Buenos Aires, 18 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA- La investigación judicial del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que el 18 de julio de 1994 dejó 85 muertos y centenares de heridos, sumó un capítulo de alto valor probatorio tras la declaración de cuatro iraníes disidentes que aportaron datos fundamentales sobre la planificación del ataque, en un proceso que podría fortalecer la próxima etapa del juicio en ausencia que instruye el juez federal Daniel Rafecas.
Tras meses de gestiones diplomáticas, la fiscalía a cargo de la causa, liderada por Sebastián Basso, logró entrevistar en Francia a los cuatro testigos, todos miembros del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI), organización opositora al régimen de los ayatolás y con presencia histórica en la resistencia iraní desde el exilio. Las testimoniales se tomaron físicamente en una localidad en las afueras de París, bajo estricta cooperación con la justicia francesa y conforme a sus normas procesales, con el apoyo de un equipo de traductores especializados dada la ausencia de intérpretes directos del persa al español.

Las identidades de los cuatro disidentes se mantienen bajo resguardo por razones de seguridad, en un contexto en el que varios de ellos enfrentan amenazas directas del régimen iraní. Algunos, incluso, han sido objeto de fatwas que ordenan su asesinato, y han sufrido persecuciones, encarcelamientos y atentados contra familiares en el marco de décadas de confrontación política con Teherán.
Según fuentes judiciales, los testigos prestaron declaración no solo como tal, sino también en calidad de expertos, ya que antes de su exilio habrían tenido contacto directo con autoridades del régimen iraní y acceso a información de primera mano sobre el contexto y la planificación previa al atentado de 1994. Una fuente allegada a la investigación señaló que estos mismos disidentes fueron “los primeros que avisaron a la Argentina, a días del atentado, que la autoría se encontraba del lado iraní”, un dato que otorga relevancia adicional a sus declaraciones en el entramado probatorio que maneja la UFI-AMIA.
La causa AMIA lleva décadas de investigación y varios hitos procesales, entre ellos la decisión del juez Rafecas de ordenar un juicio en ausencia contra diez acusados, entre exfuncionarios del gobierno iraní y miembros de Hezbollah, por su presunta implicancia en la autoría intelectual y material del ataque terrorista, una medida confirmada por instancias judiciales superiores y sustentada en la legislación que habilita este tipo de proceso penal cuando los imputados se mantienen huidos de la justicia argentina.
De acuerdo con la investigación consolidada por la Unidad Fiscal AMIA, la decisión de ejecutar el atentado se habría tomado el 14 de agosto de 1993 en la ciudad iraní de Mashhad, durante una reunión del denominado “Comité de Asuntos Especiales” del régimen, con la participación de altos jerarcas del gobierno de Irán, entre ellos el entonces presidente Rafsanjani, el ministro de Relaciones Exteriores Velayati, el ministro de Información Fallahijan —todos hoy imputados en la causa— y el Líder Supremo Ali Khamenei, quien habría dado la orden ejecutiva que habilitó la operación terrorista.
El aporte de estos testimonios se conoce en un momento en el que la Justicia argentina procura consolidar el expediente con evidencias que puedan sostener sólidamente la elevación de los acusados a juicio en ausencia, un mecanismo excepcional que busca hacer efectiva la persecución penal frente a la imposibilidad de contar con la presencia física de los imputados, muchos de ellos con pedidos de captura internacional vigentes desde hace décadas.
La participación de disidentes iraníes radicados en Europa, vinculados históricamente a la resistencia contra el régimen de los ayatolás, agrega una nueva dimensión a la causa al disponer de relatos personales y conocimiento interno sobre el funcionamiento del aparato de Estado iraní en los años previos al atentado, algo que la Fiscalía y el juzgado federal evaluarán con detenimiento en los próximos meses para verificar su coherencia con el resto de la prueba acumulada.
El avance de este proceso judicial se produce en paralelo a otros desarrollos relacionados con la causa AMIA, incluida la ratificación por parte de tribunales argentinos de la aplicación de la nueva legislación que permite el juicio en ausencia, así como el mantenimiento de amplios pedidos de extradición internacional contra los acusados que permanecen fuera del país, fundamentalmente en Irán y países sin acuerdos de entrega con Argentina.
La incorporación de estos testimonios de los exiliados iraníes no solo refuerza la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familiares —que han esperado más de tres décadas una resolución judicial integral— sino que también pone de manifiesto la complejidad de una causa en la que convergen aspectos de política internacional, terrorismo global y derechos humanos.

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