Por Carlos Pagni
Los éxitos y fracasos de ambos candidatos; Massa imita a Lula y continúa con la campaña del miedo: el insólito caso Echarren; Maslatón: “Massa financió a Milei”; el Papa, en la campaña electoral
Un analista político formulaba anoche esta reflexión: “Este es el estado de la política en la Argentina. Los seguidores de un candidato festejan que no se volvió loco delante de las cámaras. Y los seguidores del otro festejan que la inflación mensual es de nada más que 8,3%. Son dos razones bastante módicas para festejar”. Esta es una de las bromas -o no tan broma- que surgen del debate del domingo. Hay que preguntarse qué efecto puede tener ese debate sobre el resultado del domingo que viene. La pregunta puede dar lugar a respuestas paradójicas.
Ambos candidatos, Massa y Milei, corroboraron el cliché que se ha construido alrededor de ellos. El ministro de Economía, súper preparado, acumula en su vida, desde los 20 y pico de años, capas y capas de marketing, de coaching, de entrenamiento. Eso se notó el domingo por la noche. Muy producido, muy preparado por un equipo profesional de brasileños, contratados por él, enviados por Lula da Silva y, dicen, financiados por Francisco de Narváez. Hay un molde. En un tuit de Juan Manuel Karg, se lee: “Por sí o por no Brasil, debate en la cadena Globo 2022, Lula vs. Bolsonaro”. La estrategia de Massa fue muy similar a la que usó Lula con Bolsonaro en 2022.
En el debate que tuvieron en Brasil, Lula le preguntaba a Bolsonaro si había dicho eso o no. Era lo mismo que decirle “por sí o por no”. Se trata de una técnica que Massa adoptó, seguramente, del entrenamiento muy preciso y profesional que le proveyeron los expertos en campaña brasileños enviados por Lula.
Del otro lado, Milei también cumplió con el cliché de alguien a quien los que lo miran lo ven con el temor y el morbo con el que se mira a un equilibrista en el circo, esperando casi en cualquier momento que resbale y se caiga. Esa era la sensación, sobre todo la que tenían sus seguidores.
Se lo vio a Massa muy conocedor del terreno y de la vida de Milei. Se notó que lo había estudiado. Que apelaba a quebrarlo en lo personal, en lo subjetivo. Aparecieron cosas curiosas. Por ejemplo, cuando le mencionó que él no tiene propiedades afuera, pero que la familia de Milei tiene propiedades en Miami. Y en ese momento Massa aconsejó googlear el dato.
Paz Rodríguez Niell, del diario LA NACION, siguió el consejo de Massa y fue a googlear. Lo escribió el lunes en los comentarios de los columnistas de LA NACION sobre el debate. Encontró que efectivamente hay un departamento de la familia Milei en Miami que fue publicado en el portal RealPolitik, que curiosamente es el portal donde canalizaba su información obtenida clandestinamente Ariel Zanchetta, ahora preso por sus tareas de espionaje clandestino, sobre la Corte y otros jueces, entre otros blancos. Esto no quiere decir que Massa se sirvió de esos métodos, pero hay casi una superposición. Vamos a decirlo de otra manera: hay un estilo. Milei ratificó lo que ya se sabía también: que es alguien que no conoce muy bien el terreno en el que se metió, que carece de profesionalismo, que puede tener momentos de sinceridad o autenticidad suicida, como por ejemplo cuando insiste con que él está fascinado con Margaret Thatcher.
Desde el punto de vista de la Argentina actual, tan rara, ¿esos son vicios o virtudes? En un país en el que un sector muy importante de la sociedad se ha ensañado con la política, sobre todo los que votan a Milei, que son un 30% de electores que votan un proyecto muy tirado a la derecha, de un candidato que quiere ir con una motosierra en contra de los políticos a los que acusa de constituir una casta, estar tan preparado, saber tanto del adversario, tener semejante nivel de profesionalismo, ¿es una virtud? ¿Lo ayuda a Massa? ¿O en esa virtud está su vicio? Y al revés, Milei llegó como un outsider. Probablemente a aquellos a quienes les simpatiza, sus primeros adherentes, les gusta que no sepa de política, que sea desmañado en la forma de presentar los temas, que explote y se muestre muy enojado, porque probablemente muchos de ellos están muy enojados. Entonces acá hay una paradoja respecto de cómo habrá sido la recepción emocional y política del debate.
