En 2017, Amado Boudou terminó con sus huesos tras las rejas luego de que se comprobó que se había enriquecido ilegalmente. Fue una inesperada derivación de una investigación que hice en 2012 y que terminó en un expediente judicial, número 1999/12.
Luego de que hice la presentación judicial de marras, se avanzó en un extenso peritaje de 106 carillas, que analizó la evolución patrimonial del otrora vicepresidente del kirchnerismo entre 1997 y 2012.
El informe, a cargo del Cuerpo de Peritos Oficiales de la Corte Suprema, detalló todos los vehículos que compró (autos y motos), los inmuebles, los gastos con tarjetas de crédito, sus ingresos año a año, y sus participaciones societarias. Boudou jamás pudo demostrar de dónde provenían algunos de sus ingresos, por lo cual terminó preso. Todo gracias a una investigación de la prensa.
Sin embargo, ese hito del periodismo de investigación está a punto de quedar en la nada, ya que la Cámara de Casación, que debe pronunciarse respecto del expediente en cuestión, viene haciendo la plancha desde hace años.
Ello podría llevar a una prescripción de todo lo actuado, que dejaría impunes a Boudou y demás investigados. Debe recordarse que no es el único complicado: también se ha puesto la lupa sobre los patrimonios del ex vicepresidente, de Nuñez Carmona, de Alejandro Vandenbroele, y varios familiares y allegados de Boudou como sus ex parejas Agustina Kämpfer y Agustina Seguín, su padre y su hermano.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today