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El buque, que costó 3.600 millones, lleva desde el verano sometido a unas reparaciones que se alargarán al menos hasta el próximo otoño
Por Ginés Soriano
El portaaviones británico HMS Prince of Wales lleva desde el verano fuera de juego. Una avería en su sistema de propulsión le obligó a regresar a Escocia, poco después de salir de puerto a finales de agosto, para ser sometido a una serie de reparaciones que previsiblemente no estarán listas hasta el próximo otoño, como pronto. Ahora la compañía francesa Thales y también la subcontratista noruega Kongsberg están en el foco del Gobierno de Reino Unido como posibles responsables de la situación, sobre la que pretenden obtener compensaciones.
La “vergüenza nacional” que ha supuesto la retirada eventual del buque, uno de los dos de este tipo con los que cuenta el país y valorado en 3.200 millones de libras (3.600 millones de euros al cambio actual), ha llevado al Ministerio de Defensa a iniciar una investigación sobre quien asumirá “el coste de las reparaciones y la responsabilidad del pago”, de acuerdo con la cabecera local The Times.
De momento los trabajos los está realizando la firma Babcock, conforme al contrato de mantenimiento de diez años suscrito con esta compañía británica, que forma parte del grupo de empresas que ha construido y puesto en servicio el portaaviones, junto a su gemelo HMS Queen Elizabeth, y que son los dos mayores buques de la historia de la fuerza naval del país (Royal Navy).
Estos portaaviones han sido diseñados y construidos por la denominada Aircraft Carrier Alliance, formada por los socios industriales BAE Systems, Babcock y Thales junto al Ministerio de Defensa de Reino Unido.
Kongsberg, en el punto de mira
Según la información publicada por el citado medio, si bien se considera que el grupo de empresas que construyó la nave es responsable solidaria de cualquier fallo, en este caso, en el que el problema deriva de unos ejes de propulsión defectuosos, se está poniendo el foco sobre Thales. La firma francesa es la líder de un grupo de socios industriales encargados de la energía y la propulsión del portaaviones, y en el que aemás se encuentran la firma estadounidense GE Energy y la británica Rolls-Royce.
En segundo término también se está señalando a la noruega Kongsberg, que es la responsable directa de la fabricación de los ejes de propulsión, que son los elementos que transmiten la potencia de los motores a las élices. De momento, ni Thales ni Kongsberg se han pronunciado sobre este asunto.
Fuente Infodefensa
