Bruselas, 22 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA –Mientras el mundo sigue evaluando el impacto estratégico de los recientes bombardeos estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes, expertos en política internacional advierten que la amenaza atómica de Teherán persiste intacta. Según declaraciones del analista danés Jacob Kirkegaard, del Instituto Bruegel, la única forma definitiva de impedir que Irán adquiera un arma nuclear sería un cambio de régimen en el país persa. A su vez, fuentes confidenciales adelantaron a Total News Agency que Irán podría haber ocultado el Uranio ya enriquecido.
En diálogo con el canal europeo Euronews, Kirkegaard sostuvo que, pese al éxito táctico de la “Operación Martillo de Medianoche” —ejecutada por fuerzas norteamericanas por orden del presidente Donald Trump—, Irán podría continuar desarrollando capacidades nucleares clandestinas. El especialista indicó que Teherán aún cuenta con reservas significativas de uranio enriquecido, así como con el conocimiento técnico suficiente para producir una bomba nuclear si su dirigencia lo decidiera.
“Las instalaciones pueden haber sido atacadas, pero los datos del OIEA estimaban que Irán ya tenía 400 kilos de uranio enriquecido al 60%. Eso es más que suficiente, en términos técnicos, para una ojiva si se completa el proceso”, precisó Kirkegaard, subrayando que no existe garantía de que todos los elementos críticos del programa nuclear hayan sido destruidos. “Irán sigue siendo una potencia en el umbral nuclear”, agregó.
Riesgos de represalias y advertencias sobre una escalada
Kirkegaard también evaluó como poco probable que Irán opte por una represalia directa de gran escala, como un ataque a bases estadounidenses o a infraestructuras petroleras en el Golfo, debido a su actual “debilidad militar histórica” y a la reducción operativa de sus aliados regionales —como Hezbolá, los hutíes y Hamás— que han sido golpeados o desarticulados por acciones israelíes y coaliciones árabes en los últimos meses.
“El régimen iraní sabe que Trump ha demostrado estar dispuesto a apretar el gatillo. No creo que haya una escalada inmediata, pero tampoco veo una vía clara hacia un nuevo acuerdo nuclear”, advirtió, refiriéndose a una eventual reedición del Plan de Acción Integral Conjunto (JPCOA). Según el analista, Occidente podría exigir ahora condiciones más intrusivas, que Irán podría rechazar de plano.
Trump, Europa y el nuevo tablero geopolítico
Kirkegaard también afirmó que la acción militar sobre Irán consolidará el respaldo interno de Donald Trump de cara a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, al posicionarlo como un líder firme en seguridad nacional. “Será recordado como el presidente que bombardeó Irán. Eso le servirá como escudo ante las críticas dentro de su propio movimiento político”, apuntó.
En cuanto al rol europeo, el analista fue tajante: “Europa es irrelevante en este conflicto. La diplomacia del E3 fracasó y no hay consenso en el bloque”. Si bien varios gobiernos evitaron pronunciarse públicamente, según Kirkegaard existe un respaldo tácito al accionar israelí y estadounidense. “Muchos líderes europeos están aliviados por la degradación del programa de misiles y drones iraníes. Golpear a Irán es debilitar a Rusia, su principal amenaza estratégica”, concluyó.
En este nuevo escenario global, donde las líneas entre conflictos regionales y rivalidades globales se desdibujan, la ofensiva sobre Irán no sólo tensiona el tablero de Medio Oriente, sino que también redefine alianzas, prioridades de defensa y el alcance de la disuasión nuclear. La comunidad internacional se enfrenta a una encrucijada: aceptar un Irán al borde de la capacidad atómica o tomar medidas más profundas con riesgos geopolíticos aún mayores.