En el programa +Nación de Luis Majul, Pablo Rossi y Martín Rodríguez Yebra, por LN+, comentaron que uno de esos resultados inesperados fue el del debate entre Felipe González y José María Aznar en España en 1993. González es un maestro de la retórica, de la explicación, de la argumentación. Aznar es más bien tosco. Pero dio la impresión de que ganó Aznar, que ganó después las elecciones. Hay otro debate histórico, menos famoso, pero también paradójico en su resultado que tuvo lugar en 1987. Se discutía la gobernación de Mendoza, entre Raúl Baglini, una especie de genio de la política, con una capacidad extraordinaria, gran orador, gran polemista, que conocía todos los secretos de la retórica (se hizo famoso en la Cámara de Diputados en un debate contra Cavallo por la situación de la deuda en la Argentina) y, del otro lado, José Octavio Bordón, quien en aquel momento era el challenger. Bordón quería llegar a la gobernación que disputaba con Baglini, del partido radical, que gobernaba Mendoza. En el resultado, esa noche y la mañana siguiente, parecía que Baglini lo había arrasado con datos, con argumentos, con razonamientos a Bordón, que miraba a la cámara hablando de cosas de todos los días y tratando de capturar emocionalmente al que lo estaba viendo, sin demasiado lucimiento, sin pretender ser brillante. Ganó las elecciones Bordón. El debate lo ganó Bordón.
¿Cuáles son las categorías con las cuales hay que evaluar un debate en términos electorales y no en términos académicos o intelectuales? Esta es la pregunta. No sabemos todavía qué pasó en la opinión pública o qué efecto tendrá sobre las encuestas el debate del domingo que pasó. Sin embargo, sí sabemos algo, porque conocemos ya un estudio de Pulsar, el Observatorio de Opinión Pública de la UBA, liderado por Augusto Reina y Daniela Barbieri. Ellos siguieron el impacto que tuvo el debate sobre las redes. Y cuándo cada candidato, y con qué temas, alcanzó su pico positivo y su pico negativo.
¿QUIÉN GANÓ EL DEBATE?
En el caso de Milei se vio como positivo la reforma de los códigos, la reforma del sistema carcelario. El segundo pico fue cuando habló de que solamente 3,5% de los delitos son condenados en la Argentina. De nuevo, la impunidad frente a la delincuencia. El tercer pico de Milei se registró cuando habló del narcotráfico en Rosario y esta idea que lanzó sobre cómo puede ser que no haya policías presos o policías muertos. La idea de que la policía forma parte del problema. En cuanto a los picos negativos, curiosamente, fueron la dolarización y el cierre al Banco Central, el pedido de disculpas al Papa y la excusa de “yo no te agredí”, “soy enfático, pero no te agredí”, que le dice a Massa.
Por su parte, Massa tuvo como pico positivo la propuesta educativa. Que los chicos salgan leyendo de tercer grado y de cuarto y quinto año con matemáticas, robótica, programación, etc. El segundo fue, de nuevo, como en el caso de Milei, la condena a la sensación de impunidad por un sistema penal demasiado laxo y, el tercero, una declaración a favor de los derechos humanos y la convivencia democrática. Los picos negativos: tuvo que ver también con la educación cuando dijo que en la Argentina, la educación pública constituye una plataforma para la movilidad social ascendente, como si estuviera hablando de otro planeta. Algo que fue muy comentado: cuando dijo que no tiene “empresarios amigos, solo conocidos”. Fue otro pico negativo, porque si hay un político que se caracterizó en los últimos 30 años en la Argentina por su relación extraordinariamente próxima y amigable con muchos empresarios fue Massa. Y el último pico negativo suyo fue la idea de que durante los últimos meses creció el empleo en la Argentina. No son discusiones estadísticas, son discusiones de percepciones. Entonces, hay bastante coherencia, sobre todo en lo que tiene que ver con el problema de la seguridad y de la economía.
