El escándalo que rodea al jefe de la Policía Federal, comisario general Luis Rolle, ha captado la atención de la opinión pública y ha exacerbado las críticas hacia los mandos de las fuerzas de seguridad en Argentina. Según informes recientes, Rolle utilizó un avión oficial para trasladar a familiares y allegados a su casamiento en Corrientes, un acto que recuerda las controversias que han salpicado a otros altos funcionarios.
Detalles del escándalos abuso
El viaje de Rolle, realizado el 3 de octubre, se llevó a cabo en un Viking DHC-6-400 Twin Otter, adquirido en 2019 cuando Patricia Bullrich era ministra de Seguridad. Este avión, con capacidad para 11 o 12 personas, fue utilizado para llevar a sus familiares a una celebración que inicialmente iba a contar con 300 invitados, pero que finalmente se redujo a un evento más íntimo.
Fuentes oficiales revelaron que el casamiento tuvo lugar en una estancia en Corrientes, y el uso de un recurso estatal para fines personales ha generado un fuerte rechazo en la sociedad. Este hecho es similar a lo que ocurrió con el ex titular de la Fuerza Aérea, brigadier Fernando Mengo, quien también fue acusado de usar aviones oficiales para actividades privadas.
Contexto de inestabilidad en las Fuerzas de Seguridad
La situación de Rolle no es un caso aislado. El pasado año, el jefe de la Gendarmería, Cte Gral Claudio Miguel Brilloni también enfrentó cuestionamientos por su actuación en Rosario, donde se fue cuestionado por su actuación contra el narcotráfico. Estos escándalos han puesto en tela de juicio la integridad y la transparencia en la gestión de las fuerzas de seguridad, generando un clima de desconfianza entre la ciudadanía. Brilloni, en un momento que los narcos asesinaban y amenazaban funcionarios, solía recorrer a pie y sin custodia los 300 metros que había entre el Ministerio de Seguridad y el departamento que allí alquilaba. Esto llamaba mucho la atención entre los funcionarios y autoridades.
Rolle, consciente de la presión política, decidió reducir la lista de invitados a su boda tras los escándalos previos que involucraron a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). La ministra Bullrich, al asumir su cargo, intentó reestructurar la cúpula de las fuerzas, pero encontró resistencia debido a nombramientos realizados por el entonces jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
Implicaciones legales y éticas
El uso de recursos del Estado para fines personales está penado por la ley, y este tipo de irregularidades deberían ser denunciadas por cualquier funcionario que tenga conocimiento de ellas. La falta de acción ante estos incidentes no solo socava la confianza pública en las instituciones, sino que también pone en riesgo la seguridad nacional.
La situación actual de los mandos de las fuerzas de seguridad es preocupante. La combinación de escándalos, cuestionamientos y la percepción de corrupción están erosionando la credibilidad de estas instituciones, que se supone deben velar por la seguridad de todos los ciudadanos.
El escándalo de Luis Rolle es solo la punta del iceberg en un mar de irregularidades que afectan a las fuerzas de seguridad en Argentina. La ciudadanía exige respuestas y acciones concretas para restaurar la confianza en estas instituciones, que deben actuar con responsabilidad y ética en el ejercicio de sus funciones.