La Alhambra, el Generalife, el barrio del Albaicín, la catedral, el monasterio de Los Jerónimos, el de la Cartuja, el barrio del Realejo, la Alcaicería, los miradores de San Nicolás, San Cristóbal y San Miguel, el Carmen de los Mártires, la iglesia de San Juan de Dios, la Fuente del Avellano… Son tantos los atractivos de Granada que enumerarlos todos es tarea casi imposible.
Tantos, que en esas típicas listas de ‘Lo que hay que ver en…’ siempre se quedan fuera muchas pequeñas cosas que también forman parte de la ciudad, tesoros ocultos a la mayoría de los ojos que sin duda tienen un interés. Los granadinos de pura cepa seguro que los conocen o saben de su existencia, en cuyo caso igual quieren leer sobre ellos. Los de fuera quizás encuentren en este artículo un motivo más para conocer la ciudad. Carmen de Conchita Barrecheguren
El itinerario empieza con una doble visita a Conchita Barrecheguren , que nació en Granada en 1905 y murió, lamentablemente, sólo 22 años después. Hija de una familia muy cristiana y pudiente, que se podía permitir vivir en un carmen en la calle Antequeruela Baja, en el Realejo, desde muy joven convivió con dos cosas: su mala salud y la fe inquebrantable con la que la soportó. Quiso ser monja, pero apenas podía moverse de su casa; de hecho, ni siquiera pudo ir al colegio con asiduidad. Iba a misa y rezaba el rosario todos los días, tocaba el piano, escribía y hacía ropa para los pobres. La tuberculosis truncó su vida cuando apenas había dejado de ser una niña.
La Iglesia le atribuye varios milagros, como curar de un shock séptico a una chica de 16 años, y fue beatificada en la catedral de Granada en mayo de 2023 ante 2.500 personas.Conchita, con su padre y la talla del Niño Jesús con la que dormía archidiócesis de granadaEl Carmen donde vivió se podía visitar con asiduidad hasta antes de esa beatificación. Ahora sólo está abierto los días 13 de cada mes –ella murió un día 13- y entonces pueden verse algunos de sus objetos personales: su cama, la imagen del niño Jesús con la que dormía, la mesilla de noche… A las doce del mediodía se oficia allí una misa para honrar su memoria. Pero si se quiere ahondar más en su figura, es preciso acudir al santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro , en la calle San Jerónimo.
Allí están sus restos en una urna especialmente confeccionada para ella y también se conserva su archivo, sus libros y otros objetos relacionados con ella. Se puede ver a diario entre las 11 y las 14 horas y entre las 17.30 y las 20.30.Museo SefardíEl Museo Sefardí es probablemente el más peculiar de cuantos hay en Granada, por un motivo muy concreto: sólo se puede visitar mediante cita concertada . Pero eso no se debe a que sea muy pequeño y tenga las plazas limitadísimas, sino a motivos de seguridad. Está en el Realejo, un emplazamiento de lo más adecuado si se tiene en cuenta que fue el barrio judío de Granada. De ahí que a los nacidos en esa preciosa zona de la ciudad les llamen greñúos , en homenaje a los tirabuzones que llevaban en el pelo los hombres. De eso ha pasado mucho tiempo, pero la zona alta del Realejo conserva la esencia de aquella época: calles estrechas y laberínticas en las que es casi imposible caminar sin subir o bajar.
En uno de esos recovecos se encuentra el Museo Sefardí o de la Judería, que regentan unos particulares y que funciona desde el año 2013.El museo está en el Realejo, el antiguo barrio judío de Granada g. ortegaDentro hay joyas de gran valor: una biblioteca donde es posible encontrar libros del siglo XIV , llaves antiguas donadas por familias judías de varios puntos de Andalucía, diversos objetos de culto, una cocina de cerámica… Todo eso se puede ver en un ambiente sosegado en el que no falta un típico patio de estilo sefardí. Su visita es muy recomendable, pero, como ha quedado dicho, también muy limitada. No sólo hay que solicitarla sino, después, quedar a la espera de confirmación. Antes de concederla se debe comprobar la documentación –DNI o pasaporte- de los que quieren entrar y asegurarse de que todo está en orden. El motivo es claro: es un museo dedicado a la tradición judía, regentado por judíos. Aunque obviamente ellos están al margen de cuestiones que no sean la religión y la cultura y su objetivo es mostrar la vinculación del barrio y la ciudad con lo sefardí, no se puede obviar que hay un conflicto importante entre Israel y Palestina .
