El explosivo había sido puesto en un scooter afuera del edificio donde estaba el general y fue activado de manera remota; Kiev lo acusaba de ordenar el uso de armas químicas prohibidas
Un alto general ruso de alto rango fue asesinado el martes por una bomba oculta en un scooter frente a su edificio de departamentos en Moscú, un día después de que la agencia de seguridad de Ucrania presentó cargos criminales en su contra. Un funcionario de Kiev afirmó que el servicio de seguridad del país perpetró el ataque.
El teniente general Igor Kirillov, jefe de las fuerzas militares de defensa nuclear, biológica y química (NBQ), murió cuando se dirigía a su oficina. Su asistente también murió en la explosión, que se activó de forma remota en la avenida Ryazansky , según la prensa rusa.
La bomba se activó a distancia y tenía una potencia equivalente a unos 300 gramos de TNT, reportó la agencia noticiosa estatal Tass que citó a fuentes anónimas de los servicios de emergencias. Las imágenes del lugar emitidas por la televisora estatal mostraron ventanas destrozadas y ladrillos ennegrecidos y chamuscados.
El Departamento de Investigación del Comité de Investigación de Rusia abrió una causa penal por el crimen de dos militares que respondían al presidente Vladimir Putin.
Kirillov estaba sancionado por varios países, incluidos Reino Unido y Canadá, por su papel en la guerra de Moscú en Ucrania. Este lunes, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) abrió una investigación criminal en su contra acusándolo de ordenar el uso de armas químicas prohibidas en más de 4800 ocasiones desde que inició el conflicto bélico.
En mayo, el Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó en un comunicado que había registrado el uso de cloropicrina, un arma química utilizada por primera vez en la Primera Guerra Mundial, contra las tropas ucranianas. Rusia negó el uso de cualquier arma química en Ucrania y, a su vez, acusó a Kiev de emplear agentes tóxicos en combate.
Un funcionario del SBU dijo que la agencia estaba detrás del ataque. El funcionario, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a divulgar la información, describió a Kirillov como un “criminal de guerra y un objetivo completamente legítimo”.
Mientras tanto, investigadores rusos se encuentran en el lugar para realizar actividades de búsqueda de pistas o rastros y así establecer las circunstancias del ataque. También asisten agentes de las fuerzas de seguridad para resguardar a los presentes.
Otra muerte en Rusia
De confirmarse el rol de Kiev, Kirillov, de 54 años, se convertirá en el oficial militar ruso de mayor rango asesinado dentro de Rusia por Ucrania y es probable que su asesinato impulse a las autoridades rusas a revisar los protocolos de seguridad para los altos mandos del ejército y a encontrar una forma de vengar su muerte.
Dmitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, dijo este martes que los dirigentes ucranianos se enfrentarán a una venganza inminente por el asesinato del alto general ruso, informó la agencia de noticias RIA. “Al darse cuenta de la inevitabilidad de su derrota militar, lanza ataques cobardes y despreciables en ciudades pacíficas”, indicó sobre el hecho.
Kirillov, que ocupaba el cargo desde 2017, ofreció numerosas conferencias de prensa para acusar al ejército ucraniano de usar agentes tóxicos y planear ataques con sustancias radiactivas, afirmaciones que Kiev y sus aliados occidentales rechazaron y calificaron de propaganda.
Moscú responsabiliza a Ucrania de una serie de asesinatos de alto perfil en su territorio diseñados para debilitar la moral y castigar a aquellos que Kiev considera culpables de crímenes de guerra. Ucrania, que dice que la guerra de Rusia en su contra representa una amenaza existencial para el estado ucraniano, ha dejado en claro que considera estos asesinatos selectivos como una herramienta legítima.
Darya Dugina, comentarista en canales de televisión rusos e hija del ideólogo nacionalista vinculado al Kremlin Alexander Dugin, falleció en un atentado con coche bomba en 2022 que los investigadores creían que estaba dirigido a su padre.
Vladlen Tatarsky, un popular bloguero militar, perdió la vida en abril de 2023 cuando una estatuilla que le fue entregada en una fiesta en San Petersburgo explotó. Una mujer rusa, que dijo que entregó la figura por órdenes de un contacto en Ucrania, fue condenada y sentenciada a 27 años de cárcel.
En diciembre de 2023, Illia Kiva, un exlegislador ucraniano prorruso que huyó a Rusia, fue asesinado a tiros cerca de Moscú. La inteligencia militar ucraniana elogió el asesinato, advirtiendo que otros “traidores de Ucrania” compartirían el mismo destino.
El 9 de diciembre, un artefacto explosivo fue colocado debajo de un coche en la ciudad ucraniana de Donetsk, ocupada por Rusia, mató a Sergei Yevsyukov, el jefe de la prisión de Olenivka, donde murieron docenas de prisioneros de guerra ucranianos en un ataque con misiles en julio de 2022. Otra persona resultó herida en la explosión. Las autoridades rusas dijeron que detuvieron a un sospechoso en el ataque.
Horas antes de la explosión, Putin había celebrado el avance de sus tropas en el frente y había calificado al final de año como “crucial”. Sin embargo, sufrió una baja importante con el abatimiento de quien ocupaba un rol clave desde 2017, cuando asumió al cargo.
El mandatario ruso afirmó que el gran número de hombres que se están alistando de forma voluntaria en el Ejército está cambiando el curso de la guerra a favor de Moscú, e indicó que espera que siga avanzando. “Las tropas rusas disponen de la iniciativa estratégica en toda la línea de contacto”, aseguró el titular del Kremlin en un discurso ante los principales mandos del Ministerio de Defensa.
Agencias AFP, AP y Reuters