La Abin (Agencia Brasileña de Inteligencia) encuentra a un espía ruso que se hacía pasar por diplomático en el país: los infiltrados en Latinoamérica.
El ex Presidente argentino, Alberto Fernández, había ofrecido a Putin, que “Argentina fuera la puerta de ingreso de Rusia a América Latina en modo más decidida”
La ABIN (Agencia Brasileña de Inteligencia) descubrió que un espía ruso se camufló como un miembro del cuerpo diplomático para recabar información desde la embajada de Brasilia.
La Inteligencia de Brasil monitoreó puntualmente al ciudadano ruso Serguei Alexandrovitch Chumilov, quien abandonó el país tras que lo identificaran como un claro espía de Rusia. Según las autoridades locales, trabajó para cooptar a informantes brasileros.
El Ministerio de Asuntos Exteriores le confirmó al diario Folha S. Paulho que le han seguido los pasos al ruso Serguei Chumilov aunque “no comenta públicamente casos de esta naturaleza por su carácter confidencial”.
El Palacio de Itamaty (ministerio de Exteriores brasilero) dijo que Chumilov ingresó al país en el 2018 bajo el rol de primer secretario de la embajada en la capital federal. También se identificó como representante de la Casa Rusa en Brasil (Russky Dom), vinculada a la agencia federal rusa Rossotrudnichestvo.
Rossotrudnichestvo es la agencia rusa para “cuestiones de colaboración con la comunidad de Estados independientes, compatriotas en el extranjero y cooperación humanitaria internacional”. La misma está dentro de la estructura del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia liderado por el canciller Serguei Lavrov, quien en febrero se reunió con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva tras visitar a Nicolás Maduro.
Objetivo del espía ruso: informar secretos de Estado y cooptar
La salida de Brasil del presunto espía ruso Serguei Alexandrovitch Chumilov sucedió en julio del 2023 tras un aviso del gobierno ruso de que estaba siendo monitoreado por la Inteligencia brasileña, para ‘tapar’ su actividad subrepticia de espionaje.
El propósito de este espía ruso era recopilar información sobre diversos temas y secretos de Estado de Brasil o bien de interés para la Inteligencia rusa. Y aunque tal ‘funcionario ruso’ se encontraba legalmente en Brasil, utilizó su condición de diplomático para desempeñar la función de espía.
Asimismo, Chumilov quería armar una red de informantes y de cooptar a los brasileños como “fuentes humanas” a través de becas e intercambios estudiantiles con Rusia para atraer a estudiantes y académicos sin presentar sospechas.
Carpeta con información sobre el evento en el que participó el espía ruso Sergey Shumilov en la Universidad Federal de Santa Catarin
Tal estrategia de cooptación se habría hecho evidente en un par de eventos en Brasil en los que participó Chumilov y en los que promovió becas en universidades rusas. En una conferencia de 2022 en la Universidad de Brasilia, el propio Chumilov dijo lo siguiente:
“Mi nombre es Serguei Chumilov, soy director de la representación de la agencia gubernamental rusa, el nombre es un poco complicado para brasileños y extranjeros, el nombre completo es Rossotrudnichestvo. Pero el segundo nombre es Casa Rusa. El foco principal de nuestra agencia es la promoción de la agenda humanitaria de Rusia. Por eso trabajamos en la promoción de la cultura rusa, con contenidos rusos y, además, uno de los principales pilares de nuestra agencia es la promoción de la educación”.
Según él, la Casa Rusa ofreció ese año 50 becas a brasileños. “Puedo decir que la demanda es muy alta y muchos brasileños buscan estudiar en Rusia, porque la educación en Rusia es muy competitiva y nuestras universidades están en la lista de las mejores del mundo”, expresó al inicio de la conferencia.
Informantes rusos en Latinoamérica
Hasta la fecha al menos tres presuntos espías rusos han operado en Brasil, según fuentes oficiales. Por ejemplo, el ciudadano ruso Sergey Vladimirovich Cherkasov fue mandado a prisión por una sentencia del Superior Tribunal de Justicia de Brasil (STJ) que lo acusó de “espionaje, blanqueo de capitales y corrupción” .
