Mariel Colón Miró estaba contenta porque había conseguido una entrevista laboral unos pocos meses después de haberse recibido de abogada en Nueva York. En el estudio jurídico en el que se presentó le dijeron que buscaban una asistente legal que hablara español (ella es de origen portorriqueño), y que pudiera pasar de 3 a 6 horas todos los días en la cárcel para la defensa de un cliente de “alto perfil”. Colón Miró, entonces de 25 años, aceptó la propuesta y preguntó quién era esa persona. Le contestaron “Joaquín Guzmán Loera”. A ella le sonaba el nombre, pero entonces no supo bien de quién se trataba. Igualmente se retiró feliz luego de firmar el contrato.
A la salida googleó a su flamante cliente y allí vino la sorpresa: ese hombre al que tendría que defender y ver todos los días cara a cara en la cárcel era nada menos que el máximo narcotraficante mundial, “El Chapo” Guzmán. ex jefe del Cartel de Sinaloa, que enfrentaba cargos por tráfico de drogas, asesinatos, torturas y otros delitos varios en una corte de Brooklyn.
En diálogo exclusivo con Clarín, Colón Miró cuenta que con el tiempo, y por pedido de “El Chapo”, de asistente pasó a ser una de sus abogadas, junto con Jeffrey Lichtman. En julio de 2019, el jefe narco, de 63 años, terminó condenado a perpetua y está recluido en una cárcel de máxima seguridad en Colorado. “Es una persona muy caballerosa”, afirma hoy su abogada, que relata cómo es Guzmán y cómo el narco vive ahora en prisión.
Mariel Colón Miró, la joven abogada portorriqueña que ya trabajó en las defensas del Chapo Guzmán y Jeffrey Epstein. Foto: Facebook
Con 28 años, Colón Miró no sólo continúa ejerciendo la defensa del mexicano para una apelación sino también la de su esposa, Emma Coronel Aispuro, ex reina de belleza de 31, que fue arrestada hace 10 días en un aeropuerto en las cercanías de Washington, acusada de conspirar para distribuir cocaína, metanfetaminas y marihuana en EE.UU.
Pero hay más: en su corta y vertiginosa carrera la abogada también ha participado en otro de los casos más resonantes de los últimos tiempos, en la defensa de Jeffrey Epstein, el financista acusado de formar una red de pedofilia donde participaban personajes de la elite neoyorquina, políticos y famosos. Colón Miró lo visitó un mes seguido en la cárcel hasta que Epstein apareció muerto en su celda, en un aparente suicidio en agosto de 2019. “Creo que lo mataron”, dijo.
Un servicio
“Yo no soy Dios, ni un juez”, dijo la abogada, sobre las atrocidades de las que están acusados sus clientes. “Yo estoy ofreciendo un servicio y son personas que necesitan un servicio”. Y, agregó, que “aunque es una relación profesional, una le toma cierto aprecio”. “Yo no los juzgo, yo quiero muchísimo a todos mis clientes”.
Emma Coronel Aispuro junto a su abogada Mariel Colón Miró (der.), a la salida del juicio al Chapo Guzmán, en Brooklyn. Foto: Reuters
-¿Qué sentiste cuándo te enteraste que tu cliente era “El Chapo”?
-Yo había escuchado el nombre de “El Chapo”, pero en el momento en que me lo dijeron no registré si era él o no. Su nombre no estaba tan presente en mi mente como por ejemplo, Pablo Escobar. Me tomó un momentito registrarlo. No estuve asustada, sino que más bien estaba emocionada por mi carrera profesional. Yo soy una persona muy motivada, me gustan los desafíos y vi toda la experiencia que iba a adquirir con este caso. Realmente, lo vi como una oportunidad profesional.
-Los abogados penalistas dicen que el primer contacto entre el abogado y el cliente es decisivo ¿Cómo fue tu primer encuentro con Guzmán.
-Yo iba a ir con la abogada que me contrató a la cárcel para conocerlo. Pero ella perdió su cartera y no tenía identificaciones así que me dijo que iba a tener que entrar sola. Yo dije: “Ay, ay, ay”. Pero bueno, entré sola. Esa era mi primera vez en una cárcel federal, con tanta seguridad. Fue un poco intimidante el hecho de que me dejaran sola en un cuarto donde apenas entra una silla, y al otro lado hay otro cubículo muy pequeñito separado por un vidrio porque las visitas en la unidad en la que estaba Guzmán eran sin contacto.
-¿Y qué pasó después?
