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Los líderes europeos se han reunido este jueves en Bruselas en lo que ha sido una auténtica cumbre escoba, llena de debates pendientes, decisiones que discutir y asuntos que afrontar antes de que termine 2022. Hay muchos asuntos que llegaban bloqueados a la cumbre, como por ejemplo el acuerdo sobre el impuesto del 15% para las multinacionales o el noveno paquete de sanciones contra Rusia, dos asuntos que habían sido frenados por Polonia por distintas razones.
Pero si hay un gran asunto pendiente en la agenda política de la Unión de 2022 es la cuestión de las medidas contra la escalada de los precios de la energía y el principal instrumento del que se lleva discutiendo desde hace meses sin lograr llegar a un pacto, que es el tope del gas a nivel europeo. Los líderes lo han vuelto a discutir en este Consejo Europeo y han pedido que se cierre un pacto en los próximos días.
Han hecho esa petición después de que este martes los ministros de Energía de los Veintisiete fueran incapaces de llegar a un acuerdo, aunque hubo progresos y un acercamiento entre los Estados miembros que quieren un tope ambicioso, como España, Francia o Portugal, y los que preferirían que no hubiera ningún mecanismo de corrección de precios o que en caso de ser necesario que se diluya mucho, como son Alemania o Países Bajos, porque temen que el mecanismo pueda poner en riesgo la seguridad de suministro y que provoque un aumento en el consumo de gas.
La primera propuesta de la Comisión Europea de finales de octubre, la de un límite en los 275 euros/MWh si el gas natural licuado (GNL) se mantiene por encima de ese límite más de dos semanas y hay una brecha superior a 58 euros respecto al mercado global, fue considerada como inaceptable por parte del club de los 15 países que llevan solicitando un tope efectivo desde la cumbre de octubre. Desde entonces, la negociación pasó a manos de la presidencia checa del Consejo, que ha trabajado por intentar encontrar un punto de encuentro.
A la reunión de ministros del martes se llegó con una propuesta que situaba la activación del tope en los 220 euros/MWh y una brecha de 35 euros. Una fuente diplomática checa explicó que intentar llegar a un acuerdo era lograr “la cuadratura del círculo”, señalando que cuanto más bajo es el número que activa el mecanismo más garantías hay que ofrecer al lado de Alemania y Países Bajos para que acepte la propuesta.
Los ministros de Energía vuelven a reunirse este lunes para un Consejo formal, y lo hacen tras haber acercado posturas el martes, lo que ha aumentado las expectativas para alcanzar un acuerdo. Si se logra cerrar el pacto, eso desbloqueará otras dos medidas clave en el paquete de medidas contra la crisis energética: la plataforma de compra conjunta de gas y el despliegue rápido de energías limpias.
Nadie esperaba que los jefes de Estado y de Gobierno se fueran a poner a negociar sobre el tope del gas. Se trata de una discusión enormemente técnica, compleja en ocasiones incluso para los propios ministros de Energía, que llevan meses encerrados en una permanente negociación. Por eso ya el martes se señalaba a que los líderes podían intentar impulsar a nivel político un acuerdo, dar el empujón necesario para que a nivel político se recorra el espacio que todavía separa a los dos bloques a nivel técnico.
Los líderes europeos se han reunido este jueves en Bruselas en lo que ha sido una auténtica cumbre escoba, llena de debates pendientes, decisiones que discutir y asuntos que afrontar antes de que termine 2022. Hay muchos asuntos que llegaban bloqueados a la cumbre, como por ejemplo el acuerdo sobre el impuesto del 15% para las multinacionales o el noveno paquete de sanciones contra Rusia, dos asuntos que habían sido frenados por Polonia por distintas razones.
Fuente El Confidencial
