Encabeza la asonada el kirchnerismo, radicales y algunos dialoguistas.
La política nacional se ha convertido en un verdadero juego de ajedrez, donde la oposición parece estar decidida a ponerle un freno a los decretos de necesidad y urgencia (DNU) que utiliza el presidente Javier Milei. ¿La intención? ¿Limitar el poder presidencial y, de paso, complicar un poco más la gobernabilidad del líder libertario?.
Para ponerlo en contexto, los DNU son una herramienta que permite al Poder Ejecutivo tomar decisiones rápidas en situaciones excepcionales. Sin embargo, parece que la definición de “excepcional” se ha vuelto bastante flexible últimamente. Milei ya ha firmado una buena cantidad de estos decretos, tocando temas tan sensibles como la economía, las jubilaciones y hasta el financiamiento de la SIDE. En este punto, el gobierno no supo explicar a la sociedad que ese presupuesto era para todo el sistema de inteligencia, incluido los sueldos de los agentes, como tampoco las amenzas de Irán en tomar represalias contra Argentina, entre otros peligros.
La oposición, que incluye desde radicales hasta peronistas, ha decidido que ya es hora de ponerle un límite a este asunto. Están impulsando cambios a la Ley 26.122, que regula los DNU, para que el Congreso tenga más poder de veto. La idea es que si un decreto no es aprobado por ambas Cámaras en un plazo de 60 días, pierda validez automáticamente. Además, si una sola Cámara lo rechaza, también quedaría sin efecto. ¡Una jugada peligrosa!
Lo curioso es que en tiempos de Néstor y Cristina Kirchner, el Congreso no se atrevió a tanto. Los DNU pasaban con menos resistencia, lo que hace preguntarse si estos legisladores actuales están buscando más protagonismo del que les corresponde. ¿Quieren gobernar desde el Congreso? ¿O simplemente buscan equilibrar el poder?
Mientras tanto, Milei sigue adelante con su estilo disruptivo, pero la oposición está decidida a no dejarle el camino tan fácil. Con proyectos de ley que buscan agilizar el rechazo de los decretos y limitar su uso durante el receso del Congreso, parece que se viene una batalla política cruenta.
Así que, mientras el ajedrez político sigue su curso, queda claro que en Argentina la política nunca deja de sorprendernos. ¿Será que estos movimientos legislativos lograrán frenar a Milei, o simplemente se convertirán en otro capítulo más de la siempre corporativa política argentina? Solo el tiempo lo dirá.