Por Maria Zuppello/Diálogo
Un reciente documental del periódico financiero británico Financial Times titulado Dinero sucio, cárteles y bancos clandestinos, puso de relieve cómo las operaciones de lavado de dinero por parte de grupos chinos han crecido exponencialmente en todo el mundo, incluso en Latinoamérica. A pesar de las tasas de comisión del 1 y el 2 por ciento, superior a la media según los expertos, los servicios financieros ofrecidos por las redes chinas atraen cada vez más a organizaciones criminales de la región que necesitan blanquear el producto de sus actividades ilícitas de forma rápida y global.
Se trata de un auténtico sistema bancario chino clandestino que permite la llamada transferencia espejo, similar a la tradicional hawala de Oriente Medio. Es decir, el dinero se mueve de una frontera a otra sin desplazarse físicamente, gracias al vínculo de confianza y cooperación entre los distintos intermediarios de la red, repartidos por todo el mundo, que adelantan el dinero sin necesidad de recibirlo físicamente.
“Las comunidades chinas de emigrantes se rigen por el concepto de guanxi, que regula las relaciones y las redes y se basa en la confianza. Esta es una de las razones por las que es muy difícil para los extraños, incluidas las agencias policiales encubiertas, penetrar y bloquear estas redes”, explica a Diálogo John Cassara, ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y ex agente especial del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Además, la policía occidental no entiende, por lo general, la cultura, el idioma, los modelos financieros y la forma de hacer negocios de China. “Las organizaciones criminales latinoamericanas lo saben y es una de las razones por las que trabajan con los chinos”, dice Cassara.
Según el documental del Financial Times, todos se benefician de este sistema bancario clandestino: las mafias europeas que pagan así a los narcotraficantes latinoamericanos, quienes, a su vez, utilizando la misma red, blanquean las ganancias de la droga. Además, los intermediarios chinos suelen vender el dinero recaudado a los narcotraficantes a empresarios chinos que lo necesitan fuera de la madre patria, incluso en Latinoamérica.
Entre los primeros operadores chinos condenados por blanqueo de dinero en 2021 por las autoridades estadounidenses se encuentran Xianbing Gan, que vivía en Guadalajara (México), y Xizhi Li, propietario de un casino en Guatemala. Ambos blanquearon decenas de millones de dólares para los cárteles mexicanos. Pero hay miles de intermediarios chinos que siguen operando ilegalmente en Latinoamérica. A principios de este año, se descubrió una red de blanqueo de dinero del jefe del narcotráfico albanés Dritan Gjika entre Ecuador y España en la que también operaban ciudadanos chinos. En septiembre, se desmanteló en Brasil una red de empresas ficticias chinas que lavaban dinero procedente de apuestas en línea dirigidas por redes delictivas brasileñas. La principal de ellas, el Primer Comando de la Capital (PCC), según la Policía Federal de Brasil, utiliza bancos chinos ilegales situados en el distrito comercial de Brás, en San Pablo, uno de los principales lugares de comercio chino.
“Entre los diversos métodos de blanqueo de dinero utilizados por los chinos está el de mezclar las ganancias ilícitas con las procedentes de actividades legítimas e introducirlas en el sistema financiero. En este caso, el crimen organizado chino se nutre de la gran comunidad de pequeñas empresas chinas que aceptan ‘el dinero manchado’ a cambio de porcentajes de su valor, porcentajes que el crimen organizado chino a su vez cobra a los narcotraficantes latinoamericanos. Es un negocio en el que todos ganan”, afirma Cassara.
Criptomonedas
Aunque las criptodivisas no están consideradas entre las tres principales modalidades de blanqueo de capitales por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), la institución intergubernamental que desarrolla políticas para combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, los grupos chinos también están creciendo en este sector.
Según la página web brasileña de periodismo de investigación Revista Piauí, en 2021 se descubrió en el país latinoamericano una red de lavado de dinero liderada por el chino Jiamin Zhang, que también lavaba millones de reales de narcotraficantes brasileños a través de criptodivisas. El esquema ayudaba a los comerciantes de San Pablo, “que necesitaban pagar por mercancías compradas en China, y a los narcotraficantes que querían recibir pagos en Brasil por cocaína suministrada en Europa”, informa Revista Piauí.
