Washington, 29 de septiembre de 2025 — Total News Agency-TNA —Los procesos federales por drogas en Estados Unidos han caído en 2025 a su nivel más bajo en al menos un cuarto de siglo, según un análisis de Reuters sobre dos millones de expedientes judiciales. El cambio coincide con la orden del presidente Donald Trump de redirigir miles de agentes y fiscales hacia la aplicación de las leyes migratorias, desplazando a un segundo plano la persecución del narcotráfico.
Un giro histórico en las prioridades judiciales
Los registros muestran que hasta mediados de septiembre se procesaron un 10 % menos de casos vinculados a drogas que en el mismo período de 2024, lo que implica unos 1.200 expedientes menos. La tendencia es aún más pronunciada en delitos complejos: los cargos por conspiración y lavado de dinero cayeron un 24 %, afectando a investigaciones que tradicionalmente apuntaban a los niveles altos de los cárteles.
La situación refleja el impacto de la reforma de seguridad lanzada por Trump en enero, considerada la más amplia desde los atentados del 11 de septiembre. En la práctica, cientos de agentes de la DEA, la ATF y otras agencias fueron reasignados a redadas de inmigración y patrullas urbanas, reduciendo el tiempo disponible para investigaciones a largo plazo contra redes criminales.
Investigaciones paralizadas y tensiones internas
Fuentes del Departamento de Justicia admitieron que incluso las pesquisas prioritarias quedaron estancadas. Un fiscal relató que su investigación sobre fentanilo fue detenida porque los agentes a cargo recibieron la orden de apoyar operativos migratorios. Exfuncionarios de la DEA denunciaron frustración entre sus filas, al ser obligados a abandonar investigaciones consolidadas para participar en tareas rutinarias como custodiar traslados o tomar fotografías para redes sociales oficiales.
El cierre del Grupo de Trabajo contra el Crimen Organizado y las Drogas, previsto para fin de mes, marcará un hito: esa oficina manejaba los casos más complejos contra cárteles y organizaciones transnacionales.
La versión oficial y el debate político
La Casa Blanca, a través de su portavoz Abigail Jackson, defendió la estrategia alegando que los “esfuerzos altamente exitosos de Trump para cerrar la frontera y expulsar a peligrosos inmigrantes ilegales” redujeron la circulación de drogas en comunidades locales.
Desde el Departamento de Justicia, la vocera Natalie Baldassarre argumentó que el número de cargos no refleja el trabajo de fondo: “Nuestro enfoque está en eliminar a los cárteles transnacionales y procesar a narcotraficantes violentos, mientras apoyamos la aplicación de leyes migratorias”.
Críticos, sin embargo, advierten que la caída de casos formales no significa menor narcotráfico. De hecho, las incautaciones de drogas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza aumentaron un 6 % en 2025, lo que sugiere que el flujo ilícito se mantiene activo pese a la baja en acusaciones judiciales.
Impacto más allá del narcotráfico
El desvío de recursos también afectó a otros rubros. Los procesos por delitos de armas vinculados al narcotráfico cayeron un 5 %, y se prevé que el descenso se profundice en 2026. Analistas como Jeff Cohen, ex alto funcionario de la ATF, advirtieron que “retirar a tantos agentes de investigaciones conjuntas tendrá un gran impacto a largo plazo”.
En paralelo, casi la mitad de los procesamientos federales iniciados este año corresponden ya a violaciones migratorias, un cambio radical frente a las décadas anteriores.
Entre la política y la seguridad
El giro de prioridades refleja la impronta de Trump: reforzar su narrativa de “defensa contra la invasión migratoria” aunque implique debilitar la lucha contra el narcotráfico, un tema históricamente central en la seguridad estadounidense. El debate sobre costos y beneficios de esta estrategia promete intensificarse en los próximos meses, en un país que todavía enfrenta más de 80.000 muertes anuales por sobredosis y en el que la política migratoria domina la agenda electoral.