Por Malú Kikuchi
Un 22 de agosto de 1951, Eva Perón renunció a su candidatura a la vicepresidencia de la Nación. Fue un “renunciamiento histórico”. Eva Perón padecía cáncer y era consciente de ello.
El 16/5/2023, mientras sesionaba el Congreso del PJ, Cristina Fernández de Kirchner subió a las redes una carta donde daba las razones para renunciar a cualquier candidatura. ¿Otro renunciamiento histórico? Pero Cristina Fernández no es Eva Perón.
Las consultoras no son demasiado confiables, responden al que las paga y además muestran la foto del día. Pero si todas las consultoras ubican la imagen negativa de CFK entre el 64 y el 70%, algo de cierto hay.
La pregunta inevitable es si Cristina huye de la casi segura derrota electoral. Por supuesto que a la inventora del relato le sobran las mismas inventadas razones de siempre para tomar la decisión que tomó.
Está “proscripta”, es mentira, (lo estará si la Cámara confirme la condena por el tema Vialidad, 6/12/2022 y ésta sea re confirmada por la Corte, Suprema, faltan años para que suceda), pero es un buen pretexto. La militancia no tiene porqué conocer las reglas del derecho.
Perón y el peronismo sí fueron proscriptos por la Revolución Libertadora de 1955. Perón pudo volver a la Argentina en 1972 y el peronismo dejó de ser proscripto en las elecciones de 1973. Pero CFK no es Perón.
Cristina le sumó a sus razones todas ellas inventadas; el FMI, la deuda que tomó y dejó Macri, la persecución judicial, el imperialismo que odia los gobiernos populares. Y diciendo la verdad, la situación del país.
Cristina desconoce que ella forma parte de este terrible gobierno, que ella eligió a Alberto Fernández como presidente y así poder llegar ella otra vez al poder. Siempre se equivoca al elegir compañeros políticos.
Se equivocó con Julio Cobos (no le respondió con la 125), se equivocó con Boudou. Tuvo que recurrir a Massa para ganar las elecciones del 2019, un Massa que le impidió en el 2013 el “Cristina eterna”. Ahora lo sostiene, a pesar del 8,4% de inflación de abril.
En un país destruido por su culpa, y la ineficiencia de Alberto, ella osa hablar como cronista finlandesa del 40% de pobres, de los chicos que no hacen 4 comidas al día, de la marginalidad, de la deuda impagable.
Entonces, renuncia a cualquier candidatura. Repite lo que dijo ese martes 6/12/2022 cuando se conoció la condena por la causa Vialidad a 6 años de prisión y la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Hizo catarsis y renunció. En la carta lo confirma.
Hace 3 días, con calma y por carta, pensando lo que escribía y habiendo sopesado las encuestas y la desesperante situación del país, insistió en que “no voy a entrar en el juego perverso”. ¿Qué quiso decir?
“No voy a ser mascota del poder” ¿Quiso aclarar que ella no se prestaría a ser y hacer el triste papel de Alberto Fernández en manos de Cristina? Todo esto mezclado con “quieren inhabilitar al peronismo”. ¿?
El jueves 18, por C5N, en “Duro de domar”, entrevistada por un amabilísimo Pablo Duggan y con panelistas mudos, Cristina monologó. Aclaró que las elecciones estarán repartidas en tercios, por eso importa entrar en el balotaje. Es obvio que teme que el FdT no llegue.
El 25 de Mayo no se festejará el primer paso hacia la futura independencia de España en 1810. La militancia K festejará los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación. La convocatoria se hará en la Plaza de Mayo.
Cristina hablará en el acto. La militancia le rogará que acepte ser candidata a presidente. Operativo clamor en marcha. ¿Qué hará CFK? La mitómana inventora del relato, insistirá en su renunciamiento apegada a las encuestas o aceptará?
¿O la convocatoria que se pretende muy numerosa sirva solo para demostrar que CFK sigue siendo la jefa y puede armar las listas como mejor le convenga? Acepte la candidatura o se quede como jefa absoluta del FdT, como sea, y muy a pesar de ella, Cristina no es Eva ni es Perón.