Buenos Aires, 22 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA–La investigación judicial en torno a la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) entró en una fase crítica con el descubrimiento de un entramado complejo de relaciones entre operadores históricos, sociedades familiares, funcionarios públicos de alto rango y grupos económicos vinculados al sector energético. El denominado “triángulo” conformado por Miguel Ángel Calvete, su hija Ornella Calvete y el subsecretario de Gestión Productiva del Ministerio de Economía, Javier Ignacio Cardini, pareja de Ornella Calvete, se perfila como el eje operativo del esquema, mientras que el vínculo con el Grupo Neuss y el asesor presidencial Santiago Caputo aportan una dimensión política que compromete la arquitectura institucional del gobierno. Sin duda algo inesperado para el gobierno.
Miguel Ángel Calvete, que operaba en ANDIS antes de la llegada de este gobierno, aparece en el expediente como el articulador externo central del sistema de pagos irregulares detectados en ANDIS: en su rol previo como vocero de supermercados chinos, concejal en La Matanza y empresario de insumos médicos, tejió una red que conectaba proveedores del Estado con funcionarios clave, con anotaciones, cuadernos y teléfonos que revelan un mecanismo sistematizado de recaudación. Su detención abrió el camino hacia una estructura familiar más amplia. La investigación describe a Calvete como “el gestor” que unía proveedores con decisiones estatales.
El caso de Ornella Calvete marcó un salto cualitativo en la causa. Desde su puesto técnico dentro del Ministerio de Economía —con acceso a expedientes, decisiones y circuitos de pago— se convirtió en un punto de enlace privilegiado entre la empresa privada y la administración pública. Su renuncia se produjo tras el allanamiento de su vivienda, donde se hallaron alrededor de USD 700 000 en efectivo junto a documentación societaria atribuida a la firma investigada INDECOMM. Los chats secuestrados con su padre, donde se mencionan porcentajes, contactos y montos, dejaron en claro su participación activa en el flujo del dinero.
El tercer vértice del triángulo, Javier Ignacio Cardini, combina una trayectoria empresarial en tecnología y movilidad con un cargo estratégico en la estructura pública. Como subsecretario de Gestión Productiva del Ministerio de Economía, ocupa un espacio sensible donde políticas de compras, proveedores y alianzas productivas confluyen. Su participación en el allanamiento y su vínculo directo con los Calvete lo colocan bajo intenso escrutinio, aunque el Gobierno resiste suspenderlo, lo que evidencia una tensión interna entre la necesidad de transparencia y el preservacionismo político.
A este núcleo se suma el entramado de los Neuss–Caputo: el Grupo Neuss, con inversiones en distribución eléctrica provincial, proyectos hidroeléctricos, energías renovables y construcción urbana, amplió su presencia justo cuando Caputo ascendía como asesor clave del presidente. La coincidencia temporal de crecimiento empresarial y ascenso político dispara la sospecha de captura regulatoria: cuando quienes regulan terminan beneficiando a quienes deberían supervisar. El ministro Caputo, el holding Neuss y los actores de la ANDIS conforman un escenario que pone en jaque la separación entre intereses públicos y privados.
La trama societaria exhibe características recurrentes de los esquemas de corrupción: empresas de objeto social amplio (“comodín”), participación familiar directa, capacidad de operar en rubros diversos según las oportunidades, tercerización estatal y vínculos informales que cruzan lo público y lo privado. En este caso, la estructura se mantuvo más allá de un solo contrato o proveedor: funcionó simultáneamente dentro del Estado y en el exterior, como una organización adaptativa en la frontera entre lo legal y lo ilegal.
Mientras la Justicia —a través de teléfonos secuestrados, cuadernos, chats y escenas familiares— avanza en seguir la ruta del dinero, el Gobierno enfrenta una disyuntiva fundamental: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar con las responsabilidades políticas internas sin comprometer a su propio equipo? Porque el triángulo Calvete-Cardini-Neuss ya no es un incidente aislado, sino la punta de un iceberg que parece desplegar un alcance estructural.

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