Por Annabella Quiroga
En los últimos dos meses compró US$ 6.700 millones. El compromiso con el FMI es sumar US$ 10.000 millones en el año.
Uno de los compromisos que el ministro Luis Caputo asumió con el Fondo Monetario para este año es sumar US$ 10.000 millones a las reservas del Banco Central en 2024. Con el arranque que trae el mercado cambiario, cumplir con el objetivo parece posible, aunque los analistas advierten que no hay que dar nada por sentado.
El Central acumula un saldo neto positivo en el mercado de cambios de US$ 6.737 millones desde la devaluación del 13 de diciembre, de los cuales US$ 3.875 millones se explican por compras netas en 2024. De esta manera, desde la devaluación las reservas netas se fortalecieron en US$ 5.769 millones.
Así, si bien las reservas netas siguen siendo negativas, el rojo se redujo a la mitad: pasaron en dos meses de rozar los -US$ 11.000 millones a -US$ 5.600 millones, según la estimación la consultora LCG.
Desde GMA Capital marcan que “el costo de esta dulce cosecha es la imperturbable dureza del cepo en el flujo de comercio exterior“.
En paralelo a la recomposición de reservas, el otro objetivo monetario de la actual gestión es sanear el balance contable del Central que hasta hace unos meses estaba condicionado por la llamada “bola de leliqs”. Según GMA, a través de la recompra de títulos en manos del Central realizada por el Tesoro ya se absorbieron $ 5,6 billones. La emisión del Bopreal, el bono para los importadores, también hizo un trabajo crítico ya que logró aspirar $ 4,3 billones hasta ahora.
En términos reales, es decir descontando la inflación, la partida de pasivos remunerados en pesos, integrada por leliqs y pases, se redujo 22%. Esta licuación hizo que estos pasivos que en noviembre habían representado 9,2% del PBI, hacia finales de enero se redujeran a 7,4%.
“En esto, la tasa de interés de referencia de 100% (TNA) hizo un aporte nada despreciable para licuar estos pasivos. Como no existe almuerzo gratuito, las autoridades asumieron el riesgo de que el rechazo por el peso se incremente y la brecha se recaliente”, señala GMA.
Este riesgo se potencia con un dólar oficial que se viene atrasando en términos reales. La política cambiaria de aplicar una suba solo del 2% mensual, lleva a que el tipo de cambio real ya se haya encarecido 33%. “El precio del dólar actual se encuentra en un nivel cercano al que heredó la gestión anterior, lo que aumenta la presión sobre la brecha”, apunta GMA.
Para Jorge Vasconcelos, del IERAL, la dinámica de compras del Banco Central que lo llevó a embolsar US$ 6.600 millones “de ningún modo refleja un mercado cambiario normalizado, esencialmente porque se sigue postergando el pago de importaciones a un ritmo estimado de US$ 3.000 millones al mes”. Para que en los próximos meses se mantenga fluida la liquidación de divisas de parte de los exportadores “la brecha cambiaria debería ser mínima”.
En esa línea, Vasconcelos marca que “es posible que el gobierno haya sobrestimado el poder estabilizador de los agrodólares para la actual campaña”.
El aporte de la agroindustria a las exportaciones llegaría este año a US$ 34.700 millones, de acuerdo a la última estimación de IERAL. “Las exportaciones del sector, medidas en dólares constantes, serían las menores de los últimos seis años, excepto el ciclo contabilizado en 2023”. Así, “el aporte de la presente campaña quedaría US$ 12.200 millones de dólares por debajo de los guarismos de 2022, aún cuando estaría marcando una recomposición cercana a los US$ 10.000 millones respecto de 2023″.
Fuente Clarin