-Después de estar 20 minutos encerrada ahí, finalmente llegó y lo primero que hizo fue poner su mano en el vidrio y yo puse mi mano en el vidrio: ese fue como nuestro saludo. El es una persona muy caballerosa, a pesar de que tiene tercer grado de educación, es muy educado, muy respetuoso. Hablamos un poco para conocernos, de su vida, de mi vida. Le comenté que yo era de Puerto Rico e hicimos un click. Unos meses después, Guzmán estaba muy acostumbrado a mi estilo. Yo me cercioraba de que a él le gustara cómo yo leía y cómo le explicaba las cosas. Porque para mí es muy importante establecer ese tipo de interacción y ese tipo de vínculo con los clientes para que el proceso se les haga un poco más fácil. A Guzmán le gustaba el estilo con el que yo trabajaba y cómo le explicaba las cosas del juicio. Fue eso, yo creo que fue la conexión. Luego de un tiempo le expliqué a Guzmán que tenía que renunciar porque quería comenzar mi propio trabajo como abogada. El no quiso que me fuera y me contrató como una de sus defensoras.
“Yo no los juzgo por lo que hayan hecho o lo que no hayan hecho. Ese no es mi trabajo. Yo no soy Dios, ni un juez. Yo estoy ofreciendo un servicio”
Mariel Colón Miró
Abogada
-¿Cada cuánto ibas a ver al Chapo a la cárcel?
-Todos los días. Cuando pasé al caso como abogada contraté a una asistente legal para que fuera los domingos para poder tener un día a la semana para descansar. Iba de lunes a sábado.
-En el juicio se escucharon testimonios de torturas, de asesinatos a sangre fría en los que El Chapo estaba involucrado. ¿Vos crees en su inocencia?
-Cuando un acusado llega a nuestras manos hay una presunción de inocencia. Yo no los juzgo por lo que hayan hecho o lo que no hayan hecho. Ese no es mi trabajo. Yo no soy Dios, ni un juez. Yo estoy ofreciendo un servicio y son personas que necesitan un servicio. Si se equivocaron en su vida o no, no depende de mí determinarlo. Más allá de que hable o no de la inocencia de Guzmán.–de la que no voy a hablar porque no voy a violar la comunicación entre abogado y cliente–, lo que te puedo decir es que todos esos testigos del juicio, que fueron más de 10, que hablaron en contra de Guzmán. todos tuvieron un beneficio, que eran las reducciones de sentencias. Había una motivación para decir las cosas que dijeron. Hubo muchas contradicciones.
-¿Cuál es tu impresión?
-Lo que pienso es que a Guzmán lo encontraron culpable no necesariamente por lo que hubo en el juicio, sino que ya era culpable desde que llegó a Estados Unidos porque siempre ha tenido una propaganda negativa. Por empezar, no había jurado que no supiera quién era Guzmán. Para nosotros fue difícil su defensa porque él ya era culpable incluso antes del juicio.
El Chapo Guzmán escucha el testimonio de uno de los testigos en el juicio en su contra, en Brooklyn. Foto: Reuters
-El está condenado a perpetua por múltiples delitos, pero ustedes están trabajando en una apelación. ¿En qué se basan?
-Hay bastantes puntos, dos más importantes. Primero es que al día siguiente del juicio salió un miembro del jurado en forma anónima a hablar con un periódico y dijo que se habían violado las reglas del juez, que no se habían abstenido de ver la prensa durante el juicio. Es por eso que digo que Guzmán no tuvo un juicio justo. No estamos diciendo que lo regresen a México, sino que tenga la oportunidad de tener un juicio justo. Otro punto es que él se encuentra bajo las Special Administrative Measures (SAMs, las reglas más estrictas del sistema penal), por las que le es muy difícil comunicarse con su equipo legal y nosotros argumentamos que se le violó su derecho de la Sexta Enmienda a tener una representación legal adecuada.
-¿Cómo vive “El Chapo” hoy?
-Guzmán llegó a Estados Unidos el 19 de enero de 2017 (se lo extraditó desde México) y en la cárcel le impusieron esas reglas que se hicieron luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para personas que estaban acusadas de cometer actos de terrorismo, para imposibilitar que pudieran enviar mensajes al exterior. ¿Por qué se las pusieron a Guzmán. Nosotros lo desconocemos. El gobierno alegó que fue porque creían que podía mandarnos mensajes para que maten a los testigos que iban a estar cooperando con él o que se podía volver a escapar de la prisión, cosa que es ridícula porque si Guzmán se escapó de una de las prisiones de México fue por la ayuda de las personas de los mismos penales. No digo que acá no pase porque no lo sé, pero es mucho más difícil que pase.
-Precisamente él tiene un profuso historial de fugas.
-Sí, pero prisiones mexicanas y no de prisiones estadounidenses.
-¿Y ahora tiene las mismas restricciones?
