Buenos Aires, 27 noviembre 2025 – Total News Agency-TNA- En una jugada tan inesperada como calculada, el Senado decidió que el diploma de la diputada libertaria y senadora electa por Río Negro, Lorena Villaverde, no será sometido a votación este jueves y regresará a la comisión de Asuntos Constitucionales. La maniobra, acordada en la reunión de Labor Parlamentaria antes de las 20, dejó al oficialismo con un soldado menos para las sesiones extraordinarias y reavivó tensiones internas en el bloque de La Libertad Avanza.
De este modo, jurarán solo 23 de los 24 senadores electos en octubre, dejando en suspenso la suerte de Villaverde, cuya banca quedó atrapada en un fuego cruzado entre su propio bloque, el peronismo disidente y el kirchnerismo, que encontró en sus antecedentes judiciales un flanco perfecto para bloquearla. La legisladora arrastra un prontuario de escándalos que incluye un episodio con cocaína en Estados Unidos y contratiempos legales en Argentina, elementos que la oposición utilizó como argumentos para frenar su ingreso al recinto.
La presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales, Alejandra Vigo, había impulsado un dictamen adverso la semana pasada, aunque con una torpeza técnica tan marcada que nadie pudo explicar del todo. Ese error, sumado a un tablero político volátil, hizo que el oficialismo creyera inicialmente que la suerte estaba echada. Sin embargo, en cuestión de horas el panorama cambió: Villaverde apareció fotografiada junto a Patricia Bullrich durante las múltiples cumbres de la jornada, en una clara operación de contención política. Pero ni el respaldo de la futura jefa libertaria alcanzó.
En la reunión de Labor Parlamentaria, los jefes de bloque decidieron que “para evitar tropelías y un potencial escándalo” el tema debía volver a comisión. Traducido: no estaban los votos y nadie quiso quedar pegado a un rechazo formal en plena transición legislativa. Desde La Libertad Avanza lo admitieron sin rodeos: “No sé si estaban los votos. Con la nueva conformación del Senado, se podrá rearmar la comisión y encararlo de otra manera”.
El movimiento recuerda, inevitablemente, el caso del correntino Raúl “Tato” Romero Feris en 2003, cuando el kirchnerismo logró bloquear su diploma durante casi tres años hasta obligarlo a renunciar a una banca que jamás ocupó. El fantasma de aquel antecedente ya circula en los pasillos del Congreso y alimenta la incertidumbre sobre el futuro de Villaverde.
Más allá de la pulseada interna y la aritmética parlamentaria, la decisión tiene un impacto inmediato: el oficialismo llegará a las sesiones extraordinarias con 19 de 20 senadores propios, en momentos en que necesita cada voto para avanzar con el paquete de leyes que impulsa el Ejecutivo desde el 10 de diciembre.
La reglamentación del Senado es clara. El artículo 8 permite que los senadores electos formen quórum para tratar sus diplomas, pero les prohíbe votar sobre el propio. El artículo 9 establece que, si el título de un electo es rechazado, el presidente del Senado debe comunicarlo al Poder Ejecutivo y a las autoridades provinciales para convocar a una nueva elección. Esa posibilidad, aunque hoy luce lejana, ya no es descartada en voz baja.
La sesión de mañana, que debía ser un trámite, se transformó así en una nueva demostración de que la fractura política atraviesa incluso los procedimientos más formales. Y Villaverde, convertida en protagonista involuntaria, queda ahora atrapada en un limbo legislativo que promete extenderse más allá de la jura del resto de sus colegas.
Fuentes consultadas: documentación parlamentaria; actas de Labor Parlamentaria; antecedentes de la comisión de Asuntos Constitucionales; cobertura legislativa nacional.

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