Buenos Aires, 26 de agosto de 2025-Total News Agency-TNA-.Ucrania intensificó en las últimas semanas su campaña contra el sector energético ruso con ataques a refinerías, depósitos de petróleo y objetivos militares e industriales, lo que interrumpió el equivalente al 17% de la capacidad total de refinado del país —unos 1,1 millones de barriles diarios— y generó episodios de escasez en regiones del sur de Rusia y en Crimea.
El domingo, Kiev alcanzó una terminal de gas en la región de Leningrado y la refinería de Syzran, en Samara. Una fuente del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) señaló que el organismo estuvo detrás del ataque a la terminal de gas natural licuado: “Rusia comercializa petróleo y gas a través de esta terminal con la ayuda de una ‘flota en la sombra’. Las sanciones con drones del SBU reducen la entrada de divisas que Rusia necesita para hacer la guerra”, afirmó. En paralelo, el Estado Mayor ucraniano confirmó que la Inteligencia Militar (HUR), las Fuerzas de Sistemas No Tripulados y otras agencias participaron en el golpe a la planta de Syzran, que “se especializa en la producción de gasolina, gasóleo, combustible para aviones y otros derivados suministrados a las tropas rusas”.
Según el Estado Mayor, “la refinería Syzran tiene una capacidad de diseño de hasta 8,5 millones de toneladas de crudo al año, lo que representa alrededor del 3,08% del volumen total de refinado de petróleo de Rusia”. A comienzos de mes, Ucrania también había atacado la refinería de Lukoil en Volgogrado —la mayor del sur ruso—, así como grandes instalaciones en las regiones de Sarátov y Rostov.
Los ataques coinciden con la temporada alta de demanda de gasolina por turismo y actividades agrícolas. Antes de esta escalada, Moscú había endurecido en julio la prohibición de exportar nafta para priorizar el abastecimiento doméstico. En los últimos días, se verificaron colas en estaciones de servicio y la implementación de sistemas de cupones en ciertas zonas; medios locales reportaron además ventas restringidas a organizaciones y empresas.
Con esta ofensiva, Kiev busca degradar la capacidad de Rusia para procesar y exportar crudo, afectando una fuente clave de financiamiento de su esfuerzo bélico y complicando la logística de combustibles para uso civil y militar. Las autoridades ucranianas aseguran que continuarán apuntando a infraestructura energética crítica para elevar los costos económicos y operativos de Moscú.