Hay también un concepto que podríamos ligar a cada uno. Milei representó, como lo viene haciendo, la voluntad drástica radical de cambio. El hartazgo frente a un oficialismo que se ha prolongado mucho en el poder y con muy malos resultados, sobre todo en los últimos cuatro años. Mientras que el eje central de la campaña de Massa es el miedo, el miedo a Milei, y lo seguirá siendo durante esta semana. Es evidente que ese argumento pega, porque probablemente Milei, para quien vea su lógica en el debate, sacrificó la posibilidad de acorralar a Massa, sobre todo con las deficiencias de su política económica, para gastar ese tiempo defendiéndose de las acusaciones de esta campaña del miedo que él denuncia y de la que él dice sentirse víctima.
Es un argumento muy verosímil de Milei. Por ejemplo, en la ciudad de Castelli, ubicada en la Ruta 2, camino a Mar del Plata, el intendente, Francisco Echarren, dijo esto en un video: “Hola a todos, a todas. Estoy en el despacho del municipio y como intendente tengo la necesidad de decirte con mucha sinceridad algo muy importante. Les quiero decir que si gana Milei no vamos a poder pagar los aguinaldos, no vamos a poder pagar seguramente los sueldos a los trabajadores municipales y las cooperativas directamente van a desaparecer. Ese es el ajuste que plantean. Si esto sucede, si no podemos pagar a los aguinaldos, si no podemos pagar los sueldos y las cooperativas desaparecen, automáticamente van a cerrar la mitad de los comercios de Castelli porque va a haber menos gasto. Entendamos a lo que nos enfrentamos. El 19 se juegan cosas muy importantes a nivel nacional, a nivel provincial, se juega el futuro de Castelli pero también se juega el futuro de cada uno de nosotros”.
Se trata del intendente que hizo, para ganarse el favor del que le llevaba los recursos, un barrio “Julio De Vido” y que después, ofendiendo a De Vido, le cambió el nombre. También fue funcionario de María Eugenia Vidal y después se fue. Ahora Echarren es un ultramassista. Ese video es una exageración, parece casi una campaña de Milei. Pero es un eje central de lo que viene esta semana.
Hubo muchas novedades marginales a lo que fueron las líneas centrales del debate presidencial. Pero interesa destacar una que llamó mucho la atención. Tiene que ver con Massa cuando intentaba desmentir y recusar la actitud agresiva de Milei diciendo “pero si nos conocemos, si vos eras del Frente Renovador, me venías a ver”. Después del debate, Roberto García, en Canal 26, en el programa La Mirada, entrevistó a uno de los asistentes al debate invitado por Massa: Carlos Maslatón, quien en su momento era un hombre de Milei que servía de puente con Massa. Maslatón contó algo increíble cuando fue consultado sobre las visitas de Milei a Massa y viceversa. “Hay dos menciones distintas de Massa. Una, la buena relación parlamentaria que tiene, que lleva dos años, donde Massa lo bancó a Milei y a Espert en la inteligencia de que financiando a una fuerza liberal que le quitara votos a Juntos por el Cambio, el peronismo podía mantener el poder con él presidente”.
O sea que Massa financió a Milei. ¿Cómo lo financió? ¿De dónde salían esos recursos? También se dijo que lo financió a Espert. Y eso era bastante sabido. Lo hizo a través de la consultora de un politólogo llamado Daniel Ivoskus, que hoy curiosamente forma parte de la campaña de Riquelme en Boca ¿Está Massa detrás de Román Riquelme en Boca? Probablemente. El lunes se lanzó formalmente Macri en Boca como candidato a vicepresidente de Andrés Ibarra. La pelea a muerte Macri-Massa, Massa-Macri se traslada a esa “cancha auxiliar” que es Boca. Una especie de prolongación de la política. Pero acá lo que dice Maslatón es por lo menos curioso. ¿Cómo es que Massa financiaba a Milei? Los dos deberían explicarlo.
