La ex secretaria de la gobernadora de NY y su esposo se enfrenta a graves cargos por conspiración de lavado de dinero, fraude bancario y uso indebido de medios de identificación.
Estados Unidos es una gran potencia con fuertes agencias de inteligencia y así todo fueron infiltrados, más de una vez, y en un mundo con dos guerras en marcha más intereses económicos internacionales inmensos, Argentina debería preguntarse en que situación se encuentra, asunto este que pronto trataremos.
Los sucesos en EEUU:
El reciente caso de Linda Sun, ex asistente de la gobernadora de Nueva York Kathy Hochul, ilustra las crecientes preocupaciones sobre el espionaje y la influencia extranjera en Estados Unidos, particularmente por parte del gobierno chino. Sun enfrenta serias acusaciones que la vinculan a actividades de espionaje, como trabajar como agente no registrada para el gobierno chino, así como cargos por conspiración de lavado de dinero, fraude bancario y uso indebido de medios de identificación. Este caso ha puesto de relieve la compleja relación entre la política estadounidense y las estrategias de influencia extranjeras.
Durante aproximadamente 15 años, Sun trabajó en el gobierno de Nueva York, subiendo en las filas de la administración estatal. Comenzó su carrera durante el mandato del ex gobernador Andrew Cuomo y eventualmente se convirtió en subjefa de personal de Hochul. Sin embargo, su carrera pública tuvo un abrupto desenlace cuando fue despedida en marzo de 2023 tras la revelación de mala conducta.
Los fiscales federales han afirmado que, bajo instrucciones de funcionarios chinos, Sun bloqueó el acceso de representantes del gobierno de Taiwán a funcionarios de alto nivel en Nueva York y modificó mensajes gubernamentales sobre temas relacionados con China. Estas acciones, que aparentemente servían a los intereses de un gobierno extranjero en lugar de a los de su estado, han suscitado alarmas sobre la vulnerabilidad de las instituciones estadounidenses ante la manipulación externa.
Además, el esquema en el que presuntamente participó Sun involucraba la aceptación de beneficios y oportunidades de negocios en China, lo que plantea interrogantes sobre la ética y la legalidad de su conducta. El fiscal del distrito Este de Nueva York, Breon Peace, expresó que, mientras Sun y su esposo aparentaban servir a los intereses del pueblo neoyorquino, en realidad promovían los del gobierno chino, lo que resultó en un enriquecimiento indebido para su familia.
Este incidente llega en un momento en que se intensifican las tensiones entre Estados Unidos y China. Las acusaciones de espionaje y de injerencia han aumentado, lo que ha llevado a legisladores y funcionarios a revisar la seguridad nacional y a fortalecer las leyes contra el espionaje. En este contexto, el caso de Linda Sun no solo es un recordatorio de los desafíos que enfrenta Estados Unidos respecto a la influencia extranjera, sino también un llamado a una vigilancia más estricta en las relaciones entre funcionarios públicos y entidades extranjeras.
Es fundamental que las instituciones democráticas se mantengan alerta ante estas amenazas. Al mismo tiempo, la situación se convierte en una oportunidad para abordar y reformar las políticas que regulan la participación de individuos en la política estadounidense y su interacción con actores internacionales, asegurando así que se prioricen los intereses y la seguridad del país.