Buenos Aires, 25 de noviembre de 2025-Total News Agency-TNA-Un análisis conjunto de relevamientos recientes y datos oficiales revela que la calidad del agua en la provincia de Buenos Aires enfrenta una crisis que va mucho más allá del simplemente suministro: amplias zonas están expuestas no sólo al arsénico, sino también a nitratos y metales pesados. Especialistas advierten que, aunque el riesgo varía por distrito, el problema alcanza tanto a localidades rurales alejadas como a municipios del conurbano bonaerense.
Un informe del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) indica que aproximadamente el 70 % del territorio provincial presenta aguas subterráneas o de red con concentraciones de arsénico superiores al valor de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) —10 µg por litro o 0,01 mg/L— y en múltiples casos superan ampliamente el límite vigente en Argentina, de 50 µg/L. Las zonas más comprometidas incluyen el corredor de la ruta 5 (localidades como 9 de Julio, Bragado, Casares y Trenque Lauquen) y municipios del conurbano bonaerense como Almirante Brown, Ezeiza y San Vicente.
El arsénico —componente que no tiene olor ni sabor— es detectado tanto en aguas de pozo como de red, incluso cuando éstas parecen cristalinas, lo cual incrementa la complejidad de su control. Su ingestión prolongada se vincula con afecciones graves tales como hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE), cáncer de pulmón, cáncer de laringe, fibrosis pulmonar y otros trastornos respiratorios.
A la problemática del arsénico se suman los nitratos y otros contaminantes. Un estudio revela que en diversas localidades del sur de Santa Fe y en zonas del Gran Buenos Aires los valores de nitrato en agua potable superaron los 50 mg/L —muy por encima del máximo permitido de 45 mg/L—, lo cual implica riesgos adicionales, especialmente para la salud infantil (por ejemplo, metahemoglobinemia). También se han documentado niveles relevantes de metales como plomo, cromo y mercurio en cuencas y ríos de la provincia.
La presencia intensificada de arsénico en los municipios más afectados muestra valores como los 295 ppb (0,295 mg/L) en Guaminí, 165 ppb en Nueve de Julio y 156 ppb en agua de pozo en Cañuelas, según los últimos datos del ITBA. Estas cifras multiplican el límite recomendado por la OMS y superan holgadamente la normativa argentina vigente. El informe identifica 15-16 distritos bonaerenses en “semáforo rojo” por su magnitud.
A pesar de ello, la empresa provincial de agua, Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA), afirma que el agua suministrada cumple con los parámetros vigentes según la normativa nacional. Sin embargo, especialistas advierten que estos estándares están atrasados frente a las guías de la OMS, y que muchas redes o sistemas de pozo no incorporan etapas específicas de eliminación de arsénico o nitratos.
Las consecuencias implican además una fuerte dimensión ambiental y social: en la provincia existen cerca de 22.000 viviendas vacías, lo que representa el 15,1 % del total, mientras que el acceso a agua segura varía considerablemente en municipios rurales o periurbanos. La combinación de infraestructura insuficiente, falta de monitoreo contínuo y normas desactualizadas contribuyen a que los sectores más vulnerables sean quienes más sufren el impacto.
Frente a este escenario, investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) han desarrollado tecnologías de bajo costo para reducir arsénico y nitratos en agua mediante carbón vegetal tratado, lo que podría brindar una solución parcial para las comunidades más afectadas.
La alarma se extiende a la salud pública y la política: el gobierno provincial deberá revisar la actualización de sus límites regulativos, acelerar los programas de potabilización especializados y garantizar información pública y accesible sobre la calidad del agua para los ciudadanos. La creación de mapas interactivos con datos actualizados figura entre las iniciativas presentadas por legisladores bonaerenses.
En síntesis, la provincia de Buenos Aires enfrenta una crisis silenciosa de calidad de agua: aunque el porcentaje exacto de población afectada varía, los datos apuntan a que una gran parte del territorio está expuesta a contaminantes peligrosos cuya presencia no se corresponde con los límites internacionales. Garantizar agua segura no es solo invertir en infraestructura, sino actualizar normativas, fortalecer monitoreos y dar transparencia para proteger la salud colectiva.
Provincias argentinas afectadas por arsénico y otros contaminantes en el agua
1. Provincias con mayor afectación por ARSÉNICO (HACRE)
Según el ITBA, Conicet, universidades nacionales y relevamientos hidrogeológicos:
🔴 Buenos Aires
- 70% del territorio con valores sobre el límite OMS.