“Las criptodivisas son populares entre los blanqueadores de dinero porque son muy eficaces, ocultan u ofuscan el rastro del dinero y dificultan, aunque no imposibilitan, que las autoridades rastreen la titularidad real de los fondos”, explica Cassara. Según el experto, “los blanqueadores de dinero chinos en el extranjero se sienten atraídos por las criptomonedas porque les gusta diversificar y porque son una plataforma eficaz para conectarse tanto a las redes bancarias clandestinas como a los servicios financieros tradicionales”. A esto se añade el hecho de que las criptomonedas tienen alcance internacional y pueden ser utilizadas por toda la diáspora china. También son el método de pago preferido en la dark web para todo tipo de actividades ilícitas.
En Argentina, en mayo, se descubrió una red dirigida por la mafia china que estafaba a ciudadanos de a pie con falsas inversiones en criptodivisas y blanqueó USD 105 millones, informó el diario La Nación. Al menos 53 billeteras virtuales estaban implicadas en la trama delictiva. “Las actividades financieras ilegales chinas incluyen estafas, muy comunes en el sector de las inversiones. Pero los estafadores también se hacen pasar por agencias gubernamentales, empresas, organizaciones de todo tipo, incluso servicios de citas donde la víctima es atraída para que realice pagos continuos en criptodivisas”, explica Cassara.
Corrupción
Una investigación realizada en julio por el consorcio periodístico ecuatoriano Código Vidrio-Vistazo (CVV) descubrió que, en la capital, Quito, una agencia de viajes llamada Andywei Travel operaba desde un hotel propiedad de la empresa China Road and Bridge Corporation (CRBC). CRBC, en calidad de contratista del Estado ecuatoriano, ha sido investigada por corrupción en proyectos de infraestructura, debido a presuntos sobornos y sobreprecios. Según uno de los reporteros de CVV, Arturo Torres, “Andywei Travel no era una agencia de viajes. Todo era una simulación. Las compañías chinas que participaron en contratos con el Estado ecuatoriano han utilizado a Andywei Travel para canalizar millones de dólares de las licitaciones, permitiéndoles mantener el dinero dentro del país”. La hipótesis del consorcio periodístico es que parte de este dinero se utilizó para sobornar a funcionarios ecuatorianos a cambio de la participación china en inversiones en Ecuador.
“La corrupción está arraigada en la China comunista. Lamentablemente, a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y otras iniciativas chinas en el exterior, políticas, militares, de espionaje, diplomáticas, comerciales, el Partido Comunista Chino (PCCh) también exporta corrupción que es el gran facilitador del lavado de dinero. La corrupción china engrasa muchos de los acuerdos de la BRI e, incluso fuera de ella, la corrupción china es tan notoria que el Banco Mundial ha prohibido a China participar en las licitaciones de algunos proyectos internacionales de desarrollo”, dice Cassara.
Muchas inversiones chinas en recursos naturales a cambio de infraestructuras a gran escala han ido acompañadas de prácticas de corrupción. Es el llamado ‘modelo Angola’ porque está muy extendido en África y Latinoamérica. En Bolivia, por ejemplo, en 2022, la empresa China Harbour Engineering Company Ltd. pagó un soborno de USD 2,7 millones para obtener un contrato de USD 95 millones para la ampliación de la carretera Sucre-Yamparáez.
En la última década, se ha informado de operaciones de soborno similares en las que estaban implicadas empresas chinas en Venezuela, que pagaron cientos de millones de dólares en sobornos a funcionarios venezolanos para conseguir contratos que, a menudo, nunca llegaron a ejecutarse.
En septiembre, en Brasil, el Tribunal de Cuentas declaró inelegible durante cinco años a LiuGong, empresa china fabricante de equipos de construcción. La acusación es que presentó documentos falsos para amañar un contrato por valor de USD 11,64 millones del Departamento Nacional de Obras contra la Sequía (Dnocs).
“Creo que lo que China está haciendo en Latinoamérica es imperialismo moderno disfrazado con el lenguaje de la ayuda al desarrollo untado de corrupción”, afirma Cassara. Este escenario, combinado con otras operaciones financieras ilícitas de China, es un obstáculo para el crecimiento económico de la región y un peligro para su seguridad.
Fuente DialogoAmericas