-Son las mismas condiciones. El no puede hablar con su esposa, ni siquiera enviar una carta a su esposa. Con los únicos con los que puede hablar es con su equipo legal, con sus dos hijas gemelas por teléfono o cuando ellas lo van a visitar. Pero son dos niñas de 9 años, no es que pueden ir cuando se les da la gana. También puede verlo una de sus hermanas y su mamá. Lo único que puede hacer son dos llamadas de 15 minutos al mes. Es decir, media hora al mes. Entre todos tiene que distribuir ese tiempo.
-¿Puede recibir visitas, salir al patio?
-El Covid frenó las visitas por un tiempo, pero ahora se han restablecido. Son solo 5 visitas al mes y tiene que elegir si esas visitas van a ser sociales o van a ser legales. Se supone que puede salir al patio. Cuando él llegó le daban 10 horas a la semana, como una hora y media por día, pero desde diciembre de 2019 ya no lo están sacando. No lo sacan, no me dan una razón y es algo que estoy manejando también para que eso se mejore.
Emma Coronel junto a su abogada en Brooklyn. Foto: AP
-Durante el juicio estuviste muy cerca de Emma Coronel, la esposa de El Chapo, que estaba todos los días entre el público. Ahora que fue arrestada también estás en la defensa. ¿Cómo es ella?
-Es una mujer con un temple muy fuerte. Muchas personas ante la situación que ella ha enfrentado con su marido, se hubieran desplomado. Ella no es así. Ella es una persona que ha tenido experiencias en su vida que la han hecho ser la persona que es hoy. Ella es muy positiva y muy buena madre. A esas niñas no les falta amor y no les falta nada porque ella está muy pendiente de las niñas. Las niñas también son muy felices. Ella es una excelente esposa y es muy agradecida. Yo a ella no solo la considero una clienta sino también una amiga porque yo viví mucho tiempo con ella con todo este proceso con Guzmán.
-Durante el juicio a su marido tuvo que soportar momentos duros. Además de las acusaciones, también hubo testigos que decían haber sido amantes de “El Chapo” y ella estaba ahí en la audiencia ¿Cómo sobrellevó todo eso?
Trató de mantenerse siempre positiva y apoyar a su esposo. Ella es humana y claro que hubo cosas que van a doler. Es algo que no hemos hablado, pero íntimamente pudo poner algunas cosas a un lado y enfocarse en lo que realmente importaba en ese momento que era el juicio de su esposo. Eso era lo más importante y las otras cosas ya pasaban a segundo plano. El es el papá de esas niñas y ellas lo adoran muchísimo.
-Después de que “El Chapo” fue condenado, ella levantó su perfil con posteos en redes sociales e incluso participó en un reality show. ¿Crees que eso influyó para su arresto?
-No quisiera hablar acerca de eso, pero sus movimientos no eran cosas ilegales o para avergonzarse.
-Algunos medios dijeron que ella había pactado un acuerdo con el FBI o con la DEA para entregarse a cambio de dar información sobre el Cartel de Sinaloa e incluso declarar en contra de los hijos mayores de El Chapo, como una especie de testigo protegido. ¿Qué podrías decir al respecto?
-Sobre los reportajes que están saliendo y, aunque no puedo hablar nada específicamente del caso de mi clienta, quiero resaltar que las personas que han hablado no dieron la cara, quedaron en el anonimato. Yo no tengo nada que decir al respecto. Los agentes federales que hablaron anónimamente dijeron que así lo hacían por un proceso judicial en curso. Si les importaba el proceso legal en curso, no hubieran hablado con los reporteros.
“Con clientes como Epstein y Guzmán una pasa tanto tiempo y tantas horas al día por tantos meses o años, que de cierta manera le vas a tomar aprecio”
Mariel Colón Miró
Abogada
-El abogado Litchman dijo que lanzaron esta versión de los agentes para perjudicar a Coronel y a sus hijas ¿Es así?
-Es correcto, sí. Son personas sin escrúpulos que hicieron lo que hicieron por nada bueno. Muchas personas pueden malinterpretar estas cosas, pueden dar estas cosas por sentadas y pueden poner en riesgo la vida de estas niñas y de la familia de Coronel. Es muy serio lo que sucedió aquí, muy serio.
-¿Creen que Coronel corre riesgo de vida por todo esto que se está diciendo? ¿Pueden matarla?
-Hay personas que escuchan tonterías que dicen otras personas sin información. Muchas de estas cosas son suposiciones y sí, claro que sí: una persona con mala información que se crea estas cosas, toma la acción en sus manos y…claro que sí.
-Una periodista que investiga el cartel de Sinaloa desde hace años, Anabel Hernández, dijo que Coronel se encontraba sola, sin dinero, furiosa y por eso rompió con el Cártel y decidió hablar.
-Todo lo que dijo es totalmente falso. La señora Coronel no está despechada como ella dice. No está molesta con nadie, como ella dice. Ella adora a su marido, es el padre de sus niñas y jamás haría nada para hacerle daño.
