Un poderoso terremoto sacudió el sureste de Turquía, cerca de la frontera con Siria, que ha dejado a miles de personas muertas, otras miles heridas y varias zonas devastadas donde se temen hay muchas personas atrapadas bajo los escombros.
Según las autoridades, tanto turcas como sirias, al menos 1.300 han muerto por el sismo.
El presidente de Turquía, Rece Tayyip Erdogan, dijo que el número de muertos, hasta la mañana de este lunes, es de 912.
En Siria, más de 1300 personas murieron, con víctimas tanto en las áreas controladas por el gobierno como en las controladas por los rebeldes.
A ambos lados de la frontera, los temblores despertaron a la gente de golpe varias horas antes del amanecer y la hicieron salir a la calle en una noche fría de viento, lluvia y nieve. Docenas de edificios se derrumbaron en ciudades de toda la región fronteriza.
Rescatistas y residentes buscaban ansiosos bajo los escombros, entre las pilas de metal retorcido y bloques de concreto.
En la ciudad turca de Adana, los testigos dijeron que habían oído a una persona pedir ayuda bajo los restos de un edificio. “No tengo fuerzas para aguantar”, lloró la persona. Más al este, en Diyarbakir, grúas y equipos de rescate trabajaban en una pila de pisos de concreto amontonados que antes eran un edificio de apartamentos.
Del lado sirio de la frontera, el sismo remeció regiones bajo control opositor que están llenas de varios millones de desplazados sirios con un decrépito sistema de salud después de varios años de guerra. Al menos 11 personas murieron en la localidad de Atmed y muchas más quedaron enterradas entre los escombros, dijo un doctor del lugar, Muheeb Qaddour, en entrevista telefónica con The Associated Press.
“Se teme que haya cientos de muertos”, dijo Qaddor, refiriéndose a la región noroccidental del país. “Estamos bajo presión extrema”.
El sismo, que llegó a sentirse en El Cairo, tuvo epicentro en la ciudad de Gaziantep, a unos 90 kilómetros (60 millas) de la frontera con Siria. Junto con varias otras ciudades, la zona alberga a millones de refugiados sirios que huyeron de la prolongada guerra civil en su país. Turquía, que comparte frontera con Siria, alberga a la mayor cantidad de refugiados sirios del mundo.
Se registraron al menos 20 réplicas, algunas de ellas horas más tarde cuando ya había salido el sol. La más fuerte tuvo una magnitud de 6,6, según las autoridades turcas.
El presidente turco Recep Tayip Erdogan dijo en Twitter que “se enviaron de inmediato equipos de búsqueda y rescate” a las áreas afectadas.
“Esperamos que superaremos este desastre juntos lo más pronto posible y con la menor cantidad de daños”, agregó.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, informó de 268 muertos y 2.300 heridos en 10 provincias del país, en un primer momento. Unos 1.700 edificios se desplomaron, añadió.
La cifra de muertos en las zonas de Siria controladas por el gobierno subió a 237, según autoridades de salud sirias. Al menos 516 personas resultaron heridas en Siria. También se reportaron 47 muertos en zonas bajo control rebelde del país, devastado por la guerra.
El sismo destruyó edificios desde las ciudades sirias de Alepo y Hama a la turca Diyarbakir, a más de 330 kilómetros (200 millas) de distancia al nordeste.
En Turquía, la gente que intentaba salir de las regiones afectadas provocó atascos de tráfico que complicaban los esfuerzos de los equipos de emergencias por llegar a los lugares golpeados. Las autoridades instaron a los vecinos a no tomar las carreteras. Mezquitas de toda la región abrían como refugio para la gente que no podía regresar a sus casas en temperaturas que rondaban la congelación.
El temblor causó graves daños en el monumento más conocido de Gaziantep, un castillo histórico sobre la colina en el centro de la ciudad. Parte de los muros y las torres vigía de la fortaleza quedaron destruidos y otras partes muy dañadas, según imágenes de la ciudad.
En Diyarbakir, los equipos de rescate pedían silencio mientras trataban de oír a los sobrevivientes de un edificio destruido de 11 plantas. Los rescatistas sacaron a un hombre en una camilla entre una multitud de cientos de personas que observaban la operación con nerviosismo. Una mujer con el pelo gris lloraba antes de que un hombre la acompañara a otro lugar, mientras un rescatista con casco blanco trataba de calmar a una niña que lloraba, abrazada por dos amigas.
En el noroeste de Siria, el temblor agravó la dificultades para el enclave opositor que tiene su centro en la provincia de Idlib, que lleva años bajo asedio y sufre ataques aéreos frecuentes de Rusia y el gobierno sirio. El territorio depende del flujo de ayuda de la cercana Turquía para cualquier cosa, desde comida a suministros médicos.
E grupo opositor Defensa Civil Siria dijo que la situación en la región controlada por los rebeldes era “desastrosa”, pues había edificios enteros desplomados y personas atrapadas entre los escombros.
En la pequeña localidad rebelde siria de Azmarin, en las montañas junto a la frontera turca, se llevaron al hospital los cuerpos de varios niños envueltos en mantas.
El Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que el epicentro del sismo se ubicó a unos 33 kilómetros (20 millas) de Gaziantep, a una profundidad de 18 kilómetros (11 millas).
En Damasco, los edificios se remecieron y muchas personas salieron aterradas a las calles.
El sismo sacó de sus camas a los residentes de Líbano, estremeciendo edificios durante unos 40 segundos. Muchos de los habitantes de Beirut salieron de sus casas a la calle o condujeron sus vehículos a zonas alejadas de construcciones.
El terremoto ocurrió durante una tormenta de nieve en Oriente Medio que espera continúe hasta el jueves. Turquía se ubica en una zona de grandes fallas sísmicas y registra terremotos frecuentes.
En 1999, una serie de terremotos en el noroeste del país se cobró la vida de unas 18.000 personas.
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Los periodistas de Associated Press Bassem Mroue y Kareem Chehayeb, en Beirut, contribuyeron a este despacho.
Fuente La Nacion