Por Argentino Severo Giaquino
Buenos Aires, 15 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA- El reciente relevo de tropas británicas en las Islas Malvinas, con la llegada de la Compañía B del 1.er Batallón del Royal Irish Regiment, volvió a exhibir cómo el Reino Unido se comporta de hecho como amo y señor de las ocupadas Islas Malvinas, del mar circundante y de los corredores hacia la Antártida y el Pacífico, en un contexto de silencio político del gobierno argentino ante la creciente militarización del Atlántico Sur.
La nueva unidad de infantería tomó el relevo de la Compañía I del 2.º Batallón The Rifles como Roulement Infantry Company de las British Forces South Atlantic Islands (BFSAI), con base en el complejo de Mount Pleasant, a 50 kilómetros de Puerto Argentino. El cambio forma parte de la rotación habitual de fuerzas, pero se inscribe en una estructura permanente que mantiene entre 1.000 y 2.000 efectivos desplegados en forma continua, con capacidad aérea, naval y terrestre para controlar el espacio marítimo y aéreo del Atlántico Sur, las rutas hacia la Península Antártica y el acceso al Pacífico vía el pasaje de Drake.
El complejo de Mount Pleasant funciona como base operativa conjunta. Allí operan cuatro cazas Eurofighter Typhoon FGR4 del 1435 Flight, asignados a la defensa aérea de las Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur; un Airbus Voyager KC2 y un A400M Atlas del 1312 Flight, que combinan reabastecimiento en vuelo, transporte táctico y patrullaje marítimo; además de helicópteros y aviones civiles contratados para apoyo logístico y búsqueda y rescate. En tierra se despliega una compañía de infantería de relevo, ingenieros, unidades de explosivos y comunicaciones, y un destacamento de artillería antiaérea con el sistema de misiles Sky Sabre, de última generación.
El dispositivo se completa con la presencia constante de un patrullero de la Royal Navy asignado al rol de Falkland Islands (Islas Malvinas) Patrol Vessel, como el HMS Forth o HMS Medway, que vigila las aguas circundantes, apoya ejercicios conjuntos y extiende el radio de vigilancia hacia las rutas que conectan el Atlántico con la Antártida. Ese entramado le otorga al Reino Unido un control militar efectivo sobre un área clave para el tránsito de recursos energéticos, pesca de altura, proyección científica y logística hacia el continente blanco y el Pacífico sur, mientras Argentina ni siquiera observa.
El Royal Irish Regiment, al que pertenece la compañía recién desplegada, es la única unidad de infantería irlandesa de línea del Ejército británico. Recluta en toda la isla de Irlanda y en el resto del Reino Unido, y se definen a si mismos como de “carácter duro y combativo” en combate, según su propia descripción institucional. Sus compañías de infantería ligera se organizan con pelotones equipados con fusiles de asalto estándar del Ejército británico, ametralladoras medias GPMG, fusiles de tirador designado y sistemas antitanque portátiles NLAW y Javelin, además de morteros de 81 mm para apoyo de fuego indirecto, lo que les confiere una elevada potencia de fuego para la supuesta defensa terrestre del archipiélago ocupado.
En términos doctrinarios, la presencia reforzada en Malvinas se inserta en la estrategia de “Global Britain”, definida en la Revisión Integrada de Seguridad y Defensa y en el Defence Command Paper, que identifica a los territorios de ultramar como puntos de apoyo esenciales para la proyección militar global del Reino Unido. Los documentos oficiales británicos destacan la necesidad de bases avanzadas, capacidad expedicionaria rápida y control de rutas marítimas estratégicas, entre las que el Atlántico Sur y el acceso a la Antártida ocupan un lugar central. Lo curiosos es que mientras Reino Unido fortalece la ocupacion de Malvinas, ceden su verdadero territorio al mundo musulmán.
Mientras Londres consolida su dispositivo militar, la reacción argentina se ha ido atenuando. Durante años, la Cancillería emitió comunicados de condena cada vez que el Reino Unido anunciaba ejercicios con misiles o maniobras en las islas. En cambio, bajo la administración de Javier Milei no hubo protestas públicas de similar tenor frente a los relevos de tropas y al fortalecimiento sostenido de la base de Mount Pleasant, al tiempo que la Casa Rosada profundiza la alineación con Washington y participa de ejercicios navales como UNITAS junto al principal aliado político y militar de Londres, cosa que no esta mal realizar, pero aclarando lo que hay que aclarar.
En los hechos, el Reino Unido administra las Malvinas como una plataforma militar y político-estratégica desde donde controla el acceso a recursos naturales, rutas oceánicas y pasillos logísticos hacia la Antártida y el Pacífico sur, apoyado en un esquema avanzado de vigilancia aérea, naval y electrónica. La combinación de una guarnición bien equipada, infraestructura modernizada y una diplomacia que refuerza el estatus de “territorio de ultramar” demuestra que Londres no solo no retrocede en su ocupación, sino que la consolida, mientras la Argentina mantiene su reclamo formal de soberanía pero carece, por ahora, de una estrategia activa para enfrentar esta realidad en el terreno geopolítico y militar.

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