Con el fallecimiento del señor Comisario General (R.E.) Adrián Juan Pelacchi se ha ido quien encarnó una de las más destacadas gestiones a cargo de la Policía Federal Argentina.
- Al igual en que sucediera con el ya pasado fallecimiento de su colega señor Comisario General Antonio Di Vietri, se trata, a no dudarlo, de las dos figuras destacadas que tuvieron la altísima responsabilidad de conducir a la Policía Federal Argentina, lo cual impone el deber impostergable de destacar la figura de ambos funcionarios policiales, expertos en materia de seguridad.
- Tocó al Comisario General Antonio Di Vietri gestionar la fuerza policial federal en los recordados años noventa, esto es, cuando la denominada revolución tecnológica se encontraba en un estadio incipiente, y en momentos en que la República Argentina se encaminaba hacia la definitiva consolidación del sistema democrático.
- Así, y a propósito del caso del recordado señor Comisario General Antonio Di Vietri éste no dudó en poner en juego su prestigio personal al aceptar los desafíos de liderar la gestión de la fuerza policial en momentos en que -de distintas vertientes ideológicas- comenzó a instalarse en la agenda ciudadana la idea de que todo aquello que tuviera relación con las fuerzas policiales era sinónimo de “represión”, formulismo simplista a partir del cual, desde usinas interesadas de intentó descalificar -por razones de puro corte ideológico- también, y a su turno, al señor Comisario General Adrián Juan Pelacchi.
- Tal como igualmente sucediera ,por ejemplo, en el caso del señor Comisario General Antonio Di Vietri, el señor Comisario General Adrián Juan Pelachci demostró una inigualable expertiz profesional; esto es, un vasto conocimiento no tan sólo en materia específica de seguridad; los conocimientos del señor Comisario General Adrián Juan Pelacchi lo muestran como uno de los mejores profesionales en su especialidad; amplio conocedor de la problemática delictiva, el mapa del delito, su diferenciación en el sector metropolitano y en los distritos rurales.
- Al igual que el caso del señor Comisario General Antonio Di Vietri el señor Comisario General Adrián Juan Pelacchi supo aplicar -por cierto con elaborada sensatez- los escasos recursos de que disponía en aquellos tiempos la fuerza policial; administró correctamente esos mismos recursos y en la medida de tales posibilidades optimizó y modernizó la estructura y el funcionamiento del aparato policial. A no dudarlo, se trató en ambos casos de dos funcionarios policiales dotados de una formidable formación profesional.
- Ambos funcionarios policiales siguieron, a su respectivo turno, con idéntica e inigualable aptitud profesional la firme idea de optimizar la Escuela de la Policía, su más que prestigiosa Universidad, la Escuela de Cadetes, y todas las Divisiones Especializadas con las que hoy cuenta la Policía Federal son el fruto -en gran medida- del irrenunciable compromiso, esfuerzo aplicado en aquellos tiempos en forma consecutiva tanto por el señor Comisario General Antonio Di Vietri como tiempo después por el señor Comisario General Adrián Juan Pelacchi.
- Al igual que en el caso del señor Comisario General Antonio Di Vietri el señor Comisario General Adrián Juan Pelacchi se constituyó en un verdadero visionario del fenómeno que comenzaba a manifestarse en la irrupción de la informática y la cibernética; así ambos Comisarios Generales , y a su respectivo turno, adoptaron más que interesantes y creativas iniciativas consideradas revolucionarias para esa misma época: modernizaron el área de comunicaciones de la fuerza policial; conscientes ambos acerca de la irrupción del delito fiscal, impulsó lo que tiempo después sería la División Jurídico Contable; optimizaron ambos Comisarios Generales las Divisiones especializadas en la prevención de fraudes bancarios y financieros (por aquel tiempo se destaca la ímproba actividad del señor Comisario Carlos Gesto); ni que hablar en materia de contrabando y demás delitos comunes.
- Los señores Comisarios Generales Antonio Di Vietri y Adrián Juan Pelacchi se encargaron de orientar los esfuerzos y recursos disponibles hacia el fortalecimiento de las áreas científicas de la Policía Federal en las posibilidades de los recursos por entonces disponibles, y pese a los retaceos que en ese sentido debió afrontar por parte del poder político.
- Bajo la gestión del señor Comisario General -Antonio Di Vietri- la División Drogas Peligrosas -conducida en aquel tiempo por los señores Comisarios Pedro Santa Eugenia y Rubén Darío Escalante- puso de manifiesto la excelencia profesional por la que siempre pregonó el conductor de la fuerza: un 14 de julio de 1988 se desbarataba una poderosa organización narco criminal con el secuestro inicial de doscientos kilos de cocaína, dando lugar a uno de los sucesos judiciales más resonantes en aquellos tiempos, y que marcaría, lamentablemente, el inicio del circuito de narcocriminalidad que gradualmente encontraría terreno fértil en la República Argentina.
- Y en su momento , también, y bajo la gestión del señor Comisario General Adrián Juan Pelacchi la tarea de prevención en material criminal dio lugar a cuantiosos y exitosos procedimientos judiciales.
- Con la pasada desaparición física del señor Comisario General Antonio Di Vietri, su figura cobra -ahora- mayor relevancia y trascendencia, efectuando un balance de su exitosa gestión protagonizada -vale reiterarlo- bajo una coyuntura política por cierto compleja.
13. Y ni que hablar a partir de la reciente pérdida irreparable del señor Comisario General Adrián Juan Pelacchi; a no dudarlo; tanto uno como otro, en sus respectivas gestiones, contribuyeron a prestigiar y optimizar el sistema de seguridad federal en la República Argentina.
- Desde esta columna, quien suscribe expresa su simple deseo en punto a dejar expresamente a salvo acerca de las inmejorables calidades, no tan solo personales, sino también morales y profesionales respecto de ambos señores Comisarios Generales, esto el del señor Antonio Di Vietri como asimismo del señor Adrián Juan Pelacchi.
Guillermo J. Tiscornia
Ex juez en lo Penal Económico