perdió el 4 de octubre de 2022, cuando el Estado la desalojó del territorio de Villa Mascardi. El sonido rítmico de este instrumento ancestral de percusión llenó el bosque donde hace seis años y medio fue asesinado el joven Rafael Nahuel.
Este domingo algunas integrantes de esa comunidad se trasladaron a la tierra en disputa con el Estado para realizar un ngellipun, una ceremonia espiritual durante la cual pidieron poder reinstalarse en el territorio que la comunidad había recuperado en 2017 y que sostuvo como propio durante cinco años.
El Rewe es un espacio sagrado, que incluye un área natural y un tótem donde los mapuches realizan ceremonias, de conexión con la naturaleza, la vida y los espíritus que las rigen.
El regreso definitivo al territorio hoy en custodia militarizada del Estado fue el pedido principal que hicieron las integrantes de la comunidad durante la ceremonia.
La irrupción en 2017 de la Lafken Winkul Mapu es un caso emblemático del proceso histórico del pueblo mapuche, entre cuyas reivindicaciones se incluye la recuperación territorial.
En noviembre de ese año la lof -comunidad- se instaló en siete hectáreas en posesión del Parque Nacional Nahuel Huapi, en Villa Mascardi, argumentando que el lugar había sido señalado por machis -autoridades espirituales- como el sitio donde reconstruir una forma de vida mapuche. Pero las autoridades de Parques Nacionales realizaron una denuncia por usurpación, lo cual derivó en un desalojo parcial el 23 de noviembre de 2017 y en un operativo del grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina el 25 del mismo mes, durante el cual Rafael Nahuel fue asesinado por la espalda.
Desde entonces, la comunidad resistió en el lugar hasta que el trabajo de desalojo iniciado hacía más de seis años por la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich -durante el gobierno de Mauricio Macri- lo concluyó el ex ministro Aníbal Fernández. Fue el 4 de octubre de 2022.
Pasaron un año y cuatro meses desde ese día, y este domingo un grupo de mujeres miembros de la comunidad -acompañados por otros mapuches y un puñado de vecinos de Bariloche y militantes-, desafió la militarización de la zona de Villa Mascardi y regresó al Rewe.
“Hoy estamos solo de visita. Nuestro territorio sigue maltratado, está cargado. Nosotros no estamos bien lejos de nuestro espacio sagrado. Venimos para que el Estado, las fuerzas de seguridad, no puedan derribar nuestro Rewe”, dijo al inicio de la jornada la machi Betiana Colhuan, integrante de la comunidad y guía espiritual del grupo.
Desde las 7 de la mañana, la machi encabezó las actividades que incluyeron una ceremonia, un purrún o danza, y un pequeño parlamento -trawun- durante el cual todos los presentes hablaron sobre la importancia del encuentro en el territorio que la comunidad sigue reclamando.
“Pedimos fuerzas para volver, para vivir en este espacio, volver para convivir y cuidar y proteger este territorio que ha sido violentado y pisoteado”, dijo Betiana.
Prácticamente la totalidad de los integrantes de la comunidad se encuentran judicializados, acusados por “usurpación”, en una causa que lleva más de seis años y que durante el próximo mes de marzo llegará a instancia de juicio oral.
El conflicto entre la Lafken Winkul Mapu y el Estado -en los sucesivos gobiernos de Macri y Alberto Fernández- derivó en la constitución de una mesa de diálogo y en la firma de un convenio, suscripto el 1 de junio de 2023, que rubricaron miembros de varias comunidades mapuches, el ex secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalli Corti y otros funcionarios.
Entre los acuerdos arribados se incluye el reconocimiento del Rewe como “sitio sagrado para el pueblo mapuche a fin que la machi Betiana Colhuan pueda ejercer sus tareas espirituales y medicinales”. Incluso planteaba la construcción de tres viviendas en el lugar -una para la machi, otra para sus familiares y colaboradores y una tercera para los pacientes-, a partir de un permiso otorgado por Parques Nacionales. Establecía además la “reubicación” del resto de la comunidad en otras tierras del Estado, y la presentación ante la Justicia de un acuerdo de conciliación que cerraba el proceso de judicialización contra cuatro mujeres de la comunidad, iniciado durante el desalojo del 4 de octubre de 2022 y que las mantuvo con prisión domiciliaria durante siete meses.
Este último punto del convenio fue el único que se ejecutó, y las mujeres recuperaron la libertad.
Sin embargo, Gustavo Franquet integrante de la Gremial de Abogados y representante legal de la comunidad dijo a elDiarioAr que “el Estado no cumplió en nada con el acuerdo”. Se quejó principalmente de la negativa a la devolución del Rewe a la comunidad y la falta de “reconocimiento como lugar sagrado”, además de la ausencia de una propuesta concreta de territorio para la “reubicación” comunitaria. Franquet participó de la actividad ceremonial de este domingo.
La homologación judicial del acuerdo que otorgó a través de una resolución la Jueza Federal Silvina Domínguez, permitía que se detenga la causa penal por usurpación iniciada por Parques Nacionales. Sin embargo, esa decisión fue apelada por el fiscal Rafael Vehils Ruiz y ahora será la Cámara Federal de Casación la que deberá abocarse a resolver si confirma la homologación o hace caer el acuerdo.
Hasta que eso ocurra, la manda judicial ordena a Parques Nacionales permitir a la comunidad mantener y “sanar” el Rewe. En la práctica, la presencia policial y de fuerzas de seguridad federales entorpeció siempre ese vínculo.
Durante el parlamento realizado este domingo en el territorio de Villa Mascardi, otra de las integrantes de la comunidad, Luciana Jaramillo, dijo que “la fuerza mapuche es inmensa” y que “no podemos ser mapuches sin territorio”.
Por su parte, el lonko -autoridad política de una comunidad- de la lof Pillán Mahuiza, en el noroeste de Chubut, Mauro Millán, planteó que “nos han hecho creer que hay una sola forma de vivir”, pero “nos levantamos como pueblo” porque “nuestros valores son muy antagónicos a los de este sistema”.
Aseguró que “cuando el pueblo mapuche lucha toda la sociedad se beneficia”, y recordó en ese sentido la movilización contra la instalación de empresas mineras en la ciudad de Esquel.
Fuente elDiarioAR