Debido crisis económica que afecta al país por los constantes cambios y vaivenes políticos como el mega DNU, ley ómnibus, tarifazos, devaluaciones, y todo aquello que genera incertidumbre, dudas, desconcierto, inestabilidad; surgen las preguntas, cuestionamientos relativo al impacto e influencia en nuestra salud mental y relaciones familiares.
Es un tema recurrente, latente, actual y nos lleva a consultar-en esta ocasión- con profesionales de la Psicología.
Habida cuenta de ello, dialogamos con Guillermina Rizzo, Dra. en Psicología. Marketing Político de importante trayectoria profesional para entender, comprender, concientizar y visibilizar esta realidad.
TDP- Dado su especialidad y experiencia profesional ¿Cómo afecta la crisis económica actual en nuestra salud mental?
GR- Tarifazos, aumentos y los ingresos que se diluyen como el agua entre los dedos son el común denominador. La queja, la preocupación por la economía, el desvelo por cómo pagar las cuentas llegan al consultorio, y la cuestión económica es el tema del momento también en el diván.
-A veces hay un uso exagerado del concepto de resiliencia, y si bien se reitera hasta el cansancio que toda crisis siempre encierra una oportunidad, es momento de entender que no se pueden repetir frases sacadas del sobrecito de azúcar. Toda crisis es dolorosa y Argentina tiene una tendencia a la repetición de lo doloroso que lejos de forjar el espíritu que ocasiona es un malestar en la población con gran impacto en la salud mental.
-Inflación, pobreza, dinero que pierde valor y personas que perdemos capacidad de compra, incertidumbre económica y la inestabilidad constante son los componentes de este combo que cercena proyectos, se trate de tener una vivienda o realizar una simple salida familiar, como resultado nuestro aparato psíquico se va esmerilando y se forjan estas huellas traumáticas.
TDP- En base a lo arriba mencionado. ¿Está crisis económica impacta y/o afecta en nuestra salud mental a todos por igual?
GR- Sin dudas, vivir haciendo cuentas viendo qué recortar, qué marcas y productos consumir, qué salidas y paseos, suspender y resignar hasta el asado del domingo, tiene secuelas. Que toda crisis económica impacta en la salud física y mental no es un dato novedoso, y si bien en nuestro país es habitual asistir a este deterioro, es evidente que no afecta a todos por igual.
-En la consulta vemos que quienes más recursos poseen, menos probabilidades tienen de padecer alteraciones, mientras que aquellos que tienen los “bolsillo más flacos” comienzan a evidenciar una serie de problemas.
TDP- ¿Qué tipo de problemas afectarían a la mente y a las emociones?
GR- Contracturas, vértigo, mareos, hipertensión, problemas cardiovasculares, son las “voces” de la mente que hacen cuenta, que avizora las boletas de los servicios y que recorta la lista del supermercado, a nivel físico son las manifestaciones más frecuentes.
-Respecto de la emociones aparece la angustia y la típica sensación de falta de aire, de que la garganta se estrecha hay sensación de ahogo. Una excesiva y esperable preocupación por el futuro que opera como temor y miedo a lo que pueda venir derivan en ideas anticipatorias, dificultad para respirar, sudoración, síntomas característicos de los trastornos de ansiedad.
-La depresión se convierte en una especie de fantasma que puede aparecer en cualquier momento, ya que cualquier sociedad que atraviesa una crisis tienen aumentos de estos cuadros.
–En definitiva, el presupuesto se tensiona y nosotros también: apatía, desinterés, falta de deseo sexual, fallas en la memoria, cansancio, agobio, insomnio, son muestras de una calidad de vida resquebrajada que fragiliza los vínculos y corroen los lazos comunitarios.
TDP- Siguiendo lo manifestado por Ud. ¿Cómo afectaría a nivel familiar esta crisis económica?
GR- A nivel familiar también hay deterioro; estudios reflejan cómo los bajos ingresos familiares están asociados con las condiciones de salud mental y el funcionamiento de las relaciones.
-Cuando un niño pide algún elemento escolar, zapatillas o directamente alimento y en la familia, y los recursos son escasos o inexistentes el impacto psicológico nunca es menor. Ante las dificultades cotidianas las madres muestran conductas más conflictivas que los padres; discusiones, maltrato, menosprecio a los sentimientos ajenos e insultos, van en aumento.
TDP- Ante tal realidad -crisis económica – tan contundente y todo lo que implica para la salud mental ¿ Es posible que se haga presente la violencia?
GR- La relación es que a mayor inestabilidad económica mayor es la violencia en todas sus manifestaciones, y de esta forma niños y adolescentes crecen en un clima familiar completamente disfuncional. Cuando el dinero no alcanza para pagar un alquiler, cubrir gastos básicos o medicamentos los hombres muestran mayor porcentaje de síntomas depresivos.
-La secuencia de conductas se traduce en un círculo nocivo puesto que ante la inestabilidad económica se altera el clima familiar, los integrantes se vinculan a través de sentimientos negativos, impera la violencia que jamás es inocua e impacta en la pareja y en el resto de los integrantes de la familia.
– La crisis nos atraviesa, nos tambalea, nos golpea a veces hasta el derrumbe. Duele el bolsillo y ese dolor no se puede disociar de los desórdenes mentales que ocasiona.
-“ Para la Psicología es todo un desafío contar con recursos mentales para amortiguar el impacto, que en ocasiones hasta puede ser letal”.
Periodico Tribuna