A lo largo de su corta historia, el museo ha tenido que bregar con amenazas, avisos de acciones violentas que por suerte no se han producido pero que han puesto en alerta a sus propietarios. Centro Cultural Max MoreauMax Moreau fue un pintor nacido en Soignies (Bélgica) en 1902 que, pese a su falta de formación académica, despuntó desde niño por su trabajo artístico. Con el tiempo se fue especializando en el retrato y desarrolló un gusto por lo exótico que le llevó a lugares como Marruecos, Túnez o Bahamas . En 1950 compró en el Albaicín el Carmen de los Geranios y allí vivió, rodeado de huertos, óleos, libros y música –también tocaba el piano- hasta que falleció en 1992. Su casa, hoy convertida en Centro Cultural Max Moreau, no pasa desapercibida para muchos de los que visitan el Albaicín, porque está a pocos metros del mirador de San Nicolás y de la plaza de San Miguel Bajo. Es un lugar donde se saborea el arte, pero también es válido para desconectar del ruido y disfrutar de un entorno que retrotrae a la época árabe, donde en Granada abundaban esos jardines esplendorosos.Jardín del Carmen de los Gereanios, donde vivió el pintor abcAllí se conserva su estudio , casi intacto, y de las paredes cuelgan numerosos cuadros suyos, como también de otros artistas con los que guardó relación o que han llegado después.
También está el piano, que tocó con asiduidad hasta que fue mayor, y bastantes objetos de artesanía que fue acumulando en sus viajes. El museo está abierto de 10.130 a 13.30 y de 16.00 a 18.00.Casa Museo Manuel de FallaManuel de Falla nació en Cádiz en 1876 pero vivió en Granada desde 1922, por lo que ambas ciudades andaluzas se disputan su paternidad, por así decirlo. En el carmen en el que vivió con su hermana, en la calle Antequeruela Baja (sí, la misma donde está la casa de Conchita, pero algo más arriba) se puede visitar su Casa Museo de martes a sábado entre las 10 y las 17 horas y los domingos de 10 a 15.00.Es una casa de dos plantas que no destaca por ser lujosa sino más bien por lo contrario: es bastante austera . Falla, un hombre muy religioso, se conformaba con poco: un piano para tocar y componer, que por supuesto está allí, un jardín en el que solazarse y la cercanía de buenos amigos con los que organizar tertulias culturales.
El dormitorio de Manuel de Falla se expone a los visitantes abcEl dormitorio y el salón casi pasarían desapercibidos si no fuera porque entre su espartana decoración hay elementos de un valor incalculable: regalos de amigos como Picasso, Unamuno o Federico García Lorca . Todo eso lo dejó atrás para irse tras la Guerra Civil a Argentina , donde enfermó y falleció en 1946. Sus restos reposan en Cádiz, pero su recuerdo está bien presente en su casa granadina. Casa Molino de Ángel GanivetÁngel Ganivet , nacido en Granada en 1867, pasa por ser uno de los precursores del movimiento literario conocido como Generación del 98, algo en lo que seguramente influyó su visión un tanto pesimista de la situación social que vivió. Cultivó el ensayo, la poesía y el periodismo, ejerció de diplomático, dejó tras de sí un buen número de obras que no han perdido vigencia, como Idearium español, y falleció en Riga (Letonia) precisamente en 1898. A su memoria hay consagradas varias cosas en Granada: una estatua, una calle, un instituto y una casa molino que perteneció a su familia y que ahora, convertida en museo, gestiona la Diputación Provincial.
Funciona como espacio cultural y expositivo , así como un salón de actos y una biblioteca, pero también buena parte de su legado, con idea de conservarlo y divulgarlo a las siguientes generaciones.Fachada de la casa donde vivió Ganivet abcEs una casa curiosa por dentro y por fuera, porque permite conocer una de las formas de ganarse la vida de los habitantes de la zona desde el siglo XVII –otra era la confección de tejidos de seda, pero eso da para otro artículo- y también porque abre la posibilidad de conocer la obra de un escritor que merece el reconocimiento de los grandes. La casa natal de Ángel Ganivet está en la Cuesta de los Molinos y se puede visitar de lunes a viernes entre las nueve de la mañana y las dos de la tarde, aunque cuando hay exposiciones también está abierta los sábados entre las 11 y las 14 horas y entre las 17 y las 20.
Fuente ABC