El exministro de Economía indicó que, para lograr las metas de inflación del presupuesto, la inflación debería ser de 1,2% mensual hasta diciembre
El exministro de Economía, Domingo Cavallo, sostuvo que hay una desaceleración de la caída de la inflación. “El gobierno no esperaba que ocurriera este freno”, dijo. También explicó por qué el IPC cayó durante los primeros meses de gestión libertaria, puso ejemplo de las razones por las que se desaceleró este proceso y brindó su pronóstico para el año entrante. Sobre el primer punto, explicó que se debió al “fuerte impacto recesivo del ajuste fiscal y el muy limitado ajuste cambiario posterior a la fuerte devaluación de diciembre”.
En una publicación detallada en su blog personal, que incluyó gráficos, el exministro indicó que la política monetaria fue más bien pasiva hasta mayo, acompañando la desinflación impulsada por el ajuste fiscal y el manejo cambiario, y se tornó expansiva a partir de junio. “Este comportamiento de la política monetaria explica que la recesión haya tocado fondo en el segundo trimestre y en el tercero haya comenzado la reactivación de la economía. Pero al mismo tiempo explica que el proceso de desinflación se haya estancado y comience a aparecer un conflicto entre el objetivo de seguir bajando la inflación y el de apuntalar la recuperación de la demanda interna y de la producción”, añadió.
En ese marco, Cavallo subrayó que las medidas que está tomando el gobierno al paralizar los reajustes de precios relativos -con gran impacto en los ingresos de las familias- no tienen efectos sostenibles en el tiempo. En cambio, la alternativa sería “conseguir una drástica caída en las expectativas de devaluación”, sin embargo, dijo que no se podrá lograr mientras exista el cepo cambiario sobre las transacciones financieras y de servicios y el gobierno no pueda anunciar un plan de estabilización basado en un régimen monetario y cambiario libre y bien institucionalizado.
“La tasa de inflación descendió rápidamente desde diciembre hasta mayo. Desde mayo en adelante y hasta el mes de septiembre incluido, [esto último según indica la estimación diaria de PriceStats aunque aún no se ha publicado la estimación del INDEC], el proceso de desinflación se ha frenado en el entorno del 4% mensual según INDEC y del 3% mensual según PriceStats”, señaló.
En tanto, el extitular del Palacio de Hacienda dijo que el gobierno viene trabajando con la referencia de que siendo 2% mensual el ajuste del tipo de cambio oficial, la tasa de inflación debería converger a ese 2%. Y precisó: “Viniendo de 4% de inflación en junio, se estimaba un 3% de inflación para julio y del 2% a partir de agosto. Al mantenerse la tasa de inflación alrededor del 4% en julio y agosto, ahora, en el mes de septiembre, para que se puedan lograr las metas de inflación del presupuesto, la inflación debería ser de 1,2% mensual hasta diciembre y del 1,4% mensual promedio durante 2025″.
Las razones por las que se frenó el proceso de desinflación
“Una explicación intuitiva es que hasta mayo la fuerte recesión provocada por el ajuste fiscal ayudó al proceso de desinflación porque provocó una disminución profunda y sostenida de la demanda de consumo e inversión”, comenzó. Al mismo tiempo, planteó que, a partir de junio, y sobre todo durante julio, agosto y septiembre, la incipiente reactivación de la demanda, impulsada por un aumento de los salarios reales y la expansión del crédito al sector privado, dejó de empujar a la desinflación.
El impacto del blanqueo
En cuanto a la regularización de activos, más conocido como blanqueo de capitales, “sobre todo en materia de entrada de dólares al sistema bancario y el aumento de la capacidad prestable de los bancos al sector privado, tanto en dólares como en pesos, puede crear las condiciones para que comience a funcionar el sistema de competencia de monedas”, afirmó. Para ello, Cavallo insistió en que será necesario permitir que funcione al menos un mercado cambiario y financiero libre, sin restricciones al movimiento de capitales. “Y el reajuste de precios relativos debería completarse dentro del cuarto trimestre del año”, proyectó.
Su pronóstico para el 2025
Según sus palabras, las proyecciones que acompañan al proyecto de presupuesto para 2025 en materia de crecimiento del PBI son más realistas que las que se refieren a la tasa de inflación. “El PIB se proyecta que se recupere en un 5,0% en 2025. Además, se espera un crecimiento sostenido del PIB en los años siguientes (+5,0% en 2026 y +5,5% en 2027)”, estimó.
Al cierre de su escrito, remarcó que en el año entrante, el crecimiento proyectado del PIB está impulsado principalmente por la industria y el comercio, con incrementos del 6,2% y 6,7%, respectivamente. Y aseguró: “Mientras tanto, el sector agrícola avanza un 3,5%, tras la recuperación de la cosecha del año anterior. En resumen, los sectores relacionados con bienes crecen en promedio un 5,6%, superando a los servicios, que aumentan un 4,4%. En el lado de la demanda, se espera una recuperación en todos los componentes; en particular, el consumo privado crece un 4,5%, y la inversión un 9,9%”.
Tal como anticipó en el Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) en Córdoba, que se realizó en junio pasado, Cavallo ratificó la idea de poner en marcha un plan de estabilización que combine libertad y unidad cambiaria con un régimen definitivo de competencia de monedas.
Fuente La Nación