Mirando el debate vemos lo que podemos aprender de la política, de las artimañas del poder, de lo que no apareció en primer plano, pero que aparece en un segundo plano si miramos dos veces. Massa todo el tiempo decía: “Vayan a Google, si quieren saber lo que dice Milei, pongan ‘lo que dice Milei’ en Google”. Lo decía casi como si fuera una verificación, un criterio de autoridad, de chequeo. Si uno googlea “lo que dice Milei”, aparece la página “loquediceMilei.com”. Pagado por Unión por la Patria. Es una interesantísima estrategia. ¿Tiene algo de malo? No. ¿Y lo que se cita de Milei es mentira? No, son cosas que dijo. Muchas de ellas, barbaridades. Por ejemplo, la descalificación del Papa. Cuando dice que es “la encarnación del maligno en la Tierra”, de lo que después Milei se arrepintió. Dijo que le mandó un arrepentimiento privado al Papa. Habría sido a través de Eduardo Eurnekian. E hizo un arrepentimiento público en el debate.
Es muy interesante el tema del Papa porque Massa hace hincapié permanentemente en ese tema. Hay un énfasis de Massa en el conflicto entre Milei y un sector de la Iglesia, que se trasladó a unos carteles que publicó Unión por la Patria. Allí se lee: “Massa es Argentina. Milei es caos, venta de órganos. Milei odia al Papa. Massa ama al Papa”. Es curioso que Milei no le haya preguntado por qué hace 15 años está esperando que el Papa le conceda una entrevista o se saque una foto con él, sin lograrlo. Además hubiera estado en apuros porque, como ha sido narrado muchas veces, el Papa está muy agraviado con Massa porque cuando fue jefe de Gabinete de la presidencia de la Nación montó toda una conspiración, junto con empresarios que seguramente son solo conocidos, no amigos, y el obispo Oscar Sarlinga, que en aquel momento era obispo de Zárate-Campana. Era para sacarlo a Bergoglio del arzobispado de Buenos Aires y jubilarlo, entregando su cabeza a Néstor Kirchner, que en aquel momento pensaba que Bergoglio era la encarnación del maligno. Sarlinga tuvo que renuncia a la diócesis, ya con Bergoglio como Papa, por malversación de fondos.
Seguramente Milei no le preguntó eso porque, como demuestra en este tipo de presentaciones y debates, ignora casi todo de la política de los últimos 20 años. Y esa ignorancia es la que hace que mucha gente lo vote. También esa historia es la que hace que el Papa haya dado una entrevista advirtiendo sobre Milei antes de la primera vuelta, cuando también estaba Patricia Bullrich en carrera, para que no se interpretara, como se podría interpretar hoy, que el Papa “favorece a Massa en contra de Milei”. Es porque no se llevan bien.
Pero por si hacía falta algún mensaje del Papa, que suele mandar mensajes cifrados, la semana pasada se publicó una reunión en un órgano oficial del Vaticano, Vatican Media. El Papa recibió a Martín Guzmán. Si hay alguien a quien Massa odia, es a Martín Guzmán, a quien le echa la culpa de buena parte de los dramas económicos que tiene la Argentina por haber negociado mal el acuerdo con el Fondo y haber hecho una mala negociación de la deuda. El Papa se encargó de decir algo así como: “Obviamente no soy Milei, pero tampoco soy Massa”.
¿Cómo sigue la campaña? Seguramente esta semana vamos a ver bastante a Victoria Villarruel porque en el equipo de Milei han decidido que dado que hizo, según ellos, un buen papel delante de Agustín Rossi en el debate de los vicepresidentes en TN, de la semana pasada, debe exponerse más en el tramo final.
El otro dato de la campaña de Milei es algo muy importante para ellos, que carecen de estructura política: garantizar la fiscalización. Dicen que está garantizada, lo cual voltea un argumento que habitualmente la derecha internacional ha tenido en Estados Unidos y en Brasil, con Trump y con Bolsonaro, que es echar una sombra de dudas sobre la calidad del proceso democrático planteando posibilidades de fraude.