-¿Podría ser un testigo protegido que aporte información?
-A los testigos protegidos los esconden literalmente, les cambian la identidad, la información. Todo el mundo sabe dónde ella está presa, hasta pueden enviarle una carta, No sé qué tipo de testigo protegido dicen que es. Ella está ahí, expuesta.
-¿Por qué cree entonces que la arrestaron ahora y esperaron tanto? ¿Se movía libremente?
-Esa es una pregunta que debería hacerle al gobierno de los Estados Unidos. Yo obviamente no le sigo los pasos a cada segundo, pero ella, si quería, podía viajar libremente. Es ciudadana americana y puede entrar y salir cuantas veces lo elija.
-¿Cómo está ella ahora en prisión?
Por el coronavirus la tienen en una cuarentena de 14 días en una celda sola. Estuvo 3 días sin poder bañarse. Estaba muy incómoda. Por supuesto no la está pasando bien. Nadie que está en la cárcel podría decir que la está pasando bien. Está confiada con su equipo legal porque ya nos conoce muy bien, pero no te voy a negar que está nerviosa porque los cargos de los que se la acusa son cargos serios. Si la encontraran culpable le podrían tocar de 14 años hasta perpetua. Son cargos serios. Pero estoy confiada en nuestras habilidades para poder obtener el mejor resultado en este caso.
Para Mariel Colón, Emma Coronel no es testigo protegido. Foto: AP
-¿Puede haber alguna negociación con las autoridades federales?
-En cada caso eso es una posibilidad. En cualquier caso, es una posibilidad. Si nosotros lo podemos hacer en este caso o no, obviamente no estoy preparada para comentar al respecto.
-También participaste en el caso Epstein, de altísimo perfil. ¿Cómo llegaste a él?
Marc Fernich, el abogado de apelación de “El Chapo”, ya estaba en el caso de Epstein y estaban buscando un abogado que pudiera estar horas en la cárcel con Epstein para hablar de su evidencia y estudiar su caso. Y me recomendaron. Sabían que yo podía hacerlo porque puedo estar metida en la cárcel mucho tiempo. Estuve muchas horas con Epstein, pero eso duró un mes porque lamentablemente falleció.
-¿Cómo fue la experiencia con el financista?
-Bien diferente. Una personalidad totalmente diferente, pero fue bueno formar parte de su equipo legal en un caso de alto perfil. Pienso que lo que le pasó fue lamentable. No pienso que él se haya suicidado. Creo que lo mataron.
-¿Por qué?
-El porqué son cosas que no puedo decir.
-¿Sabía demasiado de personalidades famosas?
-Quizá, quizá, quizá.
-¿Cómo te enteraste de su muerte?
Me dio pena. Hay que entender una cosa. Con clientes como Epstein y Guzmán una pasa tanto tiempo y tantas horas al día por tantos meses o años, que de cierta manera le vas a tomar aprecio y tienes que tenerles aprecio para estar tantas horas en una cárcel, sin poder comer, sin poder ir al baño. Son horas. Claro que sí, yo soy humana y aunque es una relación profesional una le toma un cierto aprecio. Para mí fue difícil. Me dolió la noticia y yo estaba en camino para ir a verlo cuando me enteré.
-¿Cómo es tener que defender a alguien acusado de tantas atrocidades como “El Chapo” o Epstein? ¿Cómo te planteas eso a nivel personal, moral?
-Yo no los juzgo. Cuando ellos llegan para mí son inocentes y no los juzgo, por lo que hayan hecho o no hayan hecho. Yo no soy quién para juzgar y no dejo que me afecte. Muchas personas no entienden eso y por eso no todo el mundo puede ser un abogado criminalista. Al fin de cuentas son clientes a los que les estás proveyendo un servicio. ¿Cómo hago para que no me afecte? Yo no los juzgo y los quiero muchísimo a todos mis clientes, los protejo muchísimo.
-¿Qué significa ser mujer, joven y latina en un mundo donde predominan los hombres blancos?
-Es fuerte ser la única mujer, latina y con pocos años de experiencia. Es difícil, pero se me han abierto las puertas y creo que soy un ejemplo para muchas mujeres, para muchas jóvenes de que sí se puede.
-Empezaste tu carrera por los casos más resonantes de Estados Unidos en mucho tiempo. ¿A quién te gustaría defender ahora?
-Obviamente hay muchas personas que me gustaría defender ahora. Pero no lo quiero decir porque habrá críticas, porque siempre hay alguien que tiene que comentar, así que me los reservo. Pero sí: hay dos o tres por ahí y son personajes que me encantaría poder defender.
Washington, corresponsal
ap
Fuente Clarin