Vaticano, 7 de mayo de 2025 – Total News Agency-TNA- El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, quien falleció recientemente, no logró alcanzar un consenso en su primera votación, resultando en una fumata negra que fue visible desde la chimenea del Vaticano. Un total de 133 cardenales menores de 80 años se reunieron en la Capilla Sixtina, un espacio cargado de simbolismo y tradición, para llevar a cabo este proceso crucial para la Iglesia Católica.
Proceso del Cónclave
Durante el cónclave, los cardenales votan de manera secreta hasta cuatro veces al día: dos en la mañana y dos en la tarde. Para ser elegido, un candidato debe obtener dos tercios de los votos. En esta ocasión, ninguno de los aspirantes logró alcanzar la cifra necesaria, lo que llevó a que las papeletas se quemaran, generando la emblemática fumata negra.
Este ritual, que ha sido parte del proceso de elección papal durante siglos, permite que el mundo exterior reciba información sobre el avance del cónclave. La fumata negra indica que no hubo acuerdo, mientras que la fumata blanca señalaría la elección de un nuevo papa.
Continuación del Cónclave
El cónclave proseguirá mañana, con la siguiente ronda de votaciones programada para las 5:30 a.m. (hora de Argentina). En caso de no alcanzar un consenso en esta segunda votación, se llevará a cabo una tercera dos horas más tarde, manteniendo la expectativa entre los fieles que se congregan en la Plaza San Pedro.
La atención del mundo católico está centrada en este proceso, donde la elección del nuevo líder de la Iglesia es de vital importancia para el futuro de la institución. Los cardenales, como guardianes de la fe, se enfrentan a la responsabilidad de elegir a un líder que guiará a millones de creyentes en un momento de desafíos y cambios.
La falta de acuerdo en la primera votación refleja la complejidad de las decisiones que deben tomar los cardenales. A medida que el cónclave avanza, los fieles y observadores internacionales esperan con ansias el desenlace de este histórico proceso, que determinará la dirección de la Iglesia Católica en los años venideros. La fumata negra, aunque decepcionante para muchos, marca solo el comienzo de un camino hacia la elección del nuevo Papa, que podría ser largo.