Desde las mismas filas de Milei se dice que tienen el aparato de fiscalización garantizado inclusive con lo que ellos llaman “redundancias”, o sea más de un fiscal por mesa. Además se van definiendo posiciones dentro del entorno de Milei. Ha sido desplazado Carlos Kikuchi, que estaba desde el comienzo en la campaña junto a Karina Milei, la hermana del candidato, y que iba a estar encargado del control territorial de la fiscalización. Se le reprochan a Kikuchi arreglos justamente con Massa, por los cuales muchos candidatos de las listas de Milei ahora desaparecieron de escena. Actos de lealtad a Massa porque los manejaba él. Algo que contó Maslatón también el programa de Roberto García.
Al frente de la fiscalización quedó Guillermo Ferraro, un hombre que tiene raíces en el peronismo de San Isidro, en su época muy ligado a Antonio Cafiero. Ahora es una figura principal de la maquinaria de fiscalización de La Libertad Avanza para el domingo que viene.
Empiezan a haber definiciones, por lo menos tentativas, con los nombres que quedan más establecidos para un futuro gabinete, eventual, de Milei si llegara a ganar las elecciones. Por ejemplo, suena con más fuerza Miguel Ángel Toma para el área de Inteligencia. Y si uno piensa en Miguel Ángel Toma en el área de inteligencia, tiene que pensar en el retorno de Antonio “Jaime” Stiuso, a quien está muy ligado Toma.
Otros nombres también mencionados son los de Carolina Píparo y Federico Pinedo, que iba a ser seguramente canciller de la Argentina si hubiera ganado Bullrich pero quien ahora se perfila como ministro de Defensa de un eventual gobierno de Milei, promovido y respaldado por Bullrich.
En Economía hay todo un problema. A Milei le hubiera gustado tener cerca a Federico Sturzenegger. Aparentemente Sturzenegger todavía no estaría llegando a ser ministro de Economía y se dice que tendría un veto de Macri. Esto porque según se comenta en las habladurías del entorno de Milei supuestamente Sturzenneger publicó en su momento un artículo muy crítico de la macroeconomía de Macri en Brookings Papers, una publicación de un think-tank norteamericano, que habría herido a Macri.
Milei también consultó a otros miembros del equipo de Sturzenegger en el Banco Central como Demian Reidel, que vive en Estados Unido y es un financista, físico de profesión, economista, y próximo intelectualmente a Milei. Pero Reidel le planteó un límite que es la dolarización. Milei necesita a alguien que crea en la dolarización si quiere ir por ese camino.
Hubo un encuentro, según informaciones de economistas ligados a Milei, en el cual Luis “Toto” Caputo le hizo una presentación de un plan económico al candidato. No es el único Caputo que estuvo con Milei. También estuvo el primo de “Toto” Caputo, Nicolás, alter ego de Macri. Aunque no creo que estuvieran hablando de economía. O tal vez sí, hablaron de algo muy específico de economía. que es el régimen de Tierra del Fuego del que vive Nicky. Hubo por parte de “Toto” Caputo la idea de que se podría renegociar el acuerdo con el Fondo consiguiendo más financiamiento. ¿Quién va a ser, si llega Milei al gobierno, el presidente de la Cámara de Diputados? ¿Quién va a ser el encargado de pelear las leyes en un Congreso endiablado para Milei? A Macri le gustaría Cristian Ritondo. Pero, aparentemente, Milei tiene un compromiso con Martín Menem, hijo del senador, que está con Milei desde el comienzo. Este es el panorama del entorno del candidato de La Libertad Avanza.
