Por Nicolás J. Portino González
La situación educacional en Argentina –y por extensión, en buena parte de Iberoamérica– ha alcanzado niveles alarmantes. Hoy, incluso aquellos jóvenes que logran finalizar el nivel secundario no cuentan con las herramientas mínimas para insertarse en el mundo productivo, ni mucho menos para comprender críticamente el entorno que los rodea. Hablamos de generaciones completas formadas en la nada: sin disciplina, sin pensamiento estratégico, sin lógica ni cultura del esfuerzo. Esta crisis educativa profunda no es un accidente: es el resultado de décadas de abandono, de improvisación pedagógica, de ideologización vacía, y de una estructura docente burocratizada e intelectualmente decadente.
Las autoridades educativas, lejos de ser parte de la solución, constituyen hoy una de las principales barreras al cambio. La mediocridad en la formación docente, la falta de actualización profesional y el rechazo sistemático a la evaluación y al mérito, han vaciado de contenido al sistema. Como si eso fuera poco, las normativas actuales permiten que miles de alumnos promocionen sin aprender, repitan sin razonar, y egresen sin comprender.
Frente a este diagnóstico terminal, es imprescindible un viraje estratégico profundo: una refundación educativa al servicio del desarrollo nacional y la defensa de nuestra soberanía cognitiva y tecnológica.
UNA PROPUESTA DE REFORMA VITAL.
Este programa se basa en una lógica doble:
Formar integralmente a las nuevas generaciones en las tecnologías del presente y futuro e incorporar a las generaciones excluidas, reconvirtiendo su rol mediante formación estructurada y servicio a la Nación.
La propuesta se complementa con la implementación de un Servicio Militar Obligatorio o Servicio de Seguridad Nacional para aquellos jóvenes que, al finalizar el colegio secundario, no se inscriban en carreras universitarias ni técnicas certificadas. Esta medida no es punitiva: es formativa. Se trata de insertar valores, orden, conocimientos técnicos básicos y sentido de pertenencia en jóvenes sin rumbo.
A continuación, el esquema educativo que debe incorporarse -al existente- de manera transversal y urgente en los tres niveles educativos, alineado con las demandas del siglo XXI:
NIVEL PREESCOLAR.
1. Exploradores digitales y machine learning:
Introducción lúdica a entornos tecnológicos, desarrollo cognitivo temprano en lógica computacional e IA básica mediante juegos estructurados.
NIVEL PRIMARIO.
2. Ciudadanía digital responsable e inteligente:
Formación ética en el uso de tecnologías, redes sociales, privacidad y conducta digital desde edades tempranas.
3. Pensamiento computacional con inteligencia artificial:
Resolución de problemas, lógica algorítmica e introducción a estructuras de decisión con apoyo de sistemas de IA guiada.
4. Imagen, sonido e inteligencia artificial creativa:
Producción multimedia, análisis de contenido digital y uso de IA en creación artística, desarrollando habilidades expresivas y técnicas.
NIVEL SECUNDARIO.
5. Ciberseguridad e inteligencia artificial ética:
Formación en defensa digital, gestión de identidades, hacking ético y criterios morales aplicados a IA.
6. Desarrollo web, aplicaciones e IA generativa:
Diseño y programación de plataformas, herramientas no-code y sistemas con IA generativa integrada.
7. Arquitectura de sistemas e IA distribuida:
Comprensión de redes, infraestructuras digitales y procesamiento colaborativo entre nodos IA.
8. Criptografía, Blockchain e Inteligencia Artificial:
Seguridad de la información, contratos inteligentes y descentralización digital al servicio del desarrollo nacional.
9. Ciberinteligencia y análisis predictivo:
Formación en técnicas de vigilancia digital, minería de datos, y predicción de comportamientos aplicados a seguridad e inteligencia social.
10. Realidades extendidas e IA inmersiva:
Desarrollo y uso crítico de entornos de realidad virtual, aumentada y mixta con integración de inteligencia artificial.
UNA DECISIÓN POLÍTICA y…ACADÉMICA.
Esto no es una discusión pedagógica. Es una decisión estratégica nacional. O Argentina redefine su sistema educativo desde un paradigma de alta exigencia, actualización tecnológica y disciplina formativa, o seguirá degradándose como Nación, perdiendo generaciones enteras de jóvenes que ni estudian ni trabajan ni pueden sostener un proyecto de vida.
Es tiempo de dejar atrás la educación de cartón, de reemplazar pedagogías que no sirven por estructuras que formen ciudadanos libres, productivos, preparados para defender y reconstruir la Patria.
La Inteligencia Estratégica no solo se aplica a las amenazas externas. Se aplica, sobre todo, a identificar y revertir las amenazas internas que atentan contra el futuro del país. Y hoy, sin duda, el fracaso educativo es una de ellas.