Buenos Aires, 30 de agosto de 2025-Total News Agency-TNA-Con un combo de regulaciones directas y maniobras de mercado, el Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) cerraron agosto con la primera baja mensual del dólar en la gestión Milei. La estrategia oficial busca acotar la volatilidad cambiaria hasta las elecciones de octubre y evitar un traslado a precios, con la expectativa de descomprimir normas luego de los comicios.
En el frente monetario, el BCRA dispuso tres subas de encajes en las últimas semanas y elevó por encima del 50% la porción de depósitos que los bancos deben inmovilizar. Además, modificó la integración de esa exigencia al ampliar la parte que puede cumplirse con títulos públicos adquiridos en licitación primaria y con vencimiento a 60 días o más. Con ello, también colaboró a que el Tesoro estire vencimientos más allá de octubre. Consultoras privadas describen el “apretón monetario” como el mayor desde enero de 1993.
Para aliviar tensiones de corto plazo sin aflojar la ancla, la entidad que preside Santiago Bausili reabrió a mediados de agosto una “ventanilla de liquidez”: los bancos pueden obtener pesos vía pases activos a 24 horas dejando como garantía bonos comprados al Tesoro en primaria y con plazo superior a 60 días.
El encarecimiento del peso se tradujo en una suba generalizada de tasas. Con menos circulante tras el desarme de las LEFI y mayores exigencias regulatorias, las entidades salieron a captar fondos y los plazos fijos llegaron a pagar más de 50% nominal mensual en la semana. En paralelo, el Tesoro convalidó rendimientos más altos: las Lecaps se colocaron en torno a 4,3% de Tasa Efectiva Mensual, por encima del 2,5/2,6% que prevalecía tras la salida del cepo y antes del fin de las LEFI.
En el capítulo de expectativas, operadores del mercado señalan que el BCRA intensificó ventas en futuros de dólar durante agosto para contener apuestas de devaluación. La posición vendida había cerrado julio en US$3.800 millones y estimaciones privadas la ubican ya cerca de US$6.000 millones. A mayor intervención, advierten, más difícil sostener el tipo de cambio solo con esa herramienta.
El Central también reforzó controles micro: prohibió a las entidades aumentar su posición de contado en dólares el último día hábil del mes, práctica habitual al definirse la renovación o no de contratos de futuros. Pese al corsé —que moderó la demanda puntual—, el tipo de cambio subió $15 en la rueda, aunque el saldo mensual resultó negativo por primera vez en esta administración.
La hoja de ruta oficial se resume en pesos caros, liquidez escasa y administración estricta de expectativas. El objetivo político-económico es llegar a octubre con el dólar contenido y la inercia inflacionaria quebrada, confiando en que el electorado valorará el ancla cambiaria al momento de votar.