¿Cómo está la campaña de Massa? Vamos a empezar con una historia del martes de la semana pasada. Restaurant Roldán: Daniel Vila, uno de los amigos empresarios que Massa no tiene, convocó a una comida con representantes de medios de comunicación a los que el equipo de campaña de Massa considera más cercanos, o más permeables a su visión de las cosas. Ahí estaban Página 12, C5N, Perfil y Canal 26. Había también gente de la productora Endemol. Por parte de la campaña de Massa asistieron Wado De Pedro y Antoni Gutiérrez–Rubí, el catalán que asesora a Massa -junto o en competencia con los brasileños-, y que era el asesor de campaña de Wado de Pedro. Massa llegó más tarde. Cuando todavía no estaba, Gutiérrez-Rubí dio dos definiciones. Dijo: “Tuvimos dos problemas. Uno nos pegó muchísimo y fue la falta de nafta. Fue grave para nuestra campaña porque da la sensación de una necesidad real, materializada”. Esto debe explicar que haya semejante presión como la que hay en estos días del gobierno de Massa sobre el sector farmacéutico para que no desaparezcan medicamentos de las farmacias, que cobren lo que sea pero que no haya sensación de una escasez, digamos, venezolana, de medicamentos. La otra mala noticia que confesó Gutiérrez-Rubí para la campaña es el acercamiento entre Macri y Milei, ya que lo “normaliza” para aquellos que creen que Milei tiene niveles de inestabilidad emocional incompatibles con la presidencia de la Nación. Macri funcionó como una especie de garante para un sector del electorado, obviamente macrista. Eso qué significó, según Gutiérrez-Rubí, en términos aritméticos: que cuando selló el acuerdo con Macri, Milei subió seis puntos en las encuestas. Wado de Pedro, que no es un experto en ganar amigos, les dijo a esos representantes de medios de comunicación que “en este momento tendría que haber otra persona en esta reunión”, que es Juan Manuel Olmos, figura clave de la campaña de Massa. Pero él estaba en una reunión más importante con gente del grupo Clarín. “Gracias De Pedro por lo que nos toca”: Alguien quiso decirlo pero no se animó.
Massa llegó de Rosario, pero él estaba contento por otro viaje. El lunes había estado en Córdoba. Les dijo: “Yo les prometo a ustedes que en Córdoba saco 35%”. Es un número. Él sacó el 13,42% en las últimas elecciones en esa provincia. Está aspirando a los votos de Schiaretti, quien se pronunció en su contra. Pero Massa ha conseguido que haya una militancia tácita de gente de Martín Llaryora, el nuevo gobernador de Córdoba, exintendente de San Francisco y exintendente de la ciudad de Córdoba. Massa considera que si logra reforzar su presencia en San Francisco y en Córdoba conseguirá dar vuelta a una mala situación. Ahí tiene a uno de sus operadores más eficientes, también de más bajo perfil, que es Juanjo Álvarez, que sostiene que si ellos consiguen el 32% de los votos en Córdoba están por lo menos empatando la elección nacional. Es decir, Córdoba es clave. Allí fue también Estela de Carlotto. Estuvo con Schiaretti hablando “solo de derechos humanos”. Pero la propia Carlotto, que es la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, dijo: “Yo no hablé de política pero el que quiere entender, entiende por qué fui a sacarme una foto con Schiaretti”. Es decir, una forma de asimilar por vía de los derechos humanos a Schiaretti con las Madres de Plaza de Mayo y por lo tanto con el oficialismo, y por lo tanto con Massa.
Massa está pensando también en su equipo. Ya se sabe que su mano derecha, un hombre al que le debe muchísimo en todas las operaciones de presión y manipulación económica que hubo en este tiempo, es Guillermo Michel, al frente de la Aduana. Miren en todo lo que está la Aduana: es la tenaza con la que Massa aprieta más fuerte. Michel iría a la AFIP. A prepararse. La ministra de Trabajo sería una mujer, Marta Pujadas, del corazón de Gerardo Martínez de la UOCRA, abogada laboralista. Y en la Cancillería, sueña estar Daniel Scioli, que ya escribió un libro sobre “diplomacia emocional”. Él quiere ser canciller de Massa después de su experiencia en Brasil y quiere ser canciller de Milei, a quien podría llegar a través de Guillermo Francos. No hay que olvidarse que Milei formó parte de una fundación que trabajaba para Scoli.
Massa está pensando en Miguel Ángel Pichetto para un cargo crucial, que es la Procuraduría General de la Nación, es decir la jefatura del Ministerio Público, del cuerpo de Fiscales. Pichetto sería, si fuera puesto al frente de la Procuraduría General de la Nación, una garantía de profesionalismo y de no persecución política para unos y otros. Habrá que ver si se consolida esta idea. No sabemos si Pichetto siquiera está al tanto de ella.
