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Los números del pibe de 17 años sorprenden a los hinchas, los sufren los rivales y enamoraron al CT de la Selección. Podría haber convocatoria a corto plazo.
Decidido a recuperar terreno y hacer valer sus 39 años, Homero Simpson decide correrle una carrera a Tomas Edison en el episodio 257 de la serie. En realidad, el capítulo lo que hace es parodiar la crisis de quienes, bordeando los 40, sienten que no han logrado realizarse. Y entonces toman como atajo vivir a la sombra de otros.
Por supuesto, Homero no estuvo ni cerca de alcanzar a Edison. Como ningún jugador podría, por caso, intentar copiar lo que Franco Mastantuono está logrando en la élite del fútbol profesional: a los 17 años batió diferentes marcas con la misma velocidad -y facilidad- con la que se ganó un lugar en el equipo de Marcelo Gallardo. Y también en la consideración de un Lionel Scaloni que estudia la posibilidad de convocarlo en lo inmediato y por primera vez a la Selección. Aunque eso implique que se sume más tarde al Mundial de Clubes de EE. UU.
Scaloni evalúa citar a Mastantuono. Foto Juano Tesone
Los récords que Mastan ya atesora en su arcón de recuerdos permiten dimensionar su fenómeno. Tanto como la comparativa con un ilustre como Lionel Andrés Messi: con 6.232 días de vida, Leo llevaba apenas 17 partidos y cinco goles entre los que jugó con el Barcelona y la Sub 20; Mastan, a la misma edad, sólo en River ya suma 60 presentaciones, diez gritos y otras siete asistencias. Garantizando un aporte ofensivo determinante cada 170’ con Gallardo.
Con el Muñeco, Mastantuono cambió de rol y de perspectiva futbolística. Si bien se suele correr al centro (allí hizo daño ante IDV) volcado a la derecha logró elevar sus índices de peligrosidad. Tanto es así que participó de seis goles en los últimos siete partidos aportando cuatro celebraciones y propiciando otras dos a través de pases decisivos.
El pibe, figura en River. (REUTERS/Agustin Marcarian)
Tal ha sido la explosión ofensiva de Mastan que ya trepó a la cima de la tabla de goleadores de River en el año (igualó a Sebastián Driussi y a Miguel Borja, todos con seis). Y si se hace un balance macro de su 2025, el boletín del muchachito al que Oscar Ruggeri tasó en € 60 millones tiene todavía mejores calificaciones: participó directamente del 26,3% de los gritos del equipo.
Gallardo algo vio. Y no fue magia sino ojo de diagnosta: juntarlo con Ignacio Fernández fue una idea que le ha dado rédito. Tanto es así que Franco asistió a Nacho en sus tres últimos goles (Gimnasia en 2024; Vélez y Barracas en 2025). Y juntos compusieron la partitura que llevó a River a ganarle a Ciudad de Bolívar por Copa Argentina. Partido de probeta en el que se ensayó la fórmula que ahora luce.
Mastan y MG. Prensa River
¿Qué Mast es capaz de hacer? Ahí radica el misterio y la adrenalina de este fenómeno. Que genera en los hinchas tanto emoción como una especie de proceso interrogatorio introspectivo. Llevándolos a preguntarse ante cada acción del juvenil qué era de sus vidas cuando estaban a tres meses de cumplir los 18. Con una respuesta segura: ninguno estaba haciendo lo que Franco.
Porque Mastantuono es único. A punto tal que no hay literalmente otro jugador de campo en River que haya disputado los últimos 17 partidos de manera ininterrumpida, con un piso de 45 minutos en cancha (Sarmiento) y un techo de 90 en nueve encuentros. Todo gracias a una capacidad atlética que sorprende puertas adentro del Camp: no es casual que se lo exija, sino que es precisamente porque el Muñeco y su CT saben que el ex tenista puede responder en consecuencia.
El pibe, clave en cada aparición con River.
Y también lo saben desde afuera. Por algo los scouters europeos merodean a Mastan desde hace tiempo, envían emisarios, miran sus videos, intercambian chats con las oficinas ubicadas del otro lado del Atlántico. Los €45 millones en los que está tasada la cláusula de la joya argentina están lejos de ser considerados una gasto por los empresarios deportivos UEFA. Todos saben que resultará productivo invertir en él. Porque más temprano que tarde, allá sorprenderá como lo viene haciendo acá. Con sueños de pibe que son palabras mayores.
Fuente OLE
