Por Ignacio Sala
Juan Fermín Heredia reconstruyó el viaje de la polémica y por el que fue demorado en Córdoba.
“Cualquier padre haría lo mismo por su hija”, se planta Juan Fermín Heredia (36), remisero de Santiago del Estero que el miércoles se hizo conocido por conducir más de 200 kilómetros con su hija de 9 años en el baúl. Al llegar a la altura de Sinsacate, a casi 70 kilómetros al norte de Córdoba, la policía frenó el Citroën Xsara de Heredia, en el que además viajaban otros cuatro pasajeros.
Todos terminaron en la comisaría de esa localidad cordobesa el miércoles al mediodía, en donde se procedió a averiguar las circunstancias del hecho. Y, según le dijo el propio remisero a Clarín, todos en el auto sabían que había una nena que iba encerrada atrás en el largo trecho de ruta. No solo eso. Todos supieron que el hecho había tomado trascendencia por obvias razones. Aunque el padre de la niña no parezca reflexionar sobre el mismo.
“Estábamos llegando a Córdoba y escuchábamos por la radio local más importante a la policía diciendo que habían atrapado un hombre que tenía secuestrada a su hija en el baúl y no sé cuántas cosas más; pero no nos demoraron más de 40 minutos, tras los cuales, al ver que estaba todo en orden, nos liberaron para seguir el viaje”, contradijo Heredia, más preocupado por la versión de lo que sucedió que el hecho en sí..
El hombre, oriundo de Villa Ojo de Agua, en el sur de Santiago del Estero, es remisero desde hace tres años, cuando dejó su trabajo de camionero, el que heredó de su padre. Tiene tres hijas y un hijo, y quien viajaba en el baúl de su auto es su hija mayor, Alejandra. Hace traslados desde el sur de Santiago del Estero hacia Córdoba, y viceversa, tres veces por semana.
Este miércoles llevaba cuatro pasajeros que debían hacer sus diligencias en Córdoba capital, y también a su hija Alejandra, según explica ahora, a un control médico en esa ciudad, ya que hace casi un mes fue operada por una peritonitis y aún tenía algunas dolencias.
—¿Cómo decidió llevar a tu hija en el baúl?
—Ya tenía coordinado el viaje con los pasajeros y mi hija se sentía mal, y quería llevarla al médico. Si mi hija iba recostada en el asiento trasero, no podría haber trasladado a los pasajeros.
—¿Y cuánto cuesta un viaje tal?
—Cincuenta mil pesos, más o menos. Si yo llevaba a mi hija en en el asiento trasero, yo no podría haber llevado a ningún pasajero, y acá necesitamos el mango. Nosotros vivimos buscando el mango para vivir lo mejor posible. No soy un mal hombre ni un mal padre: estaba llevando a mi hija al médico y también trabajando para darle una vida digna.
—¿Y la mamá de su hija sabía que ella viajaría así?
—Sí, mi mujer sabía. Mi hija viajaba acostada en el baúl, en el que rebatí la luneta, por lo que los pasajeros también lo sabían. Además, acostada sentía menos dolor y estaba más cómoda que si iba sentada: tenía manta, almohada, celular con WiFi, auriculares. Estaba entretenida y cómoda.
—Pero trascendió que declaró a la policía que no tenía con quién dejar a su hija, y que la madre se sorprendió al enterarse de que la policía le demoró.
—No es así. No llamaron a mi esposa, sino que fue ella la que se comunicó para aclarar la situación, ya que yo no tenía encima mis documentos ni los de mi hija. Mi mujer estaba al tanto.
Según Heredia, a la altura de Sansicate pararon en una gomería, ya que su auto estaba andando con la rueda de auxilio, y cuando se detuvo, su hija le pidió salir para ir al baño.
Para el remisero, mo fue un control vehicular sino un patrullero que circulaba por la ruta 9 el que intervino cuando los policías vieron a la niña saliendo del baúl. Luego de interrogar al conductor, a los pasajeros y a la misma niña, se decidió trasladarlos a la comisaría de Sinsacate.
Cuarenta minutos duró la retención de los viajantes en la comisaría, calcula el remisero. Volvió así intentar rectificar la versión policial que, en rigor, sostuvo al momento que Heredia quedó demorado y que se le labró un acta administrativa que el comisario dijo haber elevado a la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y la Familia (SENAF) de Córdoba.
“Quieren anotarse algunos porotos, pero las cosas no sucedieron como ellos dijeron. Yo nunca dije que no tenía con quién dejar a la nena, porque la estaba llevando al médico”, declaró Heredia, como si la relevancia del caso estuviera en eso y no en el uso que le dio a su baúl.
—¿Y los policías qué le dijeron, además de labrarle un acta?
—Todos me trataron bien menos uno, que mientras otros requisaban el auto, me comentó que ‘todo se podía arreglar de otra manera’. Pero yo fui camionero y esas mañas me las sé: no le iba a dejar guita porque justamente estaba trabajando para ganarme un billete. Cuando estábamos en la comisaría, firmé el acta administrativa y me fui apurado, porque dos de los pasajeros también tenían turnos médicos.
Luego de ser liberados de la comisaría, Heredia relata que acompañó a uno de los pasajeros hasta la terminal de ómnibus de Sinsacate para que pudiera seguir el viaje en transporte público, y el resto de los pasajeros viajó en el remís, incluida su hija, que al llegar a Córdoba fue atendida por un médico y, según comentó el entrevistado, constató que estaba recuperándose bien de la operación.
Que uno de los pasajeros se fuera en colectivo fue una condición que hizo trascender la policía para destrabar la situación y que pudieran seguir viaje.
Luego de eso, Heredia volvió con su hija en el auto, y con otros pasajeros, desde Córdoba hacia Santiago del Estero. El jueves retomó su rutina de viajes normalmente.
“Sé que no era lo ideal -acepta finalmente- pero tenía que hacerlo y creo que cualquier padre en esas condiciones haría lo mismo que yo, o al menos me entendería”, culminó Heredia el diálogo con Clarín. Al medio cordobés Cadena 3 le había dicho que a pesar de ser consciente de las consecuencias que su accionar pudo haber tenido, volvería a hacerlo si se trata del bienestar de su hija.
Las contradicciones entre el remisero y la versión policial de Córdoba
La versión que se difundió el miércoles sobre el caso dista de la que Heredia intentó reconstruir en diálogo con Clarín. Según los medios regionales, las autoridades policiales que intervinieron dijeron que Heredia había sido detenido y luego, dijeron demorado. Como no se pudo probar que el remisero había cometido un delito tipificado, quedó en condiciones de seguir su viaje.
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Tras el operativo que demoró al remisero que llevaba a su hija en el baúl, la policía provincial explicó cómo y por qué pudo seguir viaje. Foto Policía de Córdoba
Con respecto a la niña, la policía de Sinsacate declaró a los medios locales que la SENAF había intervenido para estudiar el caso y tomar medidas al respecto. Consultada por este diario, la policía informó haber labrado un acta administrativa que se elevó a ese organismo provincial para la prevención de menores y adolescentes. Heredia dice haberla firmado.
Sin embargo, el remisero dice que nunca intervino nadie de la SENAF, que nadie de ese organismo se apersonó. Por tal motivo, desacreditó que que la niña haya sido resguardada temporalmente por ese organismo.
Fuente Clarin