Tres preguntas en el equipo de Massa: ¿A quién le damos Aerolíneas? ¿A quién le damos el PAMI? ¿A quién le damos la Anses? Es la pregunta por La Cámpora. Graciela Camaño, que es vivísima, dijo: “Este Massa que tenemos ahora es el Massa mío, el de 2015. No es el que se fue con Cristina. Denle la oportunidad. Vótenlo porque tal vez ahora termine limpiando a los ñoquis de La Cámpora”. Interesantísima declaración de Camaño que conoce como nadie el pensamiento de Massa en un momento en que La Cámpora está en crisis por temas de espionaje. A pesar de que Fabián “Conu” Rodríguez dice algo así como “yo la verdad a este Zanchetta casi no lo trataba… Tenía tan poco trato con él que si uno mira los intercambios él me pregunta ¿ahora estás en la AFIP? Sí, hace dos meses que estoy en la AFIP”. Quiere decir que no hablaba tanto con él. “Sí, le pedí una operación de prensa contra Victoria Tolosa Paz”, pero de ahí a pensar que tenía una central de inteligencia…”.
Estas son las explicaciones que da Fabián “Conu” Rodríguez, ligadísimo a Máximo Kirchner, que el lunes también se presentó como querellante en la causa. Un dato curioso, de color. Los abogados de Rodríguez son Hernán Folguiero y Joaco Nieto, del estudio de Gabriel Cavallo. Un estudio importante con mucha llegada en Comodoro Py, del ex camarista Cavallo. Es el mismo estudio que defendió a Ernestina Herrera de Noble de las persecuciones del kirchnerismo. Aunque Cavallo explica a sus amigos que el “Conu” llegó a su estudio por las relaciones políticas de Folgueiro.
Todo esto se convierte en anecdótico cuando uno mira el horizonte de la economía. Massa armó un equipo y lo mandó a investigar la situación real del Banco Central. Están trabajando con la gente de Massa, sobre todo con Lisandro Cleri ¿Qué dice esa gente? “Estamos muchísimo peor de lo que pensábamos. No hay dólares, quedan poquísimos dólares”. Algunos dicen 700 millones ¿Habrá que vender el oro? ¿Cómo se hace para reponer dólares? De muchas maneras, pero hay una muy relevante: evitar las importaciones. Y eso se consigue con una gran recesión ¿Vamos hacia esa economía? Esto no es una pregunta para Massa. Es una pregunta para Massa y para Milei. ¿Va a haber con Massa lo que promete Massa? ¿Va a llegar un momento de reglas claras? ¿Por qué Massa va a adoptar reglas claras cuando sea presidente y no las adoptó cuando asumió el Ministerio de Economía? Todo lo que estamos viendo, inclusive esta inflación artificial de más del 8% que se anunció el lunes y que festejan, está hecha sobre la base de manipulaciones, no de reglas.
Probablemente lo que siga si gana Massa es eso: un puente tratando de llegar a la cosecha de marzo y abril para conseguir dólares, y mientras tanto hipótesis, conjeturas. Porque no hay dólares y hay dos vencimientos importantes: 2000 millones de dólares con el Fondo y otro de 1000 millones el 7 de enero, con los bonistas privados, por intereses. ¿Puede haber una renegociación con los bonistas privados? Dicen que ya hay un banco importante internacional que hizo una propuesta. ¿Podrían patear para adelante ese vencimiento mejorando la tasa de interés? Son especulaciones que ya están circulando en el mercado de bonos. ¿Puede haber una suspensión de pagos al Fondo y volver a la relación con el FMI cuando lleguen los dólares de la soja? El Fondo tal vez aplaudiría eso porque ya el subsecretario del Tesoro, Jay Schambaugh, le pide ‘váyanse de la Argentina’.
La crisis está y la crisis sigue. Del mismo modo que si gana Milei, que sigue apostando a una idea de dolarización, que el mercado la entiende como un repudio al peso. Ese repudio, de acelerarse más, aumentaría los niveles de inflación en grados que no conocemos. Este es el horizonte oscuro que se le presenta a la vida material de los argentinos y es un horizonte que seguramente el debate no logró ni de lejos iluminar siquiera un poco.
Fuente La Nación