Por Natalio Steiner
Las relaciones diplomáticas entre Turquía e Israel han sido un ejemplo de cómo la geografía, la política y las consideraciones económicas pueden influir en los vínculos entre dos naciones. A lo largo de las últimas décadas, estas relaciones han pasado por momentos de colaboración cercana y periodos de tensión significativa.No es lo que sucede desde el 7-10-2023
Inicio de las Relaciones
Turquía fue uno de los primeros países de mayoría musulmana en reconocer oficialmente al Estado de Israel, haciéndolo en 1949, poco después de la fundación de Israel en 1948. Esta decisión marcó el inicio de relaciones diplomáticas formales y sentó las bases para la cooperación en áreas como el comercio, la tecnología y la seguridad.
Periodos de Colaboración
Durante las décadas de 1990 y 2000, Turquía e Israel desarrollaron una relación especialmente cercana. Este periodo estuvo marcado por acuerdos de cooperación militar, intercambios comerciales crecientes y colaboraciones en tecnología y agricultura. Turquía, como miembro de la OTAN, jugó un papel estratégico en la región, y su relación con Israel fue vista como una alianza clave para la estabilidad regional.Sin embargo, las relaciones entre ambos países también han enfrentado serias dificultades. Uno de los puntos de inflexión más significativos fue el incidente de la flotilla de Gaza en 2010, cuando fuerzas israelíes abordaron el buque turco Mavi Marmara, que intentaba romper el bloqueo a la Franja de Gaza. El enfrentamiento resultó en la muerte de varios activistas turcos y provocó una fuerte crisis diplomática. Turquía retiró a su embajador de Israel y redujo significativamente sus relaciones diplomáticas.
Las tensiones también han estado influenciadas por las políticas de ambos gobiernos hacia el conflicto israelo-palestino. Turquía, bajo el liderazgo del presidente Recep Tayyip Erdoğan, ha adoptado una postura crítica hacia las acciones de Israel en Gaza y Cisjordania, mientras que Israel ha acusado a Turquía de respaldar a grupos como Hamás.En los últimos años, han habido esfuerzos por parte de ambos países para restablecer sus relaciones. En 2016, Turquía e Israel llegaron a un acuerdo para normalizar sus vínculos, que incluyó el retorno de embajadores y la promoción del comercio bilateral. A pesar de esto, las relaciones han seguido siendo volátiles debido a las diferencias políticas y las sensibilidades regionales.
En 2022, hubo un nuevo impulso para mejorar los lazos, con intercambios de visitas de altos funcionarios y un renovado interés en fortalecer la cooperación económica. Este proceso ha estado motivado por factores como el gas natural en el Mediterráneo oriental, donde ambos países tienen intereses divergentes. Se recuerda la visita del presidente Herzog y la programada visita de Netaniahu, frustrada por los hecho de público conocimiento.
Las relaciones entre Turquía e Israel están determinadas por una mezcla de pragmatismo y tensiones ideológicas. Mientras que los intereses económicos y estratégicos podrían impulsar una mayor cooperación, las diferencias políticas, especialmente en torno al conflicto palestino, continúan siendo un obstáculo significativo.
Desde el 7-10 hasta nuestros días, Turquía ha empeorado su relación con el estado hebreo. Erdogan es un fiel defensor de líneas ideológicas del Hamas con las que coincide ( por ejemplo la idea de Hermandad Musulmana).
La retórica antiisraelí de Erdogan ha sido violenta ante la reacción israelí al ataque terrorista. Las aerolíneas de ambos países ya no vuelan no a Estambul ni a Ben Gurión.
Varios miles de trabajadores turcos que operaban en Israel perdieron sus puestos de trabajo por las medidas de Erdogan y la exportación e importación entre ambos países es muy baja o casi nula. El turismo israelí a Turquía ha sido reemplazado por otros destinos como Grecia, Bulgaria o Georgia.
El gobierno de Erdogan no oculta los deseos de reconstruir el viejo imperio otomano y su gloria ( caído en 1918) y hace gala de un neootomanismo inocultable y de un clásico fundamentalismo sunnita que ha tenido un rol gravitante en el derrocamiento del sirio Bashir Assad apoyando y armando a los terroristas. Erdogan ha dicho que varias ciudades sirias eran parte del antiguo otomano. Por otro lado, la presencia de tropas turcas en Siria intentando cercar a los kurdos, en Libia sosteniendo al régimen y en Somalía, son una prueba evidente más de sus intereses expansionistas.
Turquía ve en Israel un rival a sus aspiraciones políticas, religiosas y gasíferas. Al proyecto gasífero israelí- chipriota- giego, Turquía opone un oleoducto y gasoducto con Qatar a pesar de la cercanía de este país a Irán. Qatar sostiene la tambaleante economía turca y Turquia mantiene poder militar de equilibrio para que Qatar no sea absorbido por Arabia Saudita.
Turquía, que tiene influencia económica creciente en Jerusalem Oriental sosteniendo fundaciones palestinas, fustiga a Israel e incita a su población contra Jerusalem a la que considera propia “ por las murallas construida por Soleiman el Magnífico.
Es irónico lo que ha sucedido en parte del Medio Oriente: Israel demoliendo a Hezbollah y debilitando a Irán, llevó al expansionismo turco que se le vuelve en contra. El tiempo dirá cómo enfrentaremos esta nueva amenaza por el momento más estratégica que táctica.
Fuente Comunidades Plus