Buenos Aires, 2 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA-En medio de la expectativa por el inminente envío al Congreso del proyecto de reforma laboral del Gobierno, una nueva encuesta de la consultora Zentrix expuso un escenario complejo: mientras existe un mayoritario respaldo social al cambio de leyes laborales, crece al mismo tiempo un fuerte rechazo hacia la estructura sindical tradicional, un dato que enciende alertas en la CGT y en el peronismo.
El sondeo, realizado sobre 1.150 casos en todo el país mediante cuestionario online, indagó no solo en la percepción sobre la gestión presidencial, sino especialmente en la sensibilidad social respecto de los ejes clave que el Ejecutivo de Javier Milei pretende modificar. El primer dato sobresaliente es que el 55% de los consultados está a favor de modificar las leyes laborales, frente a un 38,9% en contra. Entre los votantes del Presidente, el apoyo trepa al 87,9%, pero la sorpresa se ubica entre quienes votaron por Sergio Massa en 2023: el 17,8% también se mostró a favor de una reforma, revelando fisuras en el electorado opositor.
La metodología del estudio incluyó una verificación del voto de 2023 para garantizar representatividad. Los resultados coincidieron con el balotaje (54,3% Milei y 45,7% Massa), lo que permite trazar comparaciones precisas entre segmentos políticos. Es justamente en ese cruce donde aparecen las señales más inquietantes para el peronismo y, sobre todo, para la cúpula sindical.
Uno de los datos más contundentes es la imagen negativa de los sindicatos, que alcanza al 63,9% del total de los consultados. Apenas un 15,1% expresó una opinión positiva. Entre los votantes peronistas, que históricamente sostuvieron al movimiento obrero, el 30,5% manifestó una valoración negativa, una señal de desgaste profundo en el vínculo entre el sindicalismo y su base tradicional.
El estudio también abordó una cuestión que ya genera tensiones entre el Gobierno y la CGT: la modalidad de negociación de los convenios colectivos de trabajo. Mientras la Casa Rosada promueve acuerdos por empresa y la eliminación de la “ultraactividad”, la encuesta reveló que el modelo sectorial mantiene mayor adhesión. El 35,5% prefiere que los convenios se negocien por sector, como sucede actualmente; el 30,8% opta por una combinación de sector y región; y solo el 20,6% respalda acuerdos estrictamente por empresa, como impulsa el oficialismo. Este dato implica que, aunque existe un clima favorable a la reforma, la discusión sobre la negociación colectiva será uno de los puntos más sensibles del debate legislativo.
Más disruptivo aún para el sindicalismo resulta el resultado referido a la cuota sindical obligatoria. Un 67,5% de los encuestados se pronunció a favor de que sea voluntaria, mientras que apenas el 17,8% defendió su obligatoriedad. Entre los votantes de Massa, el 41,4% también respaldó la voluntariedad, un número que desnuda la pérdida de consenso alrededor de uno de los pilares económicos de los gremios.
El estudio muestra, además, que el 61,3% de la población cree que los sindicatos deben renovar sus autoridades y modernizarse, mientras que un 18,3% propone desarticularlos y un 13% sugiere reducir su poder, una tendencia que indica desgaste estructural pero no rechazo total a la organización sindical como herramienta laboral.
El Gobierno, que ya dejó trascender que el proyecto de reforma laboral está técnicamente concluido, encuentra en estos resultados un apoyo relevante para avanzar en el debate parlamentario. Para la CGT, en cambio, el mensaje social es una advertencia: su narrativa de resistencia podría no sintonizar con el sentimiento de una mayoría que reclama modernización, cambios en los aportes y revisión del modelo sindical, aunque aún respalda la continuidad de los convenios sectoriales.
La encuesta sugiere, finalmente, que la opinión pública juzgará la reforma por el contenido concreto del proyecto y no por la oposición sindical. Las luces rojas se encienden tanto en la conducción gremial como en un peronismo cuyos postulados históricos parecen hoy desalineados de la percepción de amplios sectores asalariados.

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