- Corredor Ruta 5: 9 de Julio, Bragado, Casares, Pehuajó, Trenque Lauquen.
- Conurbano Sur: Almirante Brown, Ezeiza, San Vicente.
- Zonas costeras: Mar del Plata y alrededores.
🔴 Córdoba
- Sur y sureste provincial presentan valores extremos.
- Departamentos más afectados: Roque Sáenz Peña, General Roca, Presidente Roque Sáenz Peña, Unión.
🔴 Santa Fe
- Especialmente el sur y el oeste.
- Rosario y zona metropolitana registran fluctuaciones estacionales.
🔴 La Pampa
- Una de las provincias con mayor prevalencia de hidroarsenicismo crónico (HACRE).
- Localidades como Santa Rosa, Toay, General Acha y el oeste rural, en alerta permanente.
🔴 Mendoza
- Oasis este y zonas de riego profundo.
- San Martín, Junín, Rivadavia, La Paz y Lavalle especialmente afectadas.
🔴 San Luis
- Cuencas subterráneas con niveles elevados, sobre todo en el norte y este provincial.
🔴 San Juan
- Presencia localizada de arsénico y boro en pozos profundos.
- Áreas rurales del noreste en mayor riesgo.
🔴 Catamarca
- Regiones de Valle Viejo, Capayán y zonas mineras.
🔴 La Rioja
- Regiones rurales del centro y oeste provincial.
🔴 Tucumán
- Valles y zonas rurales del este.
- Vinculado a problemas de riego y retorno agrícola.
🔴 Santiago del Estero
- Una de las provincias históricamente más afectadas por HACRE.
- Zonas rurales con valores extremadamente altos.
🔴 Salta
- Depresiones y zonas de salares.
- Afectación en Anta, Metán, Güemes y parte de Orán.
🔴 Chaco
- Centros rurales con pozos de alta concentración.
- Franja oeste y sudoeste más comprometidas.
🔴 Formosa
- Presencia natural en napas subterráneas, especialmente en el oeste provincial.
2. Provincias afectadas por otros contaminantes relevantes
NITRATOS (relacionado con actividad agrícola y pozos poco profundos)
- Santa Fe (sur y centro agrícola)
- Córdoba (cuencas tamberas y del sur)
- Buenos Aires (zonas periurbanas, conurbano y corredores agrícolas)
- Entre Ríos (áreas de altísima producción avícola y porcina)
- Tucumán (fertilizantes y escorrentía agrícola)
- Mendoza (valle de riego del este)
FLÚOR (fluorosis dental y ósea)
- Chaco
- Santiago del Estero
- La Pampa
- Buenos Aires (zonas rurales)
- Córdoba (áreas serranas)
BORO (asociado a zonas volcánicas o mineras)
- San Juan
- Catamarca
- Salta
- Jujuy
- Mendoza
METALES PESADOS (cuencas fuertemente industrializadas o mineras)
Plomo, mercurio, cadmio, cromo y cobre:
- Buenos Aires (Cuenca Matanza-Riachuelo, Reconquista, Río de la Plata)
- Córdoba (cuencas industriales de Sierras Chicas y San Francisco)
- Tucumán (cuencas afectadas por residuos industriales)
- Jujuy (zonas mineras históricas)
- San Juan (áreas vinculadas a salares y minería metalífera)
- Salta (cuencas altas con actividad extractiva)
3. Provincias con mayor afectación simultánea por múltiples contaminantes
(Riesgo combinado de arsénico + nitratos + metales)
- Buenos Aires – la de mayor superficie crítica.
- Córdoba – doble riesgo: arsénico + nitratos.
- Santa Fe – arsénico + nitratos + metales en zonas urbanas.
- La Pampa – arsénico generalizado + riesgo microbiológico rural.
- Mendoza – arsénico + boro + zonas de nitratos.
- Tucumán – nitratos + metales + arsénico en valles.
- Santiago del Estero – arsénico + fluor + nitratos.
Conclusión del Anexo
El problema del agua contaminada en la Argentina no es aislado ni exclusivo de Buenos Aires: más de 14 provincias presentan niveles de arsénico superiores a los recomendados por la OMS, y al menos 10 registran problemas combinados con nitratos, flúor o metales pesados.
Esto configura una de las crisis sanitarias más extendidas y silenciosas del país, con impacto directo en la salud respiratoria, renal, ósea, neurológica y en la incidencia de cáncer.

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