Cherkasov fue detenido en abril de 2022 y deportado por Países Bajos al intentar ingresar en tal país europeo con un pasaporte brasileño que lo identificaba como Viktor Muller Ferreira: su propósito era entrar en la Corte Internacional de La Haya según la Justicia brasilera.
Serguei Tcherkasov, que se presentó como Victor Muller Ferreira, y es sospechoso de ser un espía ruso que utilizó una identidad brasileña
En este sentido, no son las primeras infiltraciones de Rusia en asuntos latinoamericanos y europeos; una agente secreta de la Dirección Principal de Inteligencia (GRU) de Putin, cuyo nombre real es Olga Kolova y es la hija de un oficial militar ruso, se ocultaba detrás de una identidad falsa de peruana -alemana desde el 2006 y formaba parte del Departamento 5 del GRU conocido como “programa ilegales”.
Tal como contó Bellingcat, Der Spiegel, The Insider y La Repubblica que se comunicaron con la Oficina de Registro Civil del Distrito Independencia en Lima, Perú, una mujer llamada Maria Adela Kuhfeldt Rivera se presentó con unos abogados solicitando la inscripción como nueva ciudadana, el 4 de agosto del 2005. El personal del registro señaló que esta mujer poseía la fecha de nacimiento del 1 de septiembre de 1978 y el número secuencial 1109 en el registro de natalicios de Perú durante ese año. Pero, el empleado público que la atendió nota irregularidades en la partida de nacimiento y solicita información adicional.
Entonces, el 19 de agosto de ese mismo año, representantes legales de esta aspirante a ciudadana presentan un documento extra que acredita que era nacida en la localidad de Callao: la partida de bautismo de la parroquia Cristo Liberador, en ese municipio.
Ello entra en contradicción con el hecho de que esa iglesia había sido inaugurada en 1987 -y el nacimiento de la chica figuraba en el 78-, confirmándolo el propio cura de la diócesis, el padre José Enrique Herrera Quiroga. El mismo les ratificó categóricamente a las agencias de noticias que dicho documento era falso.
La espía rusa bajo el nombre falso de Maria Adela Kuhfeldt Rivera, llevó una doble vida como empresaria exitosa de joyas en Italia, rodeándose de la alta sociedad napolitana, funcionarios de la OTAN y como una infiltrada para el Kremlin. Esto fue investigado y expuesto por el medio ruso opositor The Insider, la agencia inglesa de noticias Bellingcat, la alemana Der Spiegel, y La Repubblica de Italia.
Espías del servicio secreto de Rusia y las agencias de Inteligencia del Kremlin, detrás de muchos envenenamientos con ‘novichok’ a opositores, han vuelto.
Centenas de muertes adjudicadas al gobierno de Putin.
En la política internacional vale todo para doblegar al enemigo. Esto lo sabe muy bien la administración de Vladimir Putin, que desde hace varias décadas viene desplegando, cual ajedrecista, sus peones “espías” que se hacen pasar por diplomáticos en embajadas europeas o bien tienen una doble vida detrás de la fachada de un sujeto normal.
El GRU, la Inteligencia militar de Rusia, en los últimos años ha intentado asesinar a exoficiales, opositores y ‘traidores a la Patria’ no sólo en su país sino en el exterior, en algunos casos con éxito. En los últimos años el medio Bellincat demostró con pruebas contundentes cómo su Unidad 29155 intentó liquidar a Sergei Skripal, un ex oficial del GRU, en Salisbury, Gran Bretaña, en 2018.
El ex agente ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia Skripal, quIenes residían en Reino Unido, fueron envenenados con la neurotoxina rusa “novichok”.
Este agente venenoso ruso había sido colocado en el picaporte de la puerta de la casa donde residía Skripal y su hija, que al tocarlo los dejó en estado critico por casi un mes. El veneno era tan fuerte, que cuando un agente de la policía se acercó al lugar, resultó envenenado.
Hasta la fecha se le adjudican unas 100 muertes al gobierno de Vladimir Putin. Todas estas muertes; 16 envenenamientos, 10 caídas extrañas (desde edificios, trenes y helicópteros), 22 por disparos, 14 golpeados o apuñalados y 44 muertes en el extranjero, tienen un patrón en común con una trama secreta de espías del GRU (servicio militar de Inteligencia ruso) y del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB, del que Putin formó parte) que sólo cumplen con órdenes.