Buenos Aires-23 de enero de 2025-Total News Agency-TNA- En el marco del décimo aniversario del fallecimiento del fiscal Alberto Nisman, Cristina Kirchner ha decidido volver a abordar el tema a través de un mensaje publicado en redes sociales, firmado por Oscar Parrilli. En este mensaje, se califica el deceso de Nisman como un “lamentable suicidio” y se sostiene que su asesinato fue “inventado primero mediáticamente y después judicialmente”. Este enfoque resulta curioso, dado que coincide con el aniversario de una carta pública emitida por la propia Kirchner en 2015, donde afirmaba que Nisman había sido asesinado.
La misiva de 2015, publicada en Facebook, planteaba interrogantes sobre las circunstancias del fallecimiento del fiscal, cuestionando su decisión de suicidarse y sugiriendo que había razones para dudar de la versión oficial. En ella, Kirchner argumentaba sobre la calidad de vida de Nisman y la posibilidad de que hubiera sido víctima de un homicidio, haciendo énfasis en la relación con su colaborador, Diego Ángel Lagomarsino.
Diez años después, la justicia ha llegado a la conclusión de que Nisman fue asesinado, una afirmación que coincide con las declaraciones de Kirchner en su momento. Actualmente, Lagomarsino y cuatro custodios están procesados en relación con el caso, mientras que el exministro de Seguridad, Sergio Berni, enfrenta acusaciones por su manejo de la escena del crimen.
En su reciente carta, Parrilli menciona que Lagomarsino podría haber sido un espía, sugiriendo que existía un control sobre Nisman por parte de la ex SIDE. Esta afirmación plantea interrogantes sobre la posible complicidad del gobierno kirchnerista en el caso, dado que tanto Parrilli como Kirchner ocupaban posiciones de poder en ese momento.
La insinuación de que Lagomarsino era un “agente inorgánico” de la SIDE, es decir, un espía no registrado oficialmente, añade una nueva dimensión a la narrativa del caso. Sin embargo, es importante recordar que Kirchner y Parrilli no habían reconocido previamente la existencia de tales agentes en el organismo de inteligencia.
Parrilli contaba con un gabinete, integrado también, por agentes con vasta experiencia, se supone que trabajaron junto a el por el entonces Señor 5. Un colaborador de Parrilli, Fernando Pocino, aseguro que este dio órdenes ilegales. ¿Qué sabían de Lagomarsino o Stiuso? Parrilli, asegura en su carta que está dispuesto a “cualquier careo y con cualquiera”.

Si se confirma que Lagomarsino estuvo involucrado en un plan para asesinar a Nisman, las implicaciones podrían ser profundas, sugiriendo que el crimen pudo haber sido orquestado desde el interior del poder. Desde el inicio del caso, Lagomarsino ha contado con la defensa de Maximiliano Rusconi, un abogado vinculado al kirchnerismo, que en un momento dado se le habría ofrecido la procuración general, la jefatura de las fiscales, es decir de Nisman.
La situación actual plantea más preguntas que respuestas y reitera la complejidad del legado de Nisman, así como la necesidad de una investigación exhaustiva y transparente y no solo de los miembros de